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Cómo afecta al bebé la presión alta de la madre

Cómo afecta al bebé la presión alta de la madre

La tensión alta durante la gestación es peligrosa tanto para la salud de la madre como para la del bebé, por eso, si te detectan la tensión alta deberán hacerte una serie de pruebas y controles para evitar los riesgos asociados a ella.

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Indice

 

¿Qué es la hipertensión gestacional?

La tensión alta (por encima de 140 mm Hg y de 90 mm Hg es bastante habitual en el embarazo. Esto se debe al aumento del volumen de sangre que se produce en estos meses para asegurar el flujo de sangre a la placenta y es más frecuente en mujeres con sobrepeso, que abusan de la sal o mayores de 35 años.

El número más alto es el número sistólico, el que mide la presión de la sangre contra las paredes de las arterias cuando el corazón bombea. El número más bajo es la presión diastólica, la medida para cuando el corazón se relaja y se llena de sangre.

Muchas veces se detecta la hipertensión gestacional por sus síntomas, como cansancio, cefaleas, cambios en la visión, palidez… pero muchas otras apenas da síntomas y se diagnostica en los controles rutinarios del embarazo, donde siempre se toma la tensión a la madre.

La hipertensión gestacional no tratada ni controlada en medicina puede desembocar en preeclampsia o incluso eclampsia, dos condiciones muy graves propias solo del embarazo. Pero no siempre es así. Para saber si se ha desarrollado preeclampsia se puede llevar a cabo un análisis de orina ya que esta enfermedad provoca, además, la presencia de proteínas en la misma.
 

¿Qué tipos de presión arterial alta pueden presentarse durante el embarazo?

- Hipertensión gestacional: presión arterial alta que se produce después de la semana 20 de embarazo. No presentan un exceso de proteínas en la orina ni otros signos de daño en los órganos, aunque puede derivar en preeclampsia.

- Hipertensión crónica: presión arterial alta presente antes del embarazo o que se presenta antes de la semana 20 embarazo.

- Hipertensión crónica con preeclampsia superpuesta: se presenta en mujeres que padecen hipertensión crónica antes del embarazo que empeora en la gestación al aparecer proteínas en la orina u otras complicaciones relacionadas con la presión arterial durante el embarazo.

- Preeclampsia: hipertensión después de las 20 semanas de embarazo asociada a daño en otros órganos, como los riñones, el hígado, la sangre o el cerebro. Si no se trata, la preeclampsia puede provocar complicaciones graves, incluso mortales, como eclampsia (convulsiones), tanto para la madre como para el bebé.


¿Cómo afecta la presión alta a la salud del bebé y la mamá?

Cuanto más severa sea la hipertensión y más tarde en tratarse, más graves serán las complicaciones.

La mayoría de las veces la hipertensión no se desarrolla hasta el final del embarazo (a partir de la semana 37), por lo que si los médicos consideran que existe riesgo para la madre o el feto pueden provocar el parto. En estos casos, las complicaciones más “serias” serían tener que inducir el parto o realizar una cesárea. Pero más allá de eso, no suele presentar problemas para la salud.

Sin embargo, si se desarrolla la tensión alta antes de la semana 30 de embarazo hay más riesgo de sufrir preeclampsia, retardo de crecimiento uterino, parto prematuro, placenta abrupta o incluso muerte fetal intrauterina (aunque esto se produce solo en los casos graves de eclampsia antes de la semana 24).

La placenta es la que más afectada se ve por la hipertensión, pudiendo causar un menor flujo sanguíneo a la placenta, lo que afecta al oxígeno y los nutrientes que recibe el feto, pudiendo causar un crecimiento lento (restricción del crecimiento intrauterino), bajo peso al nacer o nacimiento prematuro. Además, se puede producir el desprendimiento de la placenta, un problema muy grave.

Asimismo, se ha comprobado que los niños de madres que tuvieron la tensión alta en el embarazo tienen más probabilidades de tener bajo peso al nacer o presión alta durante la infancia.

La hipertensión mal controlada también puede dar lugar a lesiones en el cerebro, el corazón, los pulmones, los riñones y el hígado, así como en el resto de los órganos principales. En los casos graves, puede poner en riesgo la vida.

Por último, la preeclampsia podría aumentar el riesgo de que tener enfermedades del corazón y los vasos sanguíneos (enfermedad cardiovascular) en el futuro.
 

¿Cómo sabré si tengo hipertensión durante el embarazo?

Controlarte la presión arterial es una parte importante de tu cuidado prenatal. Para ello, en cada visita el médico o la matrona te tomarán la tensión arterial. La presión arterial elevada es una presión sistólica que oscila entre 120 y 129 milímetros de mercurio (mm Hg) y una presión diastólica por debajo de 80 mm Hg. La hipertensión de etapa 1 es una presión sistólica que oscila entre 130 mm Hg y 139 mm Hg o una presión diastólica que oscila entre 80 mm Hg y 89 mm Hg. Y La hipertensión de etapa 2, que es más grave, es una presión sistólica de 140 mm Hg o superior o una presión diastólica de 90 mm Hg o superior.

Además, otros signos y síntomas de la preeclampsia comprenden los siguientes:

- Exceso de proteínas en la orina (proteinuria)

- Problemas renales

- Dolores de cabeza intensos

- Cambios en la visión (pérdida temporal de la visión, visión borrosa o sensibilidad a la luz)

- Dolor en la parte superior del abdomen, por lo general, debajo de las costillas y en el lado derecho

- Náuseas o vómitos

- Niveles más bajos de plaquetas en la sangre (trombocitopenia)

- Función hepática alterada

- Falta de aire

- Aumento de peso repentino e hinchazón (edema), especialmente en el rostro y en las manos


¿Cómo se trata la tensión alta durante el embarazo?

Si la presión es alta pero no hay proteinuria (presencia de proteínas en la orina), el médico puede recomendar eliminar la sal de la dieta, realizar ejercicio físico moderado y, si fuera necesario, tomar algún medicamento para controlar la tensión.

En casos más graves o de hipertensión antes de la semana 30 se suele recomendar también reposo y controles más específicos para comprobar si el flujo de sangre llega adecuadamente a la placenta y el bebé crece correctamente.

Si se desarrolla preeclampsia lo normal es que se ingrese a la madre para controlarla de cerca y, si fuera necesario, provocar el parto ya que el nacimiento del bebé es la única manera de acabar con la tensión alta.

Si estás embarazada de más de 34 semanas, lo normal es inducir el parto para evitar problemas. Si la edad gestacional es menor, probablemente te den corticoesteroides para acelerar el desarrollo de los pulmones del bebé y otros órganos y se recomiende reposo absoluto hospitalizada para evitar un parto demasiado prematuro.


Fuente:

AEPED: https://www.aeped.es/sites/default/files/anales/50-1-12.pdf

Fecha de actualización: 22-10-2020

Redacción: Irene García

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