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Dieta para la preeclampsia

Dieta para la preeclampsia

La preeclampsia es uno de los trastornos de la gestación que afecta al 15% de las embarazadas, caracterizado por un aumento de la presión sanguínea que, si no es controlada debidamente, supone un grave riesgo para el bebé que puede ir desde el parto prematuro a la muerte fetal.

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Índice

 

¿Qué es la preeclampsia?

La preeclampsia en medicina es una enfermedad exclusiva de las gestantes, es decir, va asociada al embarazo. Los expertos estiman que entre un 5 y un 12% de embarazadas puede desarrollar esta enfermedad que, si no se detecta y trata a tiempo, puede resultar incluso mortal para el feto.

Los síntomas principales de esta enfermedad son:

- Hipertensión arterial: presión arterial por encima de 140 mmHg en la preeclampsia leve y por encima de 160 en la grave.

- Proteinuria: presencia de proteínas en la orina, lo cual puede detectarse gracias a los análisis de orina rutinarios. La cantidad de proteínas en la orina sería de 300 mg o más en 24 horas (en el caso de preeclampsia leve) y 5 g o más en orina de 24 horas (si se trata de preeclampsia grave).

- Edema o hinchazón brusca y repentina, especialmente en la cara y las manos.

- Aumento de peso repentino y en poco tiempo.

- Dolor abdominal en el flanco derecho.

- Cefaleas intensas.

- Náuseas y vómitos.

- Mareos y zumbidos en los oídos.

- Cambios en la visión (visión borrosa, ceguera repentina).

- Dolor en la parte superior del abdomen, por lo general, debajo de las costillas y en el lado derecho que puede ir acompañado de náuseas o vómitos.

Las causas de la aparición de esta enfermedad se desconocen, aunque se cree que es una combinación de factores genéticos, alimenticios, vasculares (vasos sanguíneos) y autoinmunes.
 

Efectos en el bebé de la preeclampsia

Como decíamos, la preeclampsia puede llegar a ser muy grave ya que restringe el flujo sanguíneo, que es el encargado de llevar al bebé los nutrientes y oxígeno que necesita, pudiendo llegar a causar estos efectos en el bebé si no se detecta a tiempo:

- Crecimiento intrauterino retardado (CIR). Esta alteración provoca que el feto no crezca ni engorde de manera adecuada, pudiendo ocasionarle la muerte si no se detecta.

- Parto prematuro, ya sea espontáneo o inducido si se ve que la mamá o el bebé están en riesgo. La prematuridad, dependiendo de la edad gestacional, lleva asociada muchos problemas de desarrollo en el niño, como alteraciones metabólicas, cardiacas, respiratorias, digestivas, auditivas, etc.

- Oligoamnios: disminución de la cantidad de líquido amniótico, lo que también puede alterar el crecimiento del bebé así como su bienestar.

- Mortalidad perinatal, lo cual ocurre entre un 3,5 y un 35% de veces.

- Síndrome de Hellp, complicación muy grave de una preeclampsia con hemólisis, alteración de enzimas hepática y trombocitopenia.

- Aumento del riego de desprendimiento prematuro de placenta, accidentes cerebrovasculares en la madre, hemorragias, problemas renales, e incluso la muerte.

- Por último, la preeclampsia puede dañar los riñones, el hígado, los pulmones, el corazón o los ojos, y puede causar un accidente cerebrovascular u otra lesión cerebral.
 

Dieta para la preeclampsia

Como con cualquier embarazo, una buena alimentación prenatal llena de vitaminas, antioxidantes, minerales y los grupos básicos de alimentos es importante. Igualmente, es esencial disminuir los alimentos procesados, los azúcares refinados y suspender la cafeína, el alcohol y cualquier medicamento no recetado por un médico.

Pero además, si te detectan preeclampsia deberás tener un control extra sobre tu alimentación, en especial, beber mucha agua y reducir al mínimo la cantidad de sal de las comidas, ya que la sal aumenta la tensión. No obstante, no la elimines por completo de tu alimentación, ya que la embarazada necesita sal para mantener el fluido de los líquidos de su cuerpo.

Según un estudio reciente publicado por la revista American Journal of Hypertension, la fibra también ayuda a controlar la tensión. Aumentar la cantidad de fibra en la alimentación durante los primeros meses de embarazo reduce el riesgo de desarrollar preeclampsia en los siguientes meses.

Otro estudio del Centro Médico Sueco de Seattle, en Estados Unidos, revela que incrementar la ingesta de fibra unos 5 gramos por día –el equivalente, por ejemplo a dos rodajas de pan integral– antes y durante los primeros meses de la gestación podría disminuir cerca del 14 por ciento la posibilidad de padecer esta enfermedad.

Entre los alimentos ricos en fibra podemos encontrar principalmente a los cereales, las legumbres y frutas y verduras como espinacas, acelga, zanahoria, kiwi, pera, manzana y albaricoque.

También los ácidos grasos omega-3, especialmente DHA y EPA, ayudan a llevar una dieta sana y a controlar la tensión arterial.

Además de la dieta o el reposo, no hay tratamiento para la preeclampsia, el único tratamiento para acabar con ella es el parto, que se inducirá siempre que la vida de la madre o el feto estén en peligro o si ya se ha llegado a la semana 36. 


Fuentes:

Huggins-Cooper, Lynn (2005), Maravillosamente embarazada, Madrid, Ed, Nowtilus.

Lifestyle and Hypertension https://academic.oup.com/ajh/article/12/9/934/351716/

Fecha de actualización: 14-01-2021

Redacción: Lola García-Amado

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