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Qué puede comer una embarazada después del parto

Qué puede comer una embarazada después del parto

Durante el parto no se puede comer ni beber por si ocurre algo y hay que anestesiar a la paciente, pero seguro que te preguntas cuándo puedes volver a comer tras haber dado a luz y qué es lo más recomendable para comer en estos primeros días de puerperio.

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Si el parto ha sido vaginal y sin anestesia, la embarazada puede comer y beber en cuanto tenga ganas. Si se ha usado anestesia epidural, se suele empezar por agua bebida a sorbos pequeños para asegurarse de que la anestesia se expulsa sin problemas. Y si ha sido por cesárea, habrá que esperar unas 12 horas antes de comer sólido. Primero se le ofrecerá agua y otros líquidos y, si sientan bien, se empezarán a introducir sólidos.


La norma más importante a seguir en lo que respecta a las primeras comidas tras el parto es observar el estado de salud de la madre. No es lo mismo haber tenido un parto vaginal rápido y sin complicaciones, que un parto largo que además ha acabado en cesárea. En el primer caso, la madre se encontrará mucho mejor y seguro que pronto tiene ganas de comer casi cualquier alimento, especialmente aquellos que le proporcionen energías para recuperarse del parto. Sin embargo, si el parto fue muy largo y complicado, la madre está cansada o tiene náuseas o vómitos por la anestesia, habrá que esperar unas horas a que su organismo se recupere y empezar dándole agua, sopas o alimentos suaves y blandos.


Por lo demás, no hay restricciones en lo que respecta a la alimentación en estos primeros días tras dar a luz, salvo aquellas relacionadas con la lactancia materna si das el pecho (como no beber alcohol, por ejemplo).


En términos generales, tienes que procurar seguir una dieta equilibrada y variada, intentando comer pequeñas cantidades cada 3 horas ya que tu organismo se está recuperando: el útero involuciona, los órganos vuelven a su sitio anterior… lo que puede causar ciertas molestias como estreñimiento (acentuado por los puntos de la episiotomía si te la han hecho) o gases.


Las flatulencias son especialmente frecuentes tras una cesárea. Para evitar los gases, debes masticar despacio, salivar de manera adecuada y evitar tragar aire. Deja fuera de tu dieta alimentos vegetales ricos en hidratos de carbono fermentables, como la fructosa, la lactosa o los polioles ya que llegan sin digerir al intestino grueso y fermentan fácilmente por la acción de nuestra flora intestinal, bacterias o levaduras liberando gases. Por ejemplo, alimentos como el trigo, el centeno, las cebollas, la legumbre, los lácteos o la miel. Tampoco debes tomar refrescos gaseosos. Lo que sí puedes hacer es tomarte después de las comidas una taza de poleo menta que favorece la digestión y la eliminación de gases.


En cuanto al estreñimiento, habitual en el posparto, se evita con una dieta rica en fibra y bebiendo mucha agua. Verduras, frutas, pan integral y cereales pueden ayudarte a combatir este problema.


También se recomienda que consumas alimentos ricos en hierro para evitar la anemia, común en mujeres tras el parto. Aunque tienes que tener cuidado con algunos productos ricos en hierro que se recomienda evitar en estos primeros días, como las lentejas, la avena, las nueces, la manzana, los guisantes…


Tampoco es conveniente con consumas grasas saturadas de origen animal, azúcares y bollería industrial. Evita las frituras y las comidas rápidas y cocina a la plancha o al horno, más sano y ligero para estos días que tu organismo puede estar todavía alterado.


Pero sí debes consumir mucho calcio para ayudarte a la recuperación y con la lactancia, por lo que debes incluir en tu dieta leche (sin lactosa si tienes gases o molestias digestivas), queso, yogur… mejor desnatados para ayudar a la recuperación de peso.


Los huevos y el pescado te aportarán grasas insaturadas y proteínas, inclúyelos también en tu dieta.


Por último, no te olvides de beber mucha agua y estar bien hidratada. Te ayudará a expulsar la anestesia, evitar la retención de líquidos, recuperarte y saciar la sed que causa la lactancia. Lo mejor, sin duda, el agua y las infusiones. Evita las bebidas carbonatadas y gaseosas.


Fecha de actualización: 08-03-2018

Redacción: Irene García

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