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Maniobra de Kristeller

Maniobra de Kristeller

La maniobra de Kristeller o presión del fondo uterino es una técnica que se utiliza, con más frecuencia de lo aconsejado, durante el trabajo de parto, para facilitar el nacimiento del bebé.

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Indice

 

¿Qué es la maniobra de kristeller?

Consiste en presionar con una o dos manos (o los antebrazos) la parte superior del abdomen de la parturienta cuando sobreviene una contracción con el fin de empujar al feto y ayudarle en su salida a través del canal del parto.

Esta maniobra fue descrita en el siglo XIX por el doctor a quien debe su nombre, Samuel Kristeller, quien recogió en un estudio médico una práctica que venían realizando desde la antigüedad miles de matronas.

 

Práctica prohibida

Sin embargo, en la actualidad, esta forma de proceder está contraindicada por los principales organismos especializados, entre ellos la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO). En muchos países es incluso una medida prohibida por ley.

Si bien, es evidente que se sigue llevando a cabo de forma habitual, aún sin necesidad urgente. Y de ahí lo controvertido del asunto, ya que además, apenas existen documentos escritos que constaten su práctica.

 

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Muchos riesgos y ningún beneficio

Las razones que llevan a cuestionar esta técnica son los riesgos que lleva implícitos y su baja eficacia.

Los expertos y defensores del parto humanizado la tildan de anticuada y poco segura. La propia OMS, en ‘Cuidados en el parto normal: Una guía práctica’ advierte de sus peligros y de su creciente práctica: “En muchos países es común (…) aplicar presión en el fondo uterino durante la segunda fase del parto con el fin de acelerarla. A veces se realiza justo antes de dar a luz y otras desde el comienzo de esta fase. Esta práctica, aparte de acarrear molestias maternas, puede ser dañina para el útero, el periné y el propio feto, aunque no existen estudios al respecto. La impresión general es que se usa con demasiada frecuencia, no estando demostrada su efectividad”.

La propia SEGO recomienda limitar su utilización a casos muy específicos una vez se hayan valorado los beneficios y los riesgos: “La presión sobre el fondo uterino podrá ser utilizada sólo con la intención de ayudar al desprendimiento de la cabeza, pero en ningún caso para facilitar el descenso de la presentación”. Es más, en sus ‘Recomendaciones sobre atención al parto normal’ (2007) llega a afirmar: “La maniobra de Kristeller y la dilatación digital deberían estar proscritas en la actualidad”.

El problema es que hoy es una técnica casi rutinaria para abreviar los partos, cuyos riesgos desconocen la mayoría de las mujeres. Además el hecho de que no se registre en ningún documento o que no se solicite el consentimiento informado de la parturienta, impide saber con exactitud dónde, cuántas y en qué circunstancias se han realizado, para poder tomar las medidas pertinentes por mala praxis.

 

Peligros y complicaciones tras la maniobra de kristeller

Como hemos visto, los motivos que llevan a desaconsejar el empleo de este procedimiento defendido por Kristeller en el s. XIX, es que apenas existen beneficios que lo justifiquen, y por el contrario implica muchos y graves riesgos, tanto para la madre como para el bebé que va a nacer. Entre ellos:

En la madre:

Rotura uterina

- Fractura de costillas y otros traumatismos

- Hemorragias internas y hematomas

- Lesiones en los órganos

- Dolor

- Desprendimiento de placenta

- Desgarros en el periné

Prolapsos

- Etc.

En el bebé:

- Distocia de hombros

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Parálisis de Erb

- Contusiones o fracturas óseas

- Lesión de médula espinal

- Hipoxia

- Etc.

 

Alternativas a esta práctica

Por lo tanto, parece que no tiene sentido hoy llevar a cabo la maniobra de Kristeller con el único propósito de acortar el parto. Más teniendo en cuenta que existen alternativas para ello. Por ejemplo, respetar los tiempos naturales del proceso, tanto en la fase de dilatación como en el expulsivo, para que el bebé pueda descender a su ritmo de manera natural, o permitir la adopción de posturas de parto, como las verticales, en las que la gravedad facilita la salida del niño.

Asimismo evitar la anestesia epidural y optar por otras analgesias que favorezcan la participación activa de la madre, quien al poder sentir las contracciones puede acompañarlas con pujos de manera más eficaz, es otro de los consejos de aquellos que exigen respeto a la hora de dar a luz.

Por último se sugiere, para prevenir partos prolongados, procurar comodidad, libertad de movimientos y medidas para paliar el cansancio materno.


Fecha de actualización: 13-06-2020

Redacción: Irene García

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