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Cómo hacer las respiraciones en el parto

Cómo hacer las respiraciones en el parto

El dolor en el parto es relativo. Como todo, depende de muchos factores, entre ellos de la mujer, de su forma física, de su capacidad de resistencia al dolor, etc. 

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¿El parto debe ser doloroso?

Entre los expertos, hay posturas enfrentadas. Por un lado están aquellos que afirman que el parto, como proceso fisiológico que es, no debería doler y que el dolor que creemos sentir es fruto del desconocimiento, de los temores y de no adoptar una actitud activa en el parto. Otros, por el contrario, piensan que sí se trata de un proceso doloroso per se y que por ello se necesitan mecanismos para paliar el sufrimiento. En cualquiera de los casos una cosa es cierta, la ansiedad y el miedo aumentan los niveles de adrenalina, lo que puede incrementar a su vez el dolor. Saber qué va a ocurrir durante el parto disipa muchos temores, disminuye la tensión y ayuda a enfrentarse más calmadamente al dolor.

Una gran parte del dolor del parto, el 30% dicen algunos, se evita aprendiendo a respirar. Otro gran tanto por ciento desaparece al relajarnos y despejar los miedos.
 

¿Por qué es tan importante respirar bien durante el parto?

El músculo necesita oxígeno para trabajar (contraerse). El útero, órgano muscular, va a realizar un trabajo inmenso durante el parto, por lo que requerirá un suministro extra de oxígeno para contraerse y poco a poco ir abriendo el cuello. Sabemos que las contracciones del útero son involuntarias. No se puede hacer nada para evitarlas, pero sí se puede mitigar el dolor que provocan. Para ello es importante estar relajada. Por dos motivos; en primer lugar, si la parturienta está tensa y contrae el cuerpo, el útero se resistirá, produciendo dolor. En segundo, porque la tensión y el esfuerzo agotarán las energías, necesarias para el momento del parto.

Por todo ello es fundamental que respires relajada, para aportar oxígeno a los músculos y evitar que estén rígidos, y  además para ahorrar esfuerzos y poder participar así activamente en el nacimiento de tu hijo.
 

¿Cómo respirar? Tipos de respiraciones

Antes de empezar conviene saber que existen tantas maneras de respirar como matronas hay. Esto significa que cada una puede tener su propia técnica, igualmente válida que otra. Nosotros te proponemos estas:

a. Respiración profunda o abdominal: Inspira por la nariz profundamente como lo haces normalmente. Colócate una mano en el vientre para notar cómo éste se hincha al hacerlo. Después sin detenerte espira por la boca expulsando el aire lentamente y notando cómo baja el abdomen. Un truco para respirar sin bloquear la respiración es imaginarte que el aire al respirar forma un círculo: al inspirar sube por tu vientre y al espirar recorre la columna vertebral, hacia abajo.

b. Respiración superficial o jadeante: Inspira y espira rápidamente por la nariz. Solo se tiene que hinchar la parte superior del pecho. Algunas mujeres encuentran más sencillo respirar de esta forma por la boca o inspirando por la nariz y espirando por la boca. Hazlo como te sientas más cómoda, pero procurando que la respiración sea rítmica y no cada vez más rápida.

c. Respiración bloqueada o frenada. Inspira profundamente, hasta el final de la respiración, retenla, hincha el vientre, cuenta hasta 5 y expulsa el aire por la boca. Poco a poco podrás ir aumentando los segundos, hasta llegar a aguantar 20. Existe otra modalidad de esta respiración, que consiste en contraer los músculos abdominales mientras se retiene el aire, después se espira lentamente como si se estuviera soplando una vela pero sin llegar a apagarla. Durante el parto puedes emplear la forma que te resulte más eficaz o la que te sugiera la matrona. No es recomendable practicar estas respiraciones bloqueadas antes del 8º mes.

 

¿Cómo respirar durante el parto?

Antes de nada es interesante conocer cómo se presentan las contracciones. Éstas suelen comenzar suavemente y van cobrando intensidad hasta llegar a su pico de intensidad o punto álgido, después el dolor va remitiendo. Generalmente tienen una duración de entre 30 segundos y un minuto y el intervalo entre una y otra va acortándose según se va acercando el momento del parto. Las contracciones serán distintas según la fase del proceso en la que se produzcan, ya que en cada etapa tienen una función. Las respiraciones deberán adecuarse a cada tipo de contracción.

- Fase de dilatación: Conforme la mujer va dilatando ya puede ser necesario realizar los ejercicios respiratorios aprendidos en las clases de preparación al parto.

Las respiraciones durante la dilatación tendrán como objetivo paliar el dolor de las primeras contracciones y aportar oxígeno a los músculos que actúan en dichas contracciones.

Durante este periodo sentirás contracciones suaves y cortas (medio minuto de duración) que irán aumentando en intensidad, duración (1 minuto) y frecuencia. Cuando la fase de dilatación comienza, es decir cuando estés ya en el hospital, las contracciones suelen llegar con un intervalo de 3 a 5 minutos.

En estos casos puedes poner en práctica la respiración profunda, que te servirá para relajarte. Si puedes moverte y andar mientras respiras, te aconsejamos que lo hagas.

¿Qué hacer?

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Cuando notes que comienza una contracción cierra los ojos y respira profunda y lentamente imaginando un círculo que recorre tu útero. Sigue respirando durante el tiempo que dure la contracción. También, si las contracciones son intensas, puedes combinar respiración profunda y superficial. Al inicio de la contracción haz una respiración profunda, continúa con la respiración jadeante hasta el pico de la contracción, entonces respira profundamente de nuevo y después sigue con la respiración jadeante. Cuando finalice la contracción vuelve a respirar profundamente.

Entre contracción y contracción debes relajarte y respirar con normalidad.

Al final de la dilatación, sobre todo si la cabeza del bebé está encajada, puedes sentir ganas de empujar durante las contracciones. Si empujas en este momento solo conseguirás fatigarte, alargar y complicar el proceso, ya que el cuello uterino aún no está dilatado del todo y el niño no podrá salir todavía.

La respiración durante estas contracciones, cuando tengas ganas de empujar, debe ser jadeante y ligera. ¿Por qué? Porque si respiras profundamente el diafragma descenderá y se apoyará en el útero, empujando al bebé. Si la respiración es superficial, el diafragma apenas se moverá.

- Fase de expulsión: Las contracciones, además de actuar abriendo el cuello uterino en la fase de dilatación, en el periodo expulsivo ejercen otra función: empujan hacia abajo al bebé para que pueda salir. Las contracciones se vuelven más frecuentes y duran más tiempo.

La finalidad de la respiración ahora es la de ayudar al útero a empujar, y participar activamente en el nacimiento. Si estás bajo los efectos de la anestesia epidural será más difícil percibir cuándo llega una contracción, pero la matrona o el personal sanitario que te esté asistiendo te darán instrucciones precisas.

En estos casos debes poner en práctica la respiración bloqueada o frenada.

¿Qué hacer?

Lo importante es que tus esfuerzos de empuje coincidan con la contracción. Así cuando se anuncie la primera, respira profundamente para que el diafragma descienda, bloquea la respiración, contrae los músculos abdominales y, cuando te indiquen, empuja expulsando el aire por la boca.

Después del gran esfuerzo haz una respiración profunda y continúa respirando normal a la espera de la siguiente contracción.
 

Resumen de respiraciones

- En la dilatación

Primeras contracciones: Respiraciones profundas o Respiraciones profundas + superficiales.

Contracciones muy fuertes y con ganas de empujar: Respiraciones superficiales.

- En el periodo expulsivo o nacimiento

Contracciones de parto: Respiración bloqueada.  

Tal vez leyéndolo la primera vez, esto pueda resultarse complicado o confuso, pero verás que luego no es tan difícil. Lo ideal es practicar desde el 5º mes de embarazo, para que el día del parto estés familiarizada con las respiraciones y sepas cómo hacerlo sin dudar. No obstante, recuerda que siempre estarás acompañada de una matrona que te indicará cómo actuar y te guiará durante el parto.

Las clases de preparación al parto son muy útiles. En ellas, además de enseñarte técnicas de relajación, te mostrarán ejercicios para mantener la forma física, para evitar molestias del embarazo, para facilitar el parto, ... Igualmente te contarán lo que ocurrirá el día D y podrás despejar todas las dudas que tengas, apartando de tu cabeza cualquier temor.

Practica las respiraciones durante los meses previos al parto, así, llegado el momento, sabrás cómo actuar sin ponerte nerviosa.

Implica a tu pareja ensayando juntos las respiraciones. El día del parto podrá ayudarte y tranquilizarte si sabe cómo hacerlo.

Al respirar ten cuidado con el exceso de ventilación. Las respiraciones deben hacerse calmadamente, incluso las jadeantes. Si se hacen muy rápidamente hay riesgo de hiperventilación, cuyas consecuencias implican mareos, sensación de ahogo, palpitaciones, hormigueo en las manos, dolor de pecho, debilidad, sudoración, temblores, etc.


Fecha de actualización: 09-06-2020

Redacción: Irene García

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