Embarazo anembrionado o sin embrión

Índice

• ¿Qué es el embarazo anembrionado?
• ¿Por qué se producen los embarazos sin embrión?
• ¿Se puede tener un embarazo normal después?

 

¿Qué es el embarazo anembrionado?

Algunas veces, el óvulo fecundado llega al útero y se implanta, pero el embrión no se forma, lo que da lugar a un saco gestacional vacío. Al haberse producido la implantación se dan todos los síntomas de embarazo: amenorrea, náuseas, cansancio, ganas de orinar, etc. También la prueba de embarazo da positiva, porque, al haber habido implantación del cigoto en el útero, se segrega la gonadotropina coriónica humana (GCH), que es la hormona que reacciona con los test de embarazo.  

Pero realmente no hay embrión, por lo que el cuerpo acabará expulsándolo mediante un aborto espontáneo o aborto diferido.

Si se realiza una ecografía temprana se descubrirá que el saco está vacío. Si así fuera, te administrarán medicación para provocarte un aborto y, si es necesario, te realizarán un legrado para limpiar bien el endometrio. Otras veces no se descubre hasta que comienza el sangrado intenso que indica que algo no va bien. Asimismo, cuando el embrión deja de crecer y los niveles hormonales disminuyen, los síntomas del embarazo desaparecen. De una forma u otra, se detecta normalmente antes de la décima semana de embarazo.

Se puede producir tanto en embarazos naturales como en aquellos que se logran mediante técnicas de reproducción asistida.

¿Por qué se producen los embarazos sin embrión?

Generalmente, los embarazos sin embrión se producen por problemas cromosómicos asociados a un espermatozoide o un óvulo de baja calidad. Las células que deberían formar el embrión no funcionan como deberían y se origina solo la cubierta destinada a formar la futura placenta, pero sin nada en su interior.

En la mayoría de los casos, el embarazo anembrionario se debe a una alteración genética durante la fecundación (generalmente alteraciones cromosómicas como las trisomías, las monosomías o las poliploidias).

Es relativamente frecuente. De hecho, el 50% de los abortos espontáneos en el primer trimestre están relacionados con esta causa.

Este tipo de embarazo puede producirse porque después de la fecundación se interrumpe la división celular o bien porque, a pesar de que continua la mitosis, se forman el saco gestacional y el trofoblasto, pero no el embrión. También es posible que se iniciara el desarrollo embrionario, pero este se viera interrumpido al llegar al milímetro por alguna malformación.

La edad de la madre (tener más de 40 años) o una dieta pobre en ciertos nutrientes como ácido fólico o vitamina K o B pueden aumentar las posibilidades de sufrir este problema.
 

¿Se puede tener un embarazo normal después?

Para tranquilidad de aquellas personas que han pasado por este proceso, no tiene por qué volver a pasar. Solo si te ocurre más de 3 veces deberías acudir a un especialista para que os hiciera pruebas genéticas, ya que puede que tengáis alguna enfermedad que se transmite al feto o algún problema que impide el desarrollo normal del feto. Pero, normalmente, tras esta experiencia se tiene un embarazo normal y una gestación sin problemas.

En cuanto al tiempo que hay que dejar pasar para volver a intentarlo, se recomienda que pasen al menos 2 o 3 reglas para que la mujer se recupere físicamente, aunque también es importante que te hayas recuperado emocionalmente de la pérdida de tu bebé.