Mi bebé tiene el ombligo salido

Índice

• Tipos de ombligo
• ¿Cómo reconocer el granuloma?
• ¿Y la hernia umbilical? ¿Cómo la reconocemos y cómo deberíamos tratarla?

 

Tipos de ombligo

Al poco de nacer el médico o la enfermera cortará al bebé el cordón umbilical que es lo que se utilizó para transportar los nutrientes de la madre al bebé durante el embarazo. Y sí, a pesar de que es cierto que muchas personas creen erróneamente que el bebé que nace con el ombligo salido debido a que este se ha cortado de una forma determinada, no es algo que se haya podido comprobar. Además, por norma general, no existen diferencias de salud causadas por los diferentes tipos de ombligo. ¿Cuáles son estos tipos?

- el ombligo salido (o en forma de botón). El ombligo salido podría ser en realidad una pequeña hernia. No es nada grave, pero está bien estar atento y tenerlo en cuenta.

- el ombligo en forma de U o de C. Este podría indicar que la cicatriz del cordón umbilical se cerró de una manera extraña, es decir, que podría significar que algo pasó durante la gestación y también durante el parto.

- el ombligo hundido. El ombligo hundido también se conoce como ombligo profundo u ombligo de pozo.

- y el ombligo en forma de T.

Sin embargo, además de existir diferentes tipos de ombligo, hay que tener en cuenta que los bebés pueden padecer algunos problemas en relación con el ombligo como la hernia umbilical, el granuloma o el pólipo. Todos ellos podrían integrarse dentro de los abultamientos y, aunque es cierto que en condiciones normales el cordón umbilical de un bebé recién nacido tiene una vena y dos vestigios, y todo ello además está inmerso en un medio gelatinoso, a veces los abultamientos pueden estar presentes en algunos bebés.

Por un lado, tenemos el pólipo, que es una masa roja y de consistencia dura. Si esta produjera molestias sí requiere de tratamiento quirúrgico. Por otro lado, el granuloma, que es una pequeña masa roja y blanda con aspecto de fresa pequeña y que suele desaparecer de manera espontánea y, por último, el granuloma umbilical, que se hace visible cuando el niño llora o hace pujos. En el caso de que estos persistieran se deberían operar, pero antes de que el niño cumpla sus primeros dos o tres años de vida.

¿Cómo reconocer el granuloma?

Está claro que los cuidados de los bebés tienen una gran importancia sobre todo en las primeras semanas de estos. Al igual que el cuidado de su piel, de su carita y de sus uñas, también será importante la cura del cordón umbilical. Cuando los padres y madres de estos bebés están curando el cordón umbilical de forma inevitable se fijarán en el ombligo de sus hijos. Este, en algunas ocasiones, podría ser motivo de preocupación. El granuloma es una masa o bulto de color rosado que se queda en el ombligo del bebé una vez se ha caído. Podríamos definirlo como una superficie lisa y de color rosado cubierta por un moco pegajoso.

El granuloma no va a aparecer en todos los bebés, pero su causa se desconoce. Algunos de los profesionales más expertos sí aseguran que efectivamente el granuloma podría tener algo que ver con la forma en que el tejido se va a ir curando y en cómo se separa el cordón umbilical del bebé, pero tampoco está comprobado. Y no, nada tiene que ver con la cura que haga el adulto del cordón umbilical. Lo único que se ha de tener en cuenta, eso sí, es que los granulomas más pequeños deberán ser tratados con la aplicación tópica de nitrato de plata, que es una sustancia que seca la lesión y que no va a causar daños al bebé ya que el granuloma no tiene nervios.

¿Y la hernia umbilical? ¿Cómo la reconocemos y cómo deberíamos tratarla?

La hernia umbilical, como ya veíamos (u ombligo salido, nombre con el que también se le conoce), se forma cuando el ombligo sobresale en lugar de ir hacia dentro del cuerpo. Contiene fragmentos de intestinos y otros tejidos del interior del abdomen. Lo bueno de la hernia umbilical es que no es tan problemática como la inguinal. La hernia umbilical normalmente se asocia con el orificio en la pared abdominal por donde el cordón umbilical y los vasos sanguíneos penetran al bebé mientras este está en el útero.

La hernia es, por tanto, una pequeña hinchazón localizada en el ombligo y es un problema frecuente en bebés y niños que podría preocupar bastante a los padres, pero que en realidad no presenta ningún riesgo para la salud. Es cierto que este tipo de hernia (la umbilical) se presenta ya en el nacimiento, pero con más frecuencia lo hará en los bebés prematuros. Será el llanto del bebé lo que hará aumentar la presión en el interior de la barriga haciendo que su abdomen se hinche ligeramente.

Es una alteración benigna causada por el cierre incompleto del anillo umbilical que por suerte se trata solamente de un defecto estético que no va a poner en absoluto en riesgo el bienestar del bebé por lo que no sería necesario ningún tipo de tratamiento y habrá que tener algo de paciencia hasta que desaparezca.