Cómo curar el ombligo del bebé en casa

Índice

• ¿Cómo curar el cordón umbilical?
• ¿Cuándo acudir al médico?

 

¿Cómo curar el cordón umbilical?

El cordón umbilical tarda en desprenderse entre ocho y diez días y algo más en los niños nacidos por cesárea, de 12 a 15 días. Lo habitual es que caiga en el transcurso de la primera semana, pero a veces llega a tardar de dos a tres semanas. Una vez desprendido quedará una herida que se curará en tres o cinco días, si se trata con los debidos cuidados.

Con respecto a si hay que utilizar algún producto y cuál o cuáles utilizar para curar el ombligo del bebé hay diversas opiniones. Hay pediatras que recomiendan solamente mantenerlo limpio y seco, que con ello es suficiente y algún día se caerá, mientras que otros sugieren utilizar antisépticos dos veces al día.

El producto más extendido y recomendado para curar el cordón umbilical, por accesible y barato, es el alcohol de 70 grados. El alcohol normal es de 90 grados, pero se recomienda el de 70 por ser más suave para la delicada piel del bebé, aunque nunca se debe aplicar directamente sobre su piel. Se debe envolver el cordón en una gasa estéril mojada en alcohol, sin dejarla demasiado tiempo ya que podría irritar la zona. Siempre es mejor utilizar la gasa en lugar de algodón pues este puede dejar restos pegados.

Los productos a base de yodo como el Betadine no son recomendables para los bebés, ya que se absorben a través de la piel y pueden provocar problemas de tiroides.

Los esparadrapos, ya sean de tela o de papel, pueden producir lesiones en la piel y las vendas oprimen el vientre y son incómodas. Por este mismo motivo, tampoco es recomendable emplear fajas, en contra de lo que pueda parecer, no curan ni facilitan la curación de las hernias de ombligo y pueden resultar incómodas para el bebé.

Mientras no se caiga, el ombligo debe estar seco, protegido y tapado para evitar cualquier tipo de infección, y para que se caiga lo antes posible. Antes se aconsejaba bañar al recién nacido por partes, para evitar que se mojara el ombligo cuando todavía no se había caído el cordón. En cambio, actualmente, se recomienda bañar al bebé con agua y jabón, y secar el cordón muy bien para evitar que aparezcan las bacterias. Por tanto, mientras que la herida no esté cicatrizada, lo aconsejable no es dejar de bañar al bebé o hacerlo por partes, sino secar bien el cordón. Lo más importante es que esté limpio y seco, para esto puedes seguir estos consejos:

- Lávate siempre las manos antes de hacerle una cura o cambiarle las gasas.

- Al colocar el pañal procura que el cordón y la pinza queden cubiertas para evitar que pudiera engancharse con la ropa o al levantar al bebé, aunque esto pueda provocar que se ensucie con la orina o las heces del bebé, de ahí la importancia de realizar la cura del cordón a diario o siempre que se haya ensuciado con estas.

- Cada vez que tengas que cambiar el pañal a tu bebé, necesitarás hacerle una cura del ombligo. Es por esto que es mejor tener a mano junto a su cambiador los siguientes materiales:

- Caja de gasas estériles.

- Vendas.

- Alcohol 70% o clorhexidina si el pediatra te ha indicado usarlos.

- Tirar y arrancar el cordón umbilical, aunque parezca que ya está seco, es una práctica nada recomendable porque puede producir una hemorragia.
 

¿Cuándo acudir al médico?

Si bien es normal que se produzca un leve sangrado del cordón umbilical del recién nacido los primeros días y al caerse, debemos vigilarlo pues hay ciertos signos que pueden indicarnos que algo no va bien. Es importante que, si ves los siguientes signos, acudas al médico:

- Cuando veas que sangra. Los pequeños sangrados (unas gotitas) son normales y aparecen al desprenderse el cordón. Cuando el sangrado es abundante puede deberse a un traumatismo, a una mala ligadura o a alteraciones 
de la coagulación.

- Cuando la piel del ombligo despide mal olor, aparece enrojecida, la base del cordón supura o el bebé tiene fiebre, puede tratarse de una infección.

- Cuando el cordón no se ha caído en tres semanas. El pediatra debe valorar si se trata de una infección, de una maceración por humedad o de alguna alteración inmunológica.

- Cuando observes un bultito blando en el ombligo. Puede deberse a una hernia umbilical, que el pediatra debe valorar si necesita operarse. Si son pequeñas, suelen corregirse solas.

- Cuando veas un bulto rosado y húmedo, una vez que se ha desprendido el cordón. Si se trata de un granuloma, el pediatra prescribirá el tratamiento más adecuado.

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