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Mal de altura en bebés, ¿hasta dónde pueden subir?

Mal de altura en bebés, ¿hasta dónde pueden subir?

El mal de altura o mal de montaña puede ser un problema inesperado si desconocemos lo que es y en qué circunstancia puede darse. El problema se agranda si le ocurre a nuestro bebé y no sabemos a ciencia cierta si se trata de eso. Como es mejor prevenir que curar, quédate para saber un poco más acerca del mal de altura en bebés y hasta dónde pueden subir.

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Índice

 

¿Qué es el mal de altura?


El mal de altura es una condición médica que afecta a personas de todas las edades cuando se está significativamente por encima del nivel del mar. Aunque hay síntomas y molestias comunes, esta condición no afecta de igual manera a todas las personas. En algunos casos los síntomas son levemente molestos, mientras que en los casos más extremos, la situación puede volverse casi insoportable para una persona si no recibe el oxígeno suficiente.

Hay 3 tipos de mal de altura en medicina:

- Mal agudo de montaña: está fuertemente categorizado por la presencia de náuseas y vómitos, hipoxia, combinados con fuertes dolores de cabeza y pérdida de apetito. La mayoría de las personas también se quejan de fatiga como resultado de esta condición. Esta es la enfermedad más común que se experimenta a gran altura.

- Edema cerebral de gran altitud: esta afección generalmente tiene todos los síntomas del mal agudo de montaña, junto con un inicio repentino de letargo, una incapacidad para andar correctamente y una sensación completa de total confusión sobre la situación. Si no se trata, puede ser bastante fatal.

- Edema pulmonar de gran altitud: también contiene todos los síntomas como náuseas, vómitos, cefalea, fatiga, así como un enfoque en la actividad respiratoria, lo que lleva a una constante falta de aire, tos y debilidad extrema. Aunque es bastante raro, es fatal si no se trata.
 

Mal de altura en bebés: causas y síntomas


Teniendo en cuenta los 3 tipos de mal de altura, entendemos que en bebés podría darse el primero, en una excursión a la montaña, a la nieve…

Cuando vas aumentando la altitud, el aire de la atmósfera ejerce presión sobre la tierra. Se conoce como presión barométrica. A medida que subimos, esta presión comienza a disminuir. Junto con la presión, también desciende el nivel de oxígeno en la atmósfera circundante.

Múltiples cambios en la atmósfera afectan al cuerpo, provocando así el mal de altura y haciendo que el bebé se sienta incómodo.

Si te encuentras en un viaje a un lugar de gran altitud con tu bebé, debes estar atento a los síntomas que te indicarán que algo no anda bien: 

- No quiere comer

- Llora constantemente y está muy irritable

- Está muy agitado

Los síntomas anteriores pueden ser comunes también si el bebé se encuentra cansado del viaje o se siente mareado. Recuerda hacer las paradas necesarias y darle de comer según su rutina para que el bebé no se sienta tan desorientado.

Si tras descansar, no consigue relajarse, puede que el bebé tenga mal de altura. Sería entonces el momento de visitar a un pediatra y seguir su consejo.

Ten en cuenta que es más probable que tu bebé sufra mal de altura si:

- Ha sufrido mal de altura con anterioridad

- Tiene problemas respiratorios

- Está deshidratado

- La residencia habitual se encuentra en un lugar con muy poca altitud

Las recomendaciones de los médicos es que, durante su primer año de edad, los bebés no suban a más de 1.200 m de altura. Después, podrán subir poco a poco hasta 2.50 m. Lo más importante es ir observando el comportamiento y los signos del bebé durante el tiempo de subida, y bajar si notamos que algo no anda como debería.
 

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Consejos para el mal de altura en bebés


Conocer los síntomas del mal de altura y seguir unos simples pasos pueden evitar que nuestro bebé sufra de esta condición:

- Evita volar directamente a una altitud superior a los 2.750 metros. El cuerpo del bebé no tendrá tiempo para aclimatarse.

- Si el bebé está descansado, el viaje será mucho más llevadero. Asegúrate de que no está malhumorado o siente molestias por otra cosa.

- Si tu destino está a gran altitud, no avances más de 400 metros de altitud por día. Pasa un día a esa altitud antes de seguir avanzando. Ayudará al cuerpo del bebé a acostumbrarse gradualmente al aumento de altitud.

- Hidrata al bebé cuando llegues a un lugar elevado.

En la mayoría de los bebés, el mal de altura rara vez es bastante severo y se puede tratar o reducir con algunos métodos rápidos. La mayoría de ellos trabajan para hacer que el cuerpo se sienta mejor y transmitir una sensación de paz y calma mental.

Cubre a tu bebé con un jersey y una manta, asegúrate de que tanto pies como cabeza y manos están a una temperatura óptima. Acurrúcalo junto a tu pecho. En caso de que los síntomas se agraven, lleva a tu bebé al hospital lo antes posible.

Los casos graves de mal de altura son raros. No entres en pánico si tu pequeño se siente un poco incómodo en el viaje a la montaña. Pregúntale al pediatra sobre las medidas preventivas y de precaución antes de emprender el viaje. Las precauciones y la aclimatación pueden ayudar al bebé a acostumbrarse mejor a las alturas y a disfrutar de las vacaciones en la montaña.


Fuente:

Children’s Hospital Colorado

Fecha de actualización: 30-10-2020

Redacción: Laura Abad

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