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¿El consumo materno de sucralosa podría afectar al bebé de forma perjudicial?

¿El consumo materno de sucralosa podría afectar al bebé de forma perjudicial?

El estudio sí ha asegurado que la administración de sucralosa y acesulfamo-k durante el embarazo y la lactancia, induciría cambios en el metabolismo y la microbiota intestinal de las crías. ¿Y qué pasa con los humanos? 

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Índice

 

¿Es perjudicial el consumo de sacarosa en el embarazo?

El embarazo es un momento de especial preocupación debido a que la atención se centra en la salud de la madre y del feto. Una de las recomendaciones para mujeres embarazadas, de hecho, es el control de peso. Exceder las recomendaciones sobre el incremento de peso gestacional sí aumenta el riesgo de padecer diabetes gestacional, pero también hipertensión arterial, sobrepeso, obesidad, preeclampsia, parto por cesárea, partos prematuros, defectos del tubo neural, etc.

Algunas de las recomendaciones, por ejemplo, que existen para evitar el aumento de peso excesivo es reemplazar la sacarosa por edulcorantes no nutritivos considerando que su consumo y en especial de bebidas y productos azucarados se ha incrementado a nivel mundial en los últimos años. Los edulcorantes no nutritivos (ENN) son ampliamente consumidos en la población, como reemplazo del azúcar y vistos como una estrategia para el ahorro de calorías extras. Sin embargo, hay que saber que su utilización en mujeres embarazadas no cuenta en realidad con estudios en humanos a largo plazo que avalen su seguridad.

En el caso de los Estados Unidos, por ejemplo, y también en diversos países latinoamericanos más del 60% de las mujeres embarazadas presenta sobrepeso u obesidad. Además, algunos estudios han observado altas tasas de exceso de ganancia de peso gestacional entre las mujeres hispanas, 52% de las mujeres embarazadas con sobrepeso y 75% de las mujeres hispanas obesas presenta una excesiva ganancia de peso gestacional.

Y es que el consumo de azúcar y en especial de bebidas azucaradas se ha incrementado a nivel mundial. Asimismo, se ha visto que existe una fuerte asociación entre el consumo de bebidas azucaradas y el riesgo de sobrepeso/obesidad. De hecho, se asegura también en algunos estudios que las mujeres que disminuyen su ingesta de bebidas azucaradas en un periodo de cuatro años ganan mucho menos peso que todas aquellas que mantienen o aumentan su consumo.

Se observa, por tanto, que la población tiende a consumir edulcorantes no nutritivos en reemplazo de la sacarosa. Sin embargo, entre los consumidores también existen dudas sobre los riesgos asociados a su uso como elementos artificiales o no naturales en el sentido de sí implican o no riesgos para la salud. En nuestro país, la guía diabetes y embarazo del Ministerio de Salud indica que se puede permitir el consumo con moderación durante el embarazo de endulzantes artificiales como el aspartamo (uno de los más comunes edulcorantes artificiales utilizados en alimentos y bebidas) o la sucralosa (que se obtiene a partir de la cloración de una molécula de sacarosa).
 

Pero ¿cómo se regulan los edulcorantes y su uso?

La seguridad de los edulcorantes en la Unión Europea se evalúa por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y por el Comité Científico de la Unión Europea sobre la Alimentación. En nuestro país, por ejemplo, las recomendaciones entregadas por el Reglamento sanitario de los alimentos permiten su utilización solamente en alimentos para regímenes de control de peso, libre, bajo o reducido en azúcares. Los edulcorantes no nutritivos son aditivos alimentarios con muy bajo o nulo contenido calórico que proporcionan una sensación de dulzor similar a la sacarosa. Estos pueden tener, de hecho, un dulzor entre 30 y 60 veces más dulce que el azúcar. Algunos de ellos son sintéticos y otros extractos naturales.

Con la conclusión final del estudio entendemos que el ambiente nutricional durante el desarrollo embrionario, fetal y neonatal juega un papel crucial en el riesgo de la descendencia de desarrollar enfermedades más tarde en la vida, y aunque los edulcorantes no nutritivos proporcionan un sabor dulce sin contribuir a la ingesta de energía, los estudios en animales mostraron que el consumo a largo plazo de endulzantes artificiales, sobre todo de aspartamo, comenzando durante el periodo perigestacional podría predisponer a los hijos a desarrollar obesidad y el síndrome metabólico en el futuro.

Aunque lo que está claro es que no existe evidencia de que el consumo de ENN como, por ejemplo, el aspartamo o la sucralosa incrementen el riesgo de malformaciones congénitas. No obstante, y a la luz de los datos actuales los expertos creen que el consumo de ENN aprobados por la FDA son seguros durante el embarazo. Sin embargo, se recomienda evitar el consumo de sacarina ya que su eliminación es muy lenta en el feto. Finalmente, puede ser una estrategia su utilización para un incremento menor de peso en especial en mujeres embarazadas con sobrepeso/obesidad o con diabetes gestacional, pero en cantidades moderadas.

Actualmente, queda claro que los resultados no son concluyentes sobre el efecto de los ENN relacionados con las variables de apetito y su relación con el sabor dulce e ingesta energética. Además, varios alimentos contienen mezclas de edulcorantes algo que también dificulta su determinación exacta. Resulta de gran interés realizar una determinación de la prevalencia de consumo de estos productos que contienen edulcorantes no nutritivos en embarazadas.


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