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Consumo de azúcar excesivo de pequeños, diabetes en el futuro

Consumo de azúcar excesivo de pequeños, diabetes en el futuro

Los niños entre 4 y 10 años consumen, solo en el desayuno, la mitad de la cantidad de azúcar que se recomienda no superar en un día. Ese consumo excesivo de azúcar les predestina a padecer diabetes cuando sean adultos.

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Se dispara el consumo de azúcar en niños

La ingesta diaria de azúcar en los niños de 1 a 3 años debe ser como máximo de unos 17 gramos de azúcar al día, pero casi todos los niños superan con creces ese máximo. Y es que no se trata solo de no echarles azúcar en la leche, es que la mayoría de alimentos procesados contienen una gran cantidad de azúcar, lo que hace que, al final del día, los niños hayan ingerido mucho más azúcar del recomendable.

Así lo muestran muchos estudios al respecto, como un reciente estudio del Reino Unido elaborado por el Departamento de Salud Pública de Inglaterra (PHE) que concluye que, antes de irse al colegio, los niños británicos de entre 4 y 10 años ya han consumido más de la mitad del máximo prescrito para un día, lo que hace que, al acabar la jornada, hayan tomado más del triple de azúcar recomendado.

Pero este problema no es solo de los británicos, el estudio Dietary sources of sugars in adolescents’ diet: the HELENA study (“Fuentes dietéticas de azúcares en la alimentación de los adolescentes: el estudio HELENA”) observó que por término medio los adolescentes europeos ingieren más de 110 gramos al día de azúcares añadidos con los alimentos, cuando el máximo recomendado en niños de 12 a 17 años es de 30 gramos al día.

Este consumo excesivo de azúcar predestina a los niños a sufrir diabetes tipo 2 en el futuro, lo que nos hace pensar que, si nada cambia, en unos años casi toda la población de ciertos países padecerá esta enfermedad.


¿De quién es la culpa del exceso de consumo de azúcar?

El problema es que el azúcar que consumimos en los productos procesados no depende de nosotros. Casi todos los alimentos que se compran en el súper ya elaborados, desde galletas a zumos, contienen mucho más azúcar del que deberían. Así, Miriam Vos, experta en nutrición y profesora asociada de pediatría en la Escuela Universitaria de Medicina de Emory (Atlanta, Georgia), recomienda reducir el consumo de bebidas azucaradas a menos de 23 centilitros semanales, cuando una sola lata ya contiene 33 centilitros. En estos datos se incluyen las bebidas light y los zumos envasados, que también contienen gran cantidad de azúcar.

Por eso, muchas voces se han levantado pidiendo a los gobiernos que obliguen a las empresas alimenticias a reducir el azúcar de sus productos, pero los gobiernos, quizá por la presión que ejercen las grandes industrias azucareras y de productos procesados, siguen sin hacer nada, a pesar de que todo el mundo sabe las enfermedades metabólicas que vamos a sufrir en el futuro a causa de esta alimentación.

¿Por qué? Juan Revenga, dietista-nutricionista y biólogo, lo tiene claro: “por dinero”. “Cuando los directivos de estas empresas se han planteado reducir los compuestos nocivos ven que reducen también los ingresos. Les interesa dar al consumidor lo que este pide: más azúcar, más beneficios”.

No obstante, algunas cosas ya están cambiando en algunos países. En Reino Unido, por ejemplo, el estudio antes citado ha hecho que se le dé un empujón a la iniciativa Change4Life y han lanzado una aplicación para padres y niños en la que se puede contrastar la cantidad de azúcar que tiene muchos productos de desayuno tradicionales, como galletas, batidos, cereales, magdalenas… Productos nada sanos a pesar de lo que las campañas de marketing nos quieren hacer creer. Muchos de ellos, pensados “especialmente para niños”, con lo que se supone que son más sanos.

Por eso, deberían de prohibirse ciertos anuncios y campañas de publicidad que alientan a los niños a consumir determinados alimentos que se presentan como muy sanos pero realmente no lo son.

Además, “la legislación del etiquetado debería ser más restrictiva para que obligase a las compañías a declarar la cantidad de estos compuestos y su riesgo para la salud”, señala la doctora María Ballesteros, miembro de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). Y añade: “Con estos malos hábitos, que estamos inculcando a los niños, ponemos en riesgo su salud. Hay tipos de obesidad muy dañinos que tienen signos menos evidentes: no se trata solo de coger unos kilos. Además de la tremenda tasa de obesidad infantil que tenemos, los estudios han demostrado que estos azúcares añadidos aumentan las posibilidades de sufrir síndrome metabólico y enfermedades derivadas como cardiopatías, hipertensión, diabetes y cáncer que reducirán su esperanza de vida”.

También se está empezando a crear un impuesto especial para los productos azucarados. Algunos países como México, Francia o Italia han puesto en marcha impuestos elevados sobre productos edulcorados para reducir su consumo. Reino Unido impondrá esta medida a las bebidas azucaradas dentro de dos años. En España estos impuestos ni están ni se les espera por las presiones de la industria alimentaria.

Por lo tanto, corresponde a los padres asumir este problema y dar de comer a nuestros hijos alimentos sanos.


Entonces… ¿qué debemos dar de comer a los niños?

Como hemos visto, casi todos los productos de desayuno son perjudiciales: galletas, bollos, cereales, zumos envasados… Por lo tanto, hay que buscar alternativas no elaboradas y diferentes, como frutas, pan o cereales integrales, huevos al plato o pasados por agua, miniensalda de tomatitos y aguacate, etc. No hay que ceñirse a los alimentos tradicionales para desayunar, se puede desayunar cualquier alimento.

En cuanto a la comida del medio día para el recreo, olvida también los zumos envasados y la bollería, hay muchas alternativas sanas, como brochetas de frutas, bolitas de lentejas cocidas, queso fresco con tomatitos, etc.

Y en el resto de las comidas, la base debe ser siempre las frutas, verduras , legumbres, carne y pescados frescos y cocinados directamente en casa, nada de productos ya elaborados. Aunque el tiempo parezca ir en nuestra contra, no se tarda nada en hacer un pescado con verduras a la plancha o una ensalada de lentejas.

Reduce al máximo los alimentos procesados para que vuestra dieta sea lo más sana posible y tu hijo no esté abocado a padecer diabetes y otras enfermedades en el futuro.


Fuentes:

Juan Revenga, dietista-nutricionista y biólogo

Dietary sources of sugars in adolescents diet: the HELENA study, https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/27896443

Foto: Created by Freepik

Fecha de actualización: 28-07-2020

Redacción: Irene García

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