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Bebés con diarrea

Bebés con diarrea

La diarrea podría definirse como una inflamación de los intestinos y habitualmente del estómago que se manifiesta normalmente por el aumento del número de las deposiciones que se hacen habitualmente. ¿Qué debes hacer si tu bebé tiene diarrea?

Índice

 

Las diarreas en bebés

Los síntomas de una diarrea en bebés pueden aparecer de forma repentina, pero no es raro que a esta inflamación intestinal le acompañen otros muchos síntomas como, por ejemplo, las náuseas, los vómitos, el dolor abdominal o la fiebre, aunque por suerte la gran mayoría de los bebés suele recuperarse entre tres y siete días con descanso en casa e ingiriendo una gran cantidad de líquidos.

Existen, además diferentes tipos de diarrea: la diarrea normal, la diarrea prolongada o la diarrea crónica. Cuando se trata de una diarrea normal suele durar menos de dos semanas. A la diarrea normal se la conoce, además, con el nombre de diarrea aguda. Si la diarrea, por ejemplo, dura más de dos semanas será una diarrea prolongada y hablaremos de diarrea crónica cuando esta se alargue más de cuatro semanas.

Asimismo, se ha de saber que las diarreas en los bebés no son solamente heces sueltas, sino que también son algo aguadas y pueden llegar a producirse incluso hasta en doce ocasiones. En el caso de que, por ejemplo, estés amamantando debes tener en cuenta que las heces serán de color amarillo, sueltas, o aguadas y a menudo contendrán pequeñas piezas que se parecen a las semillas. Sin embargo, si el bebé se alimenta solamente con el biberón la defecación irá en torno a un color amarillo y bronceado. Y si vuestro bebé está siendo alimentado correctamente no habrá de qué preocuparse. Sin embargo, si el bebé tiene diarrea y tiene menos de tres meses de edad, una temperatura rectal de 38ºC o más, está vomitando, está falto de energía o irritable y no quiere comer, o tiene algunos síntomas de deshidratación en la boca o no ha orinado durante tres horas o más será necesario acudir a su pediatra.

Por norma general, las heces de los bebés suelen ser blandas y sueltas, aunque los recién nacidos suelen tener heces frecuentes, a veces con cada comida. Por eso es fundamental saber diferenciar una diarrea de unas heces normales. Algunas de las causas que, además, podrían provocar esta enfermedad son:

un cambio en la dieta del bebé o un cambio en la dieta de la mamá si esta está amamantando

- una infección bacteriana.

- una infección parasitaria.

- infección de virus como la gastroenteritis.

- enfermedades raras como la fibrosis quística.

- uso de antibióticos (madre o bebé).

 

¿Cómo cuido a mi bebé con diarrea?

En primer lugar, la madre del bebé que tiene diarrea ha de asegurarse que su hijo está lo suficientemente hidratado para que no pueda deshidratarse. Recordemos que los bebés y niños menores de tres años pueden deshidratarse de forma muy rápida, lo cual es muy grave para su salud. En segundo lugar, la mamá deberá también seguir ofreciendo leche a su bebé si está amamantando, pues esta, además ayuda a prevenir la diarrea y hará que el bebé se recupere más rápidamente. En el caso de que, por ejemplo, el bebé esté tomando biberón (o de fórmula) lo mejor es que se ofrezca sin diluir. Y, finalmente, se ha de tener en cuenta también que jamás se le ha de ofrecer medicación para frenar la diarrea al bebé, a menos que el especialista le aconseje lo contrario.

En cuanto a la alimentación hay que tener en cuenta también que si el bebé empezó a tomar alimentos antes de comenzar con la diarrea se deberán elegir, al menos hasta que todo vaya bien, entre los plátanos, las galletas saladas, la pasta o el cereal, pero evitar siempre algunos alimentos que podrían empeorar esta diarrea tales como el jugo de manzana, la leche, los alimentos fritos o el jugo de fruta sin diluir. Nunca se deben empezar a dar alimentos nuevos durante un episodio de diarrea. 

La dieta astringente no es conveniente para bebés, ya que es pobre en grasas, proteínas y otros nutrientes, y puede que el bebé no la acepte bien. Lo mejor es ofrecerle alimentos suaves y, sobre todo, evitar la deshidratación. 

En general no hace falta ofrecer medicamentos. Nunca se deben dar antibióticos (salvo en casos raros de infecciones bacterianas), antidiarreicos como la Loperamida, muy peligrosos en menores de 2 años, o antieméticos como Primperán, por lo mismo.

 

¿Qué consejos pueden seguir los padres y las madres para prevenir la diarrea en sus hijos todavía bebés?

- extremar las medidas de higiene

- tirar los pañales en un cubo con tapa

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- vigilar que todos los familiares se lavan las manos antes y después de comer o preparar alimentos, y tras ir al baño

- lavarse las manos después de cambiar a los niños

tapar comida y bebida para proteger de los gérmenes

- seguir siempre las indicaciones y pautas indicadas por el especialista en pediatría con el fin de evitar dietas inadecuadas

No obstante, y aunque sepamos que la leche materna, como ya veíamos, contiene unos compuestos llamados mucinas defensivas que previenen y protegen al bebé lactado frente a este virus, existe una vacuna contra el rotavirus que se administra en los primeros meses de vida y que ha demostrado, además, la capacidad de disminuir la probabilidad de contagio por esta infección.

El rotavirus es el microorganismo más común que causa gastroenteritis durante la infancia. El periodo de incubación de la enfermedad por rotavirus es de aproximadamente dos días, aunque se trata de un virus que convive durante largos periodos en juguetes y superficies duras. Y, ¿cómo actúan los rotavirus? Lo cierto es que el mecanismo de producción de la diarrea no se conoce con certeza, pero la presencia de una gran cantidad de virus en las vellosidades intestinales hace suponer que se producen alteraciones de la absorción y la fisiología normal, que sería la causa de la diarrea.

Se ha de tener en cuenta, no obstante, que se trata de una inflamación que no requiere tratamiento porque suele curarse sola en un par de días. Sin embargo, si la diarrea se produce con sangre implica entonces la infección por bacterias nocivas que sí pueden requerir tratamiento antibiótico o de otro tipo.


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Las medidas de biberón para recién nacidos deben ser definida por el propio bebé tal y como se hace con la lactancia materna, que es a demanda. De esta manera, el bebé se regula en función de las necesidades de cada momento.


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