Mi bebé no apoya los pies

Índice

• Desarrollo motriz del bebé
• ¿Qué es el retraso psicomotor?
• Patologías más comunes cuando el bebé comienza a caminar

 

Desarrollo motriz del bebé

Entre los seis y los diez meses de vida los bebés comienzan a movilizarse solos. Lo más normal es comenzar gateando y luego ya empezar a caminar, pero algunos bebés no llegan a gatear nunca. Para el bebé el gateo va a ser algo maravilloso pues le va a aportar una mayor conciencia de su cuerpo y a facilitar también la conexión entre los hemisferios cerebrales y, además, la posibilidad de hacerlo a gran velocidad les da seguridad de saber que pueden llegar a sus objetivos y eso les divierte mucho.

Entre el primer y el tercer año de vida los niños desarrollan actividades locomotrices como andar, saltar, correr, nadar, caer, trepar, etc., que no solamente conllevan un desarrollo físico para el menor sino también una importante estimulación emotiva y social.

El problema viene cuando pasado este tiempo el niño ni anda, ni corre, ni gatea… Ahí es cuando deberíamos comenzar a preocuparnos. Es cierto que muchas veces la preocupación llega sin motivo y simplemente los padres y las madres de estos bebés están terriblemente angustiados solo porque su bebé no sigue las pautas de desarrollo, pero no pasa nada porque cada niño sigue un ritmo distinto. Sin embargo, cuando el bebé se estanca y no es capaz de continuar por sí solo un desarrollo adecuado, habrá que llevarlo al pediatra.
 

¿Qué es el retraso psicomotor?

Es posible que exista un retraso psicomotor. El retraso psicomotor es una alteración en la correcta evolución de la motricidad y el intelecto de un menor. Normalmente se detecta en los primeros meses de vida cuando el pequeño no es capaz de realizar determinadas actividades que son normales a su edad. Las causas pueden ser algo variadas. De hecho, en algunas ocasiones el motivo del retardo está presente en el niño desde antes de nacer relacionado, por ejemplo, con daños o anomalías en el sistema nervioso central, pero también puede deberse a enfermedades o accidentes ocurridos tras el nacimiento como algunas infecciones o trastornos metabólicos genéticos o no genéticos.

En todas las edades existen una serie de destrezas asociadas que nos podrían dar una primera pauta de si el bebé sufre o no algún tipo de retraso psicomotor. Entre los diez y los doce meses será cuando el bebé se ponga de pie agarrado a algún mueble, inicie ya la marcha lateral sujeto a algo y dé pasitos cogido de la mano de su papá o de su mamá. Y, por supuesto, apoye los pies. Para ayudarle sería bueno llevarle al parque porque suelen aprender a levantarse sujetándose a la malla y caminan agarrados a ella. También es buena idea que ande sujetándolo solamente por detrás o agarrándose a un pañuelo que sostiene su papá o su mamá solamente con la mano.

Para que dé sus primeros pasos también sería bueno hacerle andar por el pasillo u otro espacio estrecho que le dé confianza y seguridad, colocar un juguete encima de una mesa baja para que trate de agarrarlo y enseñarle a empujar una silla ligera. Pero si el problema continua y el bebé sigue sin apoyar los pies, lo mejor será acudir al pediatra para que le evalúe y pueda identificar qué es lo que le pasa realmente.
 

Patologías más comunes cuando el bebé comienza a caminar

- pie plano: en este periodo es normal que aumente la grasa de la planta del pie. Se produce cuando el arco o el empeine del pie tocan el suelo. No suele causar mucho dolor en los niños, pero debería ser tratado por un especialista.

- pie cavo: conocido como pie arco. Es lo contrario a pie plano y está causado por condiciones neurológicas u ortopédicas anormales, o también por una enfermedad neuromuscular que afecta al bebé. Se presenta, además, como una curvatura muy pronunciada en la planta del pie y se caracteriza porque el peso del cuerpo se concentra en la zona que va entre el tobillo y los dedos del pie del menor. Es, además, una complicación algo dolorosa para el bebé y posee la gran dificultad de encontrar zapatos adecuados.

- metatarso varo: deformidad del pie que se caracteriza por tener la parte anterior del pie hacia dentro. Es más frecuente en recién nacidos, pero a medida que estos van creciendo se irá corrigiendo.

Está claro que en los casos donde no se solucione de manera natural se debe realizar un tratamiento adecuado. El especialista aconsejará ejercicios de estiramiento. Pero ¿cómo prevenir estas patologías con anterioridad?

Durante los primeros meses, antes de que comience a desplazarse solo, hay que tratar de que el bebé no duerma boca abajo ya que de esta manera evitaremos la inclinación de las caderas hacia delante. También se debe evitar, si el bebé en algún momento está boca abajo, que junte sus piernas bajo sus nalgas porque eso puede provocar que el pie se desarrolle hacia fuera o que exista alguna torcedura de la tibia. Tampoco deberán sentarse con las piernas hacia afuera porque eso les provocará una deformación que exija tratamiento.