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Estimulación en el agua para bebés

Estimulación en el agua para bebés

Probablemente haya pocas cosas tan emocionantes como su primer contacto con el agua. Así es, y es que una de las experiencias más inolvidables para muchos papás y mamás puede ser, sin duda, el descubrimiento del agua por parte de sus hijos. Ellos, además, estarán encantados de jugar con ella, de chapotear y de flotar. Pero ¿qué beneficios va a aportarles la estimulación acuática a los bebés?

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Índice

La estimulación acuática en bebés es un método que consiste en la adaptación al agua mediante juegos, canciones y ejercicios. ¿No la ha probado aún tu bebé? Sí, tranquilos, también vosotros estaréis junto a él para acompañarlo. De hecho, la presencia de los papás y las mamás tiene un rol muy importante durante su desarrollo ya que la estimulación acuática va mucho más allá de enseñar a nadar pues permite que el bebé tenga un vínculo con el espacio. Además, a los más pequeños les va a favorecer y mucho el contacto con el agua porque les recuerda al ambiente materno.

El valor de la estimulación acuática para bebés es muy elevado y el agua, por suerte, un medio idóneo que se debe aprovechar al máximo a partir de los cuatro meses. Además, las sesiones de estimulación acuática para los bebés deben ser de 30 minutos y si el bebé no está a gusto jamás forzarle. De esta manera siempre podrá asociar la experiencia en el agua con algo agradable y divertido y no todo lo contrario.
 

Beneficios de la estimulación en el agua para los más pequeños

1- Fortalece el vínculo entre papá/mamá y el bebé. La percepción del bebé en los primeros meses consiste en relacionar su cuerpo con el de los padres. Gracias a ese vínculo los bebés pueden comprender mejor su propio cuerpo y también las características de su entorno.

2- Favorece el desarrollo sensorial. Son muchas también las sensaciones que los bebés van a experimentar dentro del agua. Esto va a permitir que entre una mayor cantidad de información de su entorno a su sistema. Comienza aquí, por tanto, un procesamiento racional en referencia a sentidos y sensaciones.

3- Estimula la percepción visual y táctil. En el agua los bebés también van a poder experimentar otro tipo de sensaciones y patrones visuales al tiempo que se van a ir desarrollando diferentes habilidades táctiles.

4- Los ayuda a relajarse. La estimulación acuática tiene propiedades relajantes y, por eso, siempre un buen “chapuzón” nos ayuda a conciliar mejor el sueño, no solo a los más pequeños sino también a los adultos.

5- Aumenta su apetito. De siempre se ha dicho y hemos escuchado que eso de estar mucho rato en el agua da hambre ¿verdad? Pues sí, y a los bebés también les pasa igual ya que al salir del agua y gracias a esa estimulación acuática de la que hablamos su apetito será mayor.

6- Estimula su conciencia. La estimulación acuática también hará, sin duda, que los bebés puedan desarrollar ciertos conceptos como “arriba y abajo”, “delante y atrás” o “comenzar y finalizar”.

Y otros beneficios como:

- Beneficios a nivel perceptivo-motriz

1) Desarrolla y enriquece los movimientos del niño

2) Evita la atrofia muscular y el retraso de las conductas inteligentes por ausencia de la acción corporal

3) Dominio de la postura dinámica en el medio acuático y aéreo

4) Conocimiento y dominio del cuerpo

5) Construcción del propio esquema corporal

6) Adquisición del desplazamiento autónomo, que asegura al niño un principio de independencia

- Beneficios a nivel cognitivo

1) Dar al niño el placer del agua

2) Desarrollo psicológico del niño

3) Proyección hacia el mundo adulto

4) Crear disponibilidad del niño para el aprendizaje

5) Probar y probarse

6) Desarrolla y consolida la personalidad del niño

7) Incremento de la capacidad del niño de afrontar riesgos y asumir el fracaso

- Beneficios a nivel afectivo

1) Comunicación entre el niño y el adulto a través del gesto y la acción

2)  Comunicación con los demás, el papel del grupo

3) Conciencia del “yo corporal” a través de diferentes receptores. 
 

Más beneficios del agua para bebés

Por supuesto, ya que la estimulación acuática también va a ayudar en su desarrollo psicomotor. Hay que recordar que, aunque el niño aún no camina, encuentra en el agua la posibilidad de moverse.

Ayuda también al sistema inmunológico, le ayuda a relajarse y a sentirse más seguro, aumenta su coeficiente intelectual y fortalece su sistema cardiorespiratorio. Y algo de lo que no podemos dudar, en absoluto, es de que esta estimulación acuática también va a iniciar la socialización sin traumas en un ambiente lúdico y recreativo. Gracias a esta estimulación desde bien pequeños los bebés y niños van a poder ir desarrollándose como personas y su entorno de una forma natural. De hecho, la simple convivencia en la piscina con otros muchos más bebés y niños les va a ayudar a relacionarse mejor, además de que aprenderán a compartir y realizar actividades junto a otras personas. Así, van a poder ir adquiriendo poco a poco mucha más confianza para comunicarse.
 

¿Cómo debe ser la piscina para un bebé?

- Temperatura del agua alrededor de 32º C.

- Concentración de cloro inferior a la de una piscina convencional para evitar irritaciones en la piel y los ojos.

Sin embargo, las piscinas normales tienen una concentración de cloro de entre 0,4 y los 1,2 miligramos por litro. Por lo tanto, no se recomienda bañar a los bebés en una piscina normal antes de los 4 meses, momento en el que su sistema inmunológico se ha desarrollado lo suficiente como para evitar resfriados, infecciones, etc.
 

Inmersiones en el agua con el bebé para no perder el “corte glótico”

Desde que los bebés nacen y hasta los seis o nueve meses de edad estos van a presentar el reflejo “corte glótico”. Aunque el bebé se sumerja en el agua la glotis se cierra impidiendo que nada entre en las vías respiratorias, pero si no se estimula este reflejo se pierde cada vez con más rapidez. Una manera, por tanto, de tenerlo activo más tiempo es realizando inmersiones en el agua con el bebé, pero ¿cómo?

- Coger al bebé por las axilas siempre y cuando este se encuentre de pie dentro del agua, contar uno, dos y tres y soplar en la carita del bebé para después sumergir.

- Cuando se tiene al bebé en el bordillo sentado, a la que se le introduce en el agua se le hace también una pequeña inmersión.

- Colocar algún juguete sumergido completamente en el agua (siempre y cuando se trate de una piscina pequeña con poca profundidad) e intentar coger el objeto con pequeñas inmersiones. De esta manera también se favorece la psicomotricidad y se estimula la percepción visual y táctil.
 

Ejercicios de estimulación en el agua de 5 a 12 meses

- Colócalo de pie sobre el agua mientras lo sujetas por el tronco. Déjalo que mueva las piernas como si estuviera corriendo.

- Siéntalo en el borde de la piscina y deja que chapotee y que se lance como si fuera un tobogán (con cuidado de que no meta la cabeza).

-  Colócale un churro debajo de la tripa y ponle a la vista un juguete para que intente desplazarse para alcanzarlo.

Es importante que todos los ejercicios de estimulación y matronatación resulten divertidos y nunca se fuerce al bebé.


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