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Síntomas de intolerancia a la lactosa en bebés

Síntomas de intolerancia a la lactosa en bebés

Conocer los principales signos de esta enfermedad nos ayudará a diagnosticarla enseguida y así poner un tratamiento adecuado para evitar que el niño pierda peso, se encuentre enfermo y decaído, llore a menudo, etc.

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Indice

 

¿Cuál es la diferencia entre alergia e intolerancia?

Aunque muchas veces se confundan ambos términos, no es lo mismo padecer una alergia que una intolerancia a un alimento. En el primer caso, se produce una reacción de defensa contra una proteína alimentaria específica que actúa de alérgeno; es decir, el sistema inmune de la persona reconoce esa proteína como algo potencialmente peligroso sin serlo, y reacciona frente a él, liberando anticuerpos. Sin embargo, en el caso de la intolerancia, la persona que la padece carece de ciertas enzimas (en este caso, la enzima lactasa) necesarias para digerir un determinado alimento, y por tanto no puede tomarlo sin que le siente mal.

Las alergias alimentarias aparecen muchas veces por la introducción de alimentos sólidos antes de tiempo. También la frecuencia con la que se toma un alimento hace que haya más o menos posibilidades de sufrir alergia; por ejemplo, en España es muy común la alergia a la leche, mientras que en Italia lo es a la pasta. Mientras que las intolerancias tienen un componente genético, ya que es una enfermedad con la que se nace.
 

¿Qué es la lactosa?

La lactosa es un tipo de azúcar que se encuentra en algunos alimentos como la leche y los productos lácteos, algunos tipos de pan, cereales y alimentos congelados o enlatados.

La enzima lactasa, ubicada en el intestino delgado, es la encargada de desintegrar la lactosa. Cuando consumimos lactosa, la lactasa la descompone en dos azúcares simples: la glucosa y la galactosa. Luego, el cuerpo absorbe estos azúcares simples en los intestinos. Pero si hay disminución de la cantidad o una pérdida de la enzima lactasa, no podemos descomponer ni absorber la lactosa, causando los síntomas de la intolerancia.
 

¿Los bebés pueden tener intolerancia a la lactosa?

La intolerancia a la lactosa no es muy común en los bebés y suele aparecer en recién después pasados los tres años, a medida que la cantidad de enzima lactasa disminuye.

No obstante, los prematuros tienen más probabilidades de tener un tipo de intolerancia a la lactosa llamado deficiencia de lactasa del desarrollo. Esta afección, por lo general, dura solamente un corto tiempo después del nacimiento.

Otra posibilidad es padecer la deficiencia de lactasa congénita, un trastorno genético muy poco común en el que los bebés no pueden descomponer la lactosa presente en la leche materna o maternizada. Este tipo de intolerancia provoca diarrea grave y, si no se trata, puede llegar a causar deshidratación y pérdida de peso graves.

Por otra parte, los niños pueden experimentar temporalmente intolerancia a la lactosa después de una infección viral o junto con afecciones que provoquen inflamación intestinal, como la enfermedad celíaca.

 

Síntomas de intolerancia

Los síntomas de las alergias y las intolerancias son muy similares, por eso es difícil en un primer momento saber ante cuál de las dos nos hallamos. Los principales síntomas de la intolerancia a la lactosa son:

- Dolor abdominal

- Náuseas

- Vómitos constantes

- Diarreas frecuentes (incluso sanguinolentas)

- Aumento de peso irregular

- Flatulencia

- Abdomen abultado

- Llanto descontrolado

- Sonidos en la tripa

Para confirmar que se trata de una intolerancia, es necesario hacer una biopsia intestinal y una serie de análisis tras haber ingerido lactosa.

Además, una buena forma de comprobar si tu bebé es intolerante a la lactosa es eliminar todos los productos lácteos de la dieta de tu hijo durante, al menos, dos semanas. Tras este tiempo, vuelve a introducirlos de forma gradual. Si los síntomas vuelven a aparecer, es muy probable que sea eso, así que deberás preguntar a tu profesional de pediatría o medicina.

 

¿Qué se debe hacer?

La intolerancia a la lactosa no suele aparecer hasta los 2 años de edad, con lo que en los primeros meses de vida, el bebé podrá alimentarse de la leche materna sin ningún problema. Y posteriormente, tomar leches de fórmula adaptadas para bebés hasta que pueda comenzar con la leche de vaca, momento en que suele manifestarse la intolerancia.

Algunos prematuros presentan desde el nacimiento este tipo de intolerancia. En estos casos, deberán ser alimentados con una leche de fórmula especial que no contenga lactasa.

Una vez que la enfermedad se manifiesta, el único tratamiento posible es eliminar de la dieta todos aquellos alimentos que contengan lactosa. Sin embargo, al ser una intolerancia y no una alergia, pueden consumir pequeñas cantidades de productos lácteos que contienen menos lactasa. Por ejemplo, mantequilla, quesos, yogur… Asimismo, existen productos lácteos deslactosados aptos para intolerantes. En cuanto a la leche, podrán ingerir la leche de soja o la de arroz.

La lactosa está presente en muchos otros productos de nuestra alimentación y en algunos medicamentos. Además, en general, los fabricantes agregan leche o productos derivados de la leche a los alimentos en caja, enlatados, congelados, envasados y preparados. Por lo tanto, hay que leer muy bien las etiquetas y la información nutricional de los alimentos para descubrir posibles fuentes de lactosa.

Si aún así el médico considera que su dieta es baja en calcio, vitamina D y riboflavina, puede recomendar suplementos. Eso sí, siempre tiene que ser el pediatra el que aconseje esta opción.

Así, con una dieta sin lactosa, el niño dejará de sufrir las molestias de la intolerancia y podrá llevar una vida normal.

Por último, si su hijo tiene intolerancia a la lactosa puede ingerir productos lácteos sin lactosa, todos ellos son buenas fuentes de calcio.


Fuente:

Blog EnFamilia de la AEP: "Intolerancia a la lactosa", https://enfamilia.aeped.es/temas-salud/intolerancia-lactosa

Fecha de actualización: 12-04-2021

Redacción: Irene García

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