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Síntomas y tratamiento de la espondilolistesis

Síntomas y tratamiento de la espondilolistesis

La espondilolistesis es una enfermedad de la columna vertebral en la que se produce el deslizamiento de una vertebra respecto a otra. Afecta al 5% de la población y, aunque es más habitual en personas mayores, también puede aparecer en niños desde el nacimiento. 

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Indice

 

¿Qué es la espondilolistesis?

Esta enfermedad es más habitual en las vértebras L4-L5 (la región lumbar) y la mayoría son espondilolistesis anterolistesis, es decir, se deslizan hacia adelante. Además, es más habitual en hombres.

Dependiendo de la gravedad se clasifica en 5 grados, siendo el quinto el más grave, el que corresponde a un deslizamiento de toda la base de la vértebra a una posición por delante de la inferior. El grado 1 indica que el 25% de una vértebra se ha deslizado hacia adelante; el grado 2 indica que se ha producido un deslizamiento del 50%, etc.

También se puede clasificar según el tipo en:

Espondilolistesis congénita: normalmente se descubre hacia los 6 años, aunque puede aparecer en la juventud. Es un problema genético que aparece con el desarrollo y el crecimiento.

Espondilolistesis adquirida: causada por el desgaste de la columna o por realizar de forma continuada posturas o movimientos dañinos para la misma. Levantar objetos pesados a menudo o los deportes intensos pueden provocar una espondilolistesis.

Mientras que la espondilolistesis degenerativa es una forma de espondilolistesis adquirida que se produce, normalmente, pasados los 50 años. Los cambios degenerativos en la columna debilitan las estructuras espinales y la hacen susceptible a este y otros problemas. Tener artritis, por ejemplo, aumenta el riesgo de padecer esta enfermedad.

También las infecciones o las enfermedades reumatológicas pueden causar este problema.


Síntomas de la espondilolistesis

Algunas personas no sienten dolor, aunque generalmente sí causa dolor lumbar o lumbalgia, además de lumbociática, debilidad en muslos o piernas, dolor de cuello, músculos isquiotibiales tensos, pérdida de control de esfínteres, abdomen sobresalido, torso más corto, lomo hundido, forma de caminar como un pato…

Para confirmar el diagnóstico, lo normal es que el profesional de medicina pida hacer una radiografía de la columna, ya que en las placas se podrá apreciar cómo la vértebra se ha deslizado. También se puede hacer una resonancia magnética para ver la compresión de los nervios, una tomografía axial computarizada o hacer una prueba que muestra la conducción nerviosa (EMG).

Según el origen de la listesis, puede dividirse en:

- Degenerativa: por degeneración de los tejidos que estabilizan las vértebras (disco intervertabral, ligamentos, articulaciones facetarías, etc. Como en la artrosis.

- Ístmica: se debe a una espondilolisis, que son unos trazos de fractura o debilidades en una zona de la vértebra denominada “pars intearticularis”, que provoca una sujeción insuficiente y su consecuente deslizamiento.

- Traumática: debido a golpes, caídas o accidentes.

- Congénita: presente desde el nacimiento.

- Patológica: a causa de una enfermedad ósea, por ejemplo, un cáncer.

- Iatrogénica: una cirugía que debilite las estructuras óseas que estabilizan las vértebras puede provocar una espondilolistesis.


¿Cómo se trata la espondilolistesis?

Existen dos tratamientos, el conservador, que intenta evitar la cirugía, y la intervención quirúrgica.

El primero consiste en ejercicios de fisioterapia y fortalecimiento de los abdominales y paravertebrales para dar mayor estabilidad a la columna. A largo plazo, es posible que el disco que se ha deslizado degenere y llegue a desparecer, hasta que se produzca una osificación entre ambas vértebras.

Es fundamental trabajar la elongación de los músculos isquiotibiales para aliviar la tensión y el dolor que se producen en la zona baja de la espalda.

También es importante la reeducación postural para evitar que aparezcan los síntomas y dolores. En ocasiones se recurre a la hidroterapia para aliviar los dolores. Además, el médico indicará la necesidad de no hacer deportes intensos que puedan dañar la zona ni levantar cosas pesadas. Es posible que recete también medicamentos para controlar la inflamación, los espasmos musculares y/o el dolor. Y a veces se manda un aparato que ayude a reducir los espasmos musculares y el dolor.

Si la enfermedad es muy grave e incapacitante, habrá que recurrir a la cirugía, realizando una fusión espinal de las vértebras para estabilizarlas. En la fusión espinal se usan implantes como tornillos, barras, jaulas e injertos óseos para ayudar a que la columna se fusione. 


Fuente:

Cleveland Clinic: http://www.clevelandclinic.org/health/shic/html/s10302.asp

Fecha de actualización: 27-04-2022

Redacción: Irene García

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