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Enfermedades crónicas: Vivir con asma

Enfermedades crónicas: Vivir con asma

El asma es una enfermedad muy frecuente que, según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), se da en 1 de cada 10 niños y adolescentes, siendo más frecuente en niños que en niñas hasta la edad adulta, momento en que se invierte la frecuencia. En los últimos años, se ha notado un aumento de personas afectadas por esta dolencia, y muchos estudios apuntan a la contaminación ambiental y a un sistema inmunológico más débil como causas de este incremento.

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Indice

 

¿Qué es el asma?

El asma es una enfermedad crónica de los pulmones que se caracteriza por la inflamación de las vías respiratorias inferiores (las que van de los bronquios principales hacia abajo). Esta inflamación lleva a un estrechamiento de los bronquios y por tanto a una obstrucción del fluir normal del aire. Otra característica importante es la presentación de los síntomas en episodios, dejando entre uno y otros períodos de normalidad (sin síntomas). Así el niño parece estar bien, y repentinamente comienza con sibilancias, tos y dificultad para respirar. Esta brusquedad en el inicio de los síntomas se debe a un estrechamiento rápido de las vías respiratorias por contracción del músculo bronquial.

Los síntomas principales del asma son:

- Tos

- Sibilancia (un sonido silbante, como un pito, que se escucha cuando el niño aspira o expira)

- Falta de aliento

- Dolor u opresión en el pecho

- Despertares nocturnos con tos y/o fatiga

Siempre que el niño presente alguno de estos síntomas, se estará produciendo un ataque. Pero éstos pueden ser más o menos graves: si el niño tiene grandes dificultades para respirar, caminar o hablar, los labios o las uñas se le vuelven azuladas y no mejora con la medicación, está teniendo un ataque grave y lo mejor es llevarle al hospital.


¿Qué puede desencadenar un ataque de asma?

Para controlar esta enfermedad, es muy importante conocer qué puede provocar un ataque y así intentar evitarlo:

• Alérgenos: ácaros que viven en el polvo doméstico (no el polvo en sí), polen (árboles, gramíneas, arbustos...), mohos, caspa de animales y cucarachas.

• Tabaco. Hoy en día sabemos que los hijos de madres que fumaron durante el embarazo o los que están cuidados por una persona que fuma constantemente tienen asma a más temprana edad (desde lactantes). El tabaco es un irritante del sistema respiratorio, que puede ayudar a desencadenar una crisis e incluso hace que éstas duren más.

• Irritantes y polucionantes: humos y olores de pinturas, lejía, gasolina, perfumes...

• Infecciones respiratorias (catarro, gripe, amigdalitis).

• Deporte y ejercicio. Los niños con asma pueden practicar deporte, sólo tienen que tener un cuidado especial para que no les produzca un episodio asmático.
 

Asma y deporte

Algo que les preocupa enseguida a los padres cuando se enteran de que su hijo tiene asma, es saber si podrá practicar deportes como el resto de niños o no. La respuesta desde SEAIC es contundente: sí. Las personas asmáticas pueden y deben hacer deporte, deben hacer gimnasia en el colegio y pueden practicar el deporte que deseen, incluso a nivel de competición. De hecho, muchos deportistas de élite son asmáticos, como Miguel Indurain, el jugador de la NBA Dennis Rodman, el nadador Tom Dolan… el secreto es poner todos los medios a nuestro alcance para que esto sea posible.

Aunque lo mejor es que el niño practique el deporte que más le guste, hay algunos más asmógenos que otros, como el atletismo, el cross, el fútbol o el baloncesto. Los que menos problemas causan son la natación, el tenis, el bádminton y el judo. No obstante, como se ha visto antes, se puede llegar a ser un gran baloncestista de la NBA teniendo asma.

El Asma Inducido por Ejercicio (AIE) puede producirse tanto durante el ejercicio como después; en este último caso unos 10 minutos de media tras finalizar la actividad. Suele resolverse espontáneamente y deja un periodo refractario posterior de entre 2-4 horas (en el que es posible practicar deporte sin tener asma).

Si el niño presenta ataques respiratorios al hacer ejercicio, es conveniente seguir una serie de pautas: evitar realizar deporte en el curso de una crisis ya establecida, hacer precalentamiento, no sufrir cambios bruscos de temperatura, hacer la actividad de forma gradual, aprender a respirar utilizando adecuadamente la boca y la nariz y si está indicado, dar la medicina preventiva antes del deporte. Si a pesar de todo sufre una crisis mientras practica algún deporte, debe dejarlo inmediatamente y usar rápidamente un broncodilatador si no se detiene el ataque con el cese de la actividad.
 

 

Prevención y control de los ataques de asma

El asma, si se controla y se vigila adecuadamente, no tiene que ser una enfermedad peligrosa ni traumática. El problema radica cuando el enfermo aún es un niño, ya que hay que enseñarle desde pequeño que él es un poco especial, que tendrá que tener cuidado ante determinadas situaciones y llevar siempre consigo un inhalador por si le da un episodio de asma.

Por lo general, los niños asmáticos, aunque sean muy pequeños, son conscientes de lo importante que es seguir las indicaciones de sus padres y suelen ser más responsables que el resto. Por eso es importante intentar que lleve una vida completamente normal, que pueda practicar deporte, jugar con los demás niños en el parque, irse de campamento con ellos, quedarse a dormir en casa de sus amigos… que no sienta que él se está perdiendo algo por el hecho de padecer esta enfermedad. Evita decirle frases como “Tú no puedes hacer esto porque tienes asma”.

La prevención es muy importante, ya que evitar los episodios permite al niño llevar una vida más normal y que tanto él como los padres estén menos preocupados por si le da un ataque grave o tiene que ser ingresado en el hospital.

Un reducido número de asmáticos se cura espontáneamente. En los casos en que el asma se deba a un alérgeno que pueda eliminarse del medio ambiente (por ejemplo, el asma causado por una alergia a un animal de compañía), dicha eliminación puede conseguir la curación definitiva de la enfermedad. En los restantes casos el asma es una enfermedad crónica. Existen sin embargo tratamientos muy eficaces para controlar los síntomas y que permiten al enfermo desarrollar una vida activa y de calidad.

Para prevenir los episodios, es conveniente crear un Plan de acción con la ayuda de tu médico que incluya los siguientes puntos:

- Conocer los factores desencadenantes de su asma, evitarlos o reducir el contacto con ellos y tratar el origen de la enfermedad.

- Desarrollar un plan de tratamiento con medicamentos que le permitan mantenerse sin síntomas.

- Que el niño lleve siempre encima, cuando salga solo, una tarjeta con las medicinas que toma y las instrucciones para su uso.

- Saber qué hacer si tu hijo tiene asma.

- Cuándo llamar al médico.

- Números de teléfono de emergencias.

Es conveniente que en el colegio tengan una copia de este Plan de acción, así como cualquier familiar o amigo con el que se quede el pequeño.

 

Tratamiento del asma

Aunque el tratamiento específico depende del motivo concreto que provoque el asma, existen unas bases iguales para todos los casos:

1. Control del ambiente, desalergenización (o evitación de los alergenos responsables) y evitación de factores desencadenantes (mascotas, olores fuertes).

2. Medicamentos: Existe una gran cantidad de medicamentos muy eficaces para el control de la enfermedad, aunque ninguno de ellos consigue la curación definitiva de la misma. Unos medicamentos sirven para relajar la musculatura y los bronquios, otros, para reducir la inflamación y producción de moco. Incluso algunos tratan el fondo de la enfermedad.

3. Vacunas antialérgicas: Para pacientes con asma debida a alergia a ácaros, pólenes, hongos y epitelios de animales. Las vacunas son más eficaces cuando existe alergia a uno o a pocos alérgenos y cuando la enfermedad no se ha complicado. No están exentas de riesgo, por lo que deben ser administradas por personas expertas.
 

 

Consejos para tener tu casa a prueba de asma

Para asegurarte de que el aire de tu casa está libre de impurezas, debes seguir una serie de pautas:

• No permitas que ninguna persona fume dentro de ella.

• Evita quemar leña si tienes chimenea u horno de leña en tu casa.

• Utiliza el aire acondicionado, ya que éste filtra el aire.

• Mantén las ventanas cerradas cuando haya exceso de polen o de contaminación en el exterior.

• Pasa la aspiradora y limpia el polvo (especialmente en la habitación del niño) como mínimo una vez por semana.

• Evita utilizar almohadas, colchas o edredones hechos de plumas o materiales similares. Entre semana, lava las sábanas y mantas en agua caliente y luego sécalas a altas temperaturas en la secadora.

• Deshazte de las alfombras.

• Para evitar el moho, utiliza un deshumidificador para las zonas húmedas de la casa (sótanos); evita el papel pintado de las paredes; no tengas plantas dentro de la casa; cambia o lava las cortinas de la ducha frecuentemente.

• Los animales pueden ser importantes agentes potenciadores de asma, pero no sólo las mascotas, también los insectos. Para evitar que estos agentes causen asma a tu hijo, mantén a tus mascotas fuera de la casa –como mínimo fuera de la habitación-; lava y cepilla a tus animales cada semana; no conserves cajas, bolsas de papel o periódicos, ya que son focos donde se crían los insectos, ni dejes platos sucios o bolsas de basura a la vista.

 


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