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Niños superdotados

Niños superdotados

El Consejo Europeo de la Alta Capacidad calcula que en nuestro país hay entre ciento cincuenta y doscientos mil alumnos superdotados. Uno de estos niños es Miguel, a sus nueve años tiene un 97% de capacidad lectora comprensora. La media universitaria se estima en un 75%.

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“Desde que tenemos el diagnóstico de que Miguel es superdotado, las cosas han mejorado muchísimo en casa. Ahora sabemos cómo actuar”

Aunque no hay consenso a la hora de establecer una definición para estos niños, el presidente de la Asociación Española de Superdotación y Altas Capacidades, destaca la propuesta por el Dr. Sydney Marland como una de las más aceptadas: “Los niños superdotados y con talento son aquellos identificados por profesionales cualificados y que, en virtud de sus altas capacidades intelectuales, son capaces de una alta ejecución”. Por su parte, la OMS considera que la persona superdotada es aquella cuyo cociente intelectual (C.I.) es superior a 130, frente a la media que oscila entre 90 y 110. Y superdotados o genios cuando supera los 180. 

En TodoPapás hemos hablado con los padres de Miguel. Hace un año se enteraron de que su hijo era superdotado.

 

La historia de Miguel

No tenía ni dos meses y ya sacaba la cabeza de la cuna, mirándolo todo con atención. Esta curiosidad excepcional para su edad, fue lo primero que llamó la atención a los padres de Miguel. Pilar, su madre, recuerda que por aquella época le llamaban cariñosamente “el periscopio” por su forma de alargar el cuello para observar todo lo que había a su alrededor.

Sin embargo, fue un bebé que tardó mucho en comenzar a hablar. “Estábamos tan extrañados de que no dijese nada que decidimos hacerle las pruebas para comprobar que no era sordo. Hasta que un día, a los dieciocho meses, de repente dijo ‘se ha caío’, nos quedamos todos asombrados. A partir de entonces empezó a hablar”.

Cuando Miguel entró en el colegio ya sabía leer, había aprendido solo, por observación, durante el verano de los 3 a los 4 años. A pesar de esto, empezó a tener problemas; los profesores se quejaban de que el niño era malo, que no atendía en clase y que montaba bulla. Hasta que con 5 años una profesora entendió lo que le pasaba; era un crío excepcional con una capacidad intelectual muy superior a la de sus compañeros, sólo había que aprender a llamar su atención, a interesarle por las clases. Fue entonces cuando Miguel comenzó a llevar más deberes a casa que el resto de sus compañeros, a leer más cuentos, a hacer más ejercicios… Era la manera de que no se aburriera en clase.

Uno de los principales retos de los tutores de niños superdotados es su integración en el aula, donde con frecuencia se aburren, lo que hace que tiendan al fracaso escolar. Incluso a veces se confunde con trastorno por déficit de atención con hiperactividad. 

Según los datos del Ministerio de Educación, en su Libro-Informe “Alumnos Precoces, Superdotados y de Altas Capacidades” publicado en el año 2000, un 70% de estos niños tiene bajo rendimiento escolar y entre el 35 y el 50% sufre fracaso escolar. Pese a esto, un 80% accede a la universidad.

Pilar nos cuenta el gusto que desarrolló Miguel por la lectura desde muy pequeño, “Con 6 años, lo único que pidió en su carta a los Reyes Magos fue una enciclopedia de la BBC sobre los dinosaurios. Era una enciclopedia para adultos, llena de nombres científicos. Con una sola lectura Miguel había memorizado los nombres de las plantas, de los animales… Su capacidad de observación y de memoria siempre ha sido asombrosa. Hace poco, ojeando una enciclopedia de Anatomía ocurrió lo mismo, tras una única lectura no sólo había comprendido todo lo leído, sino que además lo había memorizado. Es otra de las cosas que llama mucho la atención de Miguel, no utiliza diccionarios, siempre consulta sus dudas en enciclopedias”. 

Pero no todo ha sido un camino de rosas para la familia de Miguel, con 8 años sus padres se empezaron a preocupar por ciertos aspectos de su inteligencia emocional. Tenía problemas de comunicación y de comportamiento tanto con su familia como con sus amigos. Era un niño triste y huraño al que le costaba muchísimo expresar sentimientos. Fue entonces cuando decidieron llevarle a un especialista.

Las pruebas demostraron que Miguel era superdotado, con una capacidad de razonamiento muy superior a la media de los niños de su edad. “Desde que tenemos asesoramiento profesional Miguel ha mejorado muchísimo. Nosotros se lo recomendamos a todo el mundo en esta situación. Por ejemplo, este año, al felicitarle por su santo me ha dado un abrazo –cuenta Pilar- el año pasado ese gesto hubiese sido impensable en él”.

 

Asesoramiento profesional en altas capacidades

Desde muy pequeños, los superdotados desarrollan unas habilidades excepcionales para su edad que sirven de pista para los padres. La detección temprana de la superdotación resulta fundamental para poner al alcance del niño la atención educativa y psicopedagógica adecuada a sus necesidades específicas. A pesar de esto no hay unanimidad en las opiniones de los profesionales sobre la edad idónea para realizar el diagnóstico. “Hay quien opina que se puede y es conveniente realizarlo lo más temprano posible a los 3-4 años, sin embargo, otros muchos creen que es mejor esperar hasta los 5-6 años. Si se hace el diagnóstico con menor edad podemos encontrarnos ante un niño precoz y realizar un diagnóstico erróneo”, explica José Antonio Montes, presidente de la Asociación Española de Superdotación y Altas Capacidades (AESAC).

Las reacciones de los padres ante un diagnóstico de superdotación pueden ser de diverso tipo, aunque, en la mayoría de los casos, sienten temor y desorientación al verse ante una situación que no saben cómo afrontar adecuadamente. Por esto, el apoyo profesional a las familias de los superdotados es fundamental para un buen desarrollo del niño y de la convivencia familiar. Los padres de Miguel aseguran que, sin el apoyo de los psicólogos y psicopedagogos, su hijo estaba avocado al fracaso escolar. “Ahora sabemos cómo actuar, nos han recomendado apuntar al niño a actividades extraescolares que le interesen y que mantengan su tiempo ocupado. Está dando clases de teatro, que le está ayudando muchísimo con sus problemas de comunicación, además da clase de navegación, le prometimos que si sacaba buenas notas le apuntábamos, y así lo hizo. Está encantado con estas clases, porque hay niños 3 o 4 años mayores que él, y con ellos se siente muy a gusto. Por supuesto sigue devorando libros –en este momento se está leyendo el tercero de Isabel Allende- y pintando cuadros, que vende en el colegio.”

 

¿Cómo reconocer a un niño superdotado?

Es prácticamente imposible definir un modelo concreto y “cerrado” de superdotado, cada individuo puede presentar rasgos diferenciados. No obstante intentaremos relacionar una serie de características que suelen aparecer en estas personas:

• Su pensamiento tiende a ser más veloz que su psicomotricidad, desde edades muy tempranas muestran un vocabulario amplio y bien estructurado.

Desarrollo precoz del sistema motor en hitos como mantener la cabeza, gatear, andar..

• Suelen mostrar una preocupación impropia de su edad por temas trascendentes como el sentido de la vida y de la muerte, la existencia de Dios, etc.

• Enorme gusto por la lectura. Leen con rapidez y retienen lo que leen pudiendo recordarlo con detalle.

• Curiosidad excepcional y constante deseo de saber el porqué de las cosas. Con frecuencia plantean preguntas provocativas y minuciosas que no suelen ser abordadas por otros niños de su edad. 

•  Gran creatividad. 

• Gran capacidad de razonamiento. Comprenden y recuerdan la información captando con facilidad los principios subyacentes, necesitando un mínimo de explicaciones.

• Muestran una gran sensibilidad ante causas de aflicción o injusticia.

• Son observadores y atentos, se fijan en los detalles captando rápidamente las similitudes o diferencias.

• Suelen ser perfeccionistas y autocríticos.

• Si les interesa algo pueden estar concentrados durante largos periodos de tiempo, pero les aburren las tareas repetitivas.

• Prefieren trabajar independientemente y necesitan poca ayuda.

• Pueden tener problemas para controlar sus emociones. 

A pesar de todo, pueden sufrir fracaso escolar al aburrirse y no estar motivados. Es importante adaptar su educación y aprendizaje a sus capacidades. Puede necesitar ayuda de un profesional de psicología. 
 

Tipos de altas capacidades

En muchas ocasiones es fácil confundir un posible caso de superdotación con un niño talentoso, o simplemente precoz. A pesar de que en estas categorías tampoco existen modelos cerrados de comportamiento o aptitudes, sí que podríamos acotar las definiciones mayoritariamente aceptadas.

Talentoso: Designaría a aquellas personas que presentan aptitudes excepcionales en un área determinada.

Precoz: Sería el niño que manifiesta un desarrollo temprano en una o en varias áreas o lo que es lo mismo: presenta comportamientos propios de individuos de mayor edad.

Precocidad y superdotación pueden o no presentarse asociadas. En la mayoría de los casos los niños superdotados suelen ser precoces aunque no necesariamente la precocidad es síntoma de superdotación.

 

El trato familiar cuando se tiene un hijo con altas capacidades

El presidente de la Asociación Española de Superdotación y Altas Capacidades, José Antonio Montes, recomienda que las familias traten al hijo superdotado con normalidad. Ante todo son niños que necesitan afecto y apoyo igual que el resto de los hermanos. A pesar de esto, hay que matizar que son niños con unas necesidades especiales que, como padres, debemos cubrir al igual que si cualquier otro hijo tuviera alguna necesidad de otro tipo. “Esto no significa discriminar positivamente a ninguno de los hijos. Si por ejemplo, uno de nuestros niños necesita gafas, no por ello le ponemos gafas a todos los hermanos” explica José Antonio Montes. El superdotado no ha de sentirse como un “bicho raro”, sino como un hermano más, con una relación familiar como la de cualquier familia.

 

 


Para más información sobre niños superdotados:

Asociación Española de Superdotación y Altas Capacidades (AESAC)


www.aesac.org


91.462.54.09

Asociación Española para Superdotados y Talentosos
c/ Gran Vía 86, planta 18.
Telef.: 91.542.05.09


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Los niños con altas capacidades muestran una serie de síntomas muy característicos desde muy pequeños. En este sentido, se recomienda acudir a un especialista que practique pruebas de altas capacidades si se sospecha que un niño las tiene ya que la detección precoz de esta condición permite que alcance al máximo su potencial.

Fuentes: 

- José Antonio Montes, presidente de la Asociación Española de Superdotación y Altas Capacidades (AESAC)

- Pilar, mamá de Miguel.

- “Alumnos Precoces, Superdotados y de Altas Capacidades”, informe del año 2000 del Ministerio de Educación. 

Fecha de actualización: 02-06-2022

Redacción: Lola García-Amado

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