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Cómo fomentar la lectura en tus hijos

Cómo fomentar la lectura en tus hijos

Los niños cada vez leen menos y peor. La lectura les aburre y prefieren pasar el rato jugando con la consola o el ordenador. Por eso, fomentar la lectura en nuestros hijos desde pequeños es fundamental para que a medida que crezcan, vayan descubriendo por sí mismos las ventajas de leer un buen libro

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Indice

 

Leer desde bebés

Leer bien y comprender lo que se lee es la base de posteriores aprendizajes. La lectura se puede fomentar no sólo leyendo, sino interactuando con el niño, contándole un cuento, escuchándole cuando lee, comentando y trabajando el vocabulario.

Todos los niños tienen dotes para la lectura, si bien su capacidad natural viene determinada por su grado de madurez y su potencial biológico, sobre las que no se puede influir. Existen técnicas psicológicas que los padres pueden utilizar en casa para ayudar a sus hijos a leer más, disfrutar y ser proactivos en la lectura.

El interés por la lectura se puede inculcar desde pequeños. Existen en el mercado una gran variedad de libros para bebés, como los libros para el baño, sistemas multimedia de aprendizaje de la lectura, cuentos, libros para leer y colorear, libros sobre diversos temas e incluso revistas infantiles. Es importante que los libros estén al alcance de su mano, en el salón, en el baño, en su habitación.

 

Un tipo de libro para cada edad

Lo más importante a la hora de comprar un libro a un niño es adecuar el contenido a la edad. Uno demasiado complicado le resultará pesado de leer y lo acabará dejando; mientras que uno muy sencillo le aburrirá.

Lara Toro, editora de La Galera, nos da las claves para acertar con la compra.

En primer lugar, hay que tener en cuenta su edad. Durante los tres primeros años de vida son convenientes los libros de escenas cotidianas que le permitan adquirir vocabulario. Este tipo de libros suele ser resistente (contra colados, acolchados, de plástico y de ropa, etc.) y con ilustraciones y ausencia de texto.

A medida que el niño crece, texto e ilustración se van equilibrando progresivamente. A partir de los 10 años comienza la “edad de oro” de los lectores. Es cuando triunfan las series de aventuras, de misterio, de brujas con poderes sobrenaturales, etc.

Pero, además de su edad, es importante saber en qué momento del aprendizaje de la lectura y la escritura se encuentra. Hay que resaltar que cada niño tiene su ritmo.

Otros criterios que se deben tener en cuenta son autores de prestigio, ilustraciones, diseño y presentación, etc.

“Cada vez hay más librerías especializadas en literatura infantil y juvenil- explica Lara Toro- y las personas que las llevan son muy buenas prescriptoras. Por esta razón, aconsejo escuchar a los libreros. También es importante estar al día de lo que tiene más éxito y dejar a nuestros hijos que den su opinión, familiarizándoles con los libros y las librerías. Y, sobre todo, pensar en cuáles son sus gustos y preferencias temáticas una vez que vayamos a comprarle un libro”.

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¿Y si el niño se aburre leyendo?

Si a pesar de todos los esfuerzos, a tu hijo no le gusta leer de ninguna de las maneras, nunca se le debe obligar, pues acabará aborreciendo la lectura al asociarla con un castigo. Para Lara, “parece que un niño es un buen lector si lee novelas, pero no es sólo eso. Quizás el niño no muestra ningún interés por la lectura narrativa, pero, por ejemplo, es un forofo de los juegos de la Play Station o del programa -a mi entender horroroso- Smack Down. En estos casos, quizás encontremos revistas especializadas sobre estos temas que lean con auténtica avidez. Lo importante es que lean. De este modo, descubrirán las mil posibilidades que ofrece la lectura. Más adelante, si conseguimos convertirles en lectores, ya tendrán tiempo de leer los grandes clásicos de la literatura infantil y juvenil”.

Tampoco es recomendable darle libros para franjas de edades más altas, ya que el problema puede que esté en el tipo de lectura escogido, y no en la sencillez o dificultad de la misma.
 

 

Técnicas para fomentar la lectura

1- Servir de modelo al niño y vincular la lectura con la interacción con los padres: Los niños aprenden siguiendo el modelo de sus padres y asociando el estímulo neutro de la lectura a otro agradable como es estar con sus padres. Con ello conseguimos que el niño responda solamente al estímulo neutro (lectura) con el mismo agrado que cuando lo compartía con sus padres. Para ello, se recomienda:

• Leer frecuentemente a los niños desde que son pequeños.

• Leer un rato cuando los niños se van a la cama o ya en la cama.

• Leer diferentes libros a la semana e ir incrementando el número poco a poco.

• Evitar que nos vean viendo mucho la televisión.

• Llevarles a bibliotecas o librerías.

• Explicarles que nosotros también leemos mucho en nuestro trabajo.

2- Instruir y enseñar hábitos: Los padres transmiten pautas y los niños aprenden al seguir sus instrucciones. Es conveniente:

• Utilizar juegos con letras, palabras y abecedarios.

• Animarles a que vean programas y series de televisión educativos.

• Enseñarles a buscar libros en las librerías o bibliotecas que se adapten a sus gustos y a su edad.

• Retomar libros que representen dificultad para el niño, para que vea los avances.

• Acordar con el niño que al menos una semana al año, o cada seis meses, va a pasar una semana entera sin ver la televisión.

3- Reforzar y recompensar: Los padres deben recompensar las conductas positivas y no las negativas, para que el niño se sienta bien y motivarle para que lo siga haciendo.

• Celebrar el número de libros leídos haciendo algo que al niño le guste cuando lleve, por ejemplo, 10 de libros leídos y repetirlo cuando lleve 70 libros, y así sucesivamente.

• Elogiar al niño por los libros que lee y reforzarle que sea consciente de los progresos que ha hecho y de todo lo que está aprendiendo.

• Animarle a participar en talleres de lectura, de escritura o de teatro.

• Comprarle programas multimedia que refuercen su competencia del lenguaje con ejercicios adaptados a su grado de desarrollo, no sólo en lectura, sino en lenguaje u ortografía.

• Mostrar interés por los libros que lee y preguntarle qué es lo que ha aprendido o qué cosas han llamado su atención.

4- Fomentar su interés y propiciar momentos de lectura, para ello, es conveniente:

• Tener libros infantiles a mano por toda la casa, en el salón, en su habitación, e incluso en el baño.

• Llevar algún libro para leer para aprovechar los tiempos de espera, como cuando vamos al médico.

• Animar al niño a que lea a sus hermanos o familiares menores que él.

• Llevar libros como parte del equipaje cuando nos vayamos de vacaciones.

• Incitarle a leer carteles o revistas infantiles.

En resumen, como dice Lara Toro, “la tarea de los padres es fundamental. La lectura diaria con los hijos, a ser posible antes de irse a dormir, es una buena manera no sólo de fomentar la lectura, sino de estrechar vínculos entre padres e hijos.

También es importante que los cuentos estén en casa al alcance de los niños, que se vean libros por todas partes y, sobre todo, dar ejemplo y que nos vean leer a los adultos. No olvidemos que el aprendizaje de los niños se produce por imitación”.

 


 


Fuente:

Lara Toro, editora de La Galera. https://educakids.com

Fecha de actualización: 21-11-2022

Redacción: Lola García-Amado

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