¿Es normal tener ansiedad en la adolescencia?

Indice

• La adolescencia es una etapa dificil de la vida
• La ansiedad en la adolescencia
• ¿Por qué mi hijo tiene ansiedad?
• ¿Cómo puedo tratar la ansiedad de mi hijo?

 

La adolescencia es una etapa difícil de la vida

Recuerda todo lo que viviste cuando estabas en la adolescencia, desde las personas con las que saliste, tu bolita de amigos, las fiestas a las que asistías, las materias que te gustaban, la música que escuchabas, las peleas, cuando sentías que no encajabas, hasta la ropa que vestías porque estaba de moda.

Ahora puedes darte cuenta de la incoherencia que existe en esta etapa. Recuerdas que una semana no te gustaba una banda de música, pero para la siguiente ya eras todo un seguidor de la tendencia. Esto pasa porque el adolescente apenas se está conociendo.

Seguro que tuviste muchas dudas y te preguntabas si encajabas, especialmente en la escuela. Esto es totalmente normal, pero a veces pueden surgir problemas con el rechazo y burlas por otro grupo.

Esta etapa es de crucial importancia para que la persona se prepare para la etapa adulta. Es la brecha de edad es en la que la persona aprenderá lo necesario para desarrollarse y adaptar las capacidades sociales, biológicas y demás que tiene un adulto.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) marca a la adolescencia como el periodo de tiempo en el que la persona se desarrolla, después de la etapa de la infancia y antes de la edad adulta. Esta sucede desde los 10 hasta los 19 años de edad.

Un adolescente no cuenta con la capacidad de comprender enteramente las consecuencias de las conductas y acciones que toma. Es por ello que podrían encontrarse vulnerables ante diversas situaciones como la sexualidad, las drogas, el alcohol o hasta emocionales como la depresión y la ansiedad.

 

La ansiedad en la adolescencia

La ansiedad es un mecanismo de alerta, el cual es completamente natural y funciona para alarmarnos de que estamos en alguna situación que nos amenaza.

Cuando la ansiedad es controlada y se modera, podría utilizarse de manera beneficiosa, puesto que podríamos estar atentos al peligro o a la situación que nos ha puesto de esta manera.

En el caso de que la ansiedad se torne excesiva, podrá considerarse como dañina para la salud de quien la tenga. Entonces se le puede llamar trastorno. Y cuando la ansiedad se convierte en un trastorno se presenta aunque no se esté en alguna situación de estrés o peligro.

Las características de la ansiedad son las siguientes:

- Parálisis

- Indefensión

- Deterioro psicosocial

- Sudoración

- Temblor

- Cansancio

- Hiperventilación

- Miedos y preocupaciones recurrentes

- Irritabilidad

- Problemas para dormir y concentrarse

- Dolores psicosomáticos

- Fobia social

- Ataques de pánico

Además, la ansiedad crónica puede causar problemas más serios como trastornos de salud mental, depresión o incluso suicidio.

Los datos afirman que 1 de cada 3 adolescentes puede padecer este trastorno de ansiedad, que ha aumentado en más de un 30% en los últimos años, sobre todo tras la pandemia de COVID-19.

 

¿Por qué mi hijo tiene ansiedad?

Estas son algunas razones por las que el adolescente puede estar pasando por un trastorno de ansiedad:

- Bullying

- Consumo de drogas o alcohol

- Alguna experiencia privada

- Problemas en la infancia

- Problemas en el hogar

- Altas expectativas y autoexigencia que no se cumplen

- Un mundo que parece más atemorizante y amenazador

- Las redes sociales, que afectan a la autoestima y causan mucha presión

- Estrés

 

¿Cómo puedo tratar la ansiedad de mi hijo?

Si crees que efectivamente tu hijo sufre ansiedad, será mejor que consultes a un especialista para que este pueda determinar adecuadamente la situación del adolescente. Además, puedes seguir estos consejos para ayudarle:

1.- Medicamentos. El especialista en psiquiatría será el encargado de determinar la medicación para el adolescente. Lo habitual son los antidepresivos (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS).

2.- Psicoterapia. Se trata de enseñarle al niño ciertas habilidades que lo regresen a sus actividades cotidianas. Para esto es necesario llevarlo con un especialista en psicología que suelen recurrir a las terapias cognitivas-conductuales. 

3.- Evitar el alcohol y sedantes. Algunas sustancias pueden resultar perjudiciales para el trastorno.

4.- Evitar el café. Asegúrate de que no tome cosas que puedan empeorar su ansiedad.

5.- Técnicas de relajación. Existen ejercicios de respiración para bajar el ritmo cardiaco a un estado armonioso.

6.- Comer sano. La alimentación es la base de una vida saludable.

7.- Dormir. Asegúrate de que cumple con sus horas de sueño.