Enseñarles a distinguir entre lo bueno y lo malo

Índice

• ¿Cómo enseñarles valores?
• Más consejos para reforzar sus valores

 

¿Cómo enseñarles valores?

La mayoría sabemos qué queremos a grandes rasgos. No queremos que nuestros hijos roben o maten y, por supuesto, es poco probable que nos vean hacerlo a nosotros. Pero son las pequeñas cosas diarias las que determinan que se conviertan en personas honestas y dignas de confianza. Se trata de enseñarles a decir la verdad, de no criticar a espaldas de la gente, de devolver los objetos que uno encuentra, ofrecer el asiento a la gente mayor, decir “gracias”, cumplir las promesas, etc.

¿Cómo inculcarles estos valores? Los ejemplos son vitales, por supuesto, pero también es necesario saber exponer con toda claridad en qué crees y por qué. En vez de decir “Sé que querías que te leyera otro capítulo, pero no me da tiempo”, explícale por qué no te da tiempo, contándole siempre la verdad; por ejemplo: “No puedo leerte otro capítulo porque prometí llamar a la abuela y no puedo romper mi promesa”.

Imagina que uno de tus hijos te dice: “No quiero ir a la fiesta de David. Odio el fútbol. ¿Le puedo poner una excusa?”. En vez de permitírselo, pregúntale cómo se sentiría él si David le mintiera. Luego, ayúdale a encontrar una alternativa que no implique una mentira. Sería mucho mejor que le dijera, por ejemplo, “No me apetece ir a tu fiesta porque no me gusta el fútbol y solo vais a jugar a eso. ¿Te gustaría a cambio venirte a casa el próximo fin de semana a jugar a la consola?”.

Es esencial que le enseñes a ponerse en la piel del otro, que le recuerdes lo mal que se siente él si le traicionan, le mienten, le dan de lado o le cogen algo sin pedírselo prestado. La máxima “No hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti” es la clave para portarse bien con los amigos, compañeros, familiares…
 

Más consejos para reforzar sus valores

Otra forma de reforzar sus valores es elogiarles cada vez que los aplican. Si lo haces, se sentirá tan bien consigo mismo que estará deseando repetirlo. Diles: “Me has hecho muy feliz cuando he visto que dejabas a Alicia jugar contigo, aunque ya sé que no te apetecía nada porque ella no se portó bien contigo la semana pasada”.

Los niños también aprenden mucho sobre los valores y lo bueno y lo malo cuando se les da responsabilidad. Conseguir tener una pecera en su cuarto o traer amigos a casa, da igual; deben saber que para recibir, hay que dar y que cuanto menos egoísta sean, más amigos tendrán y mayor sentimiento de confianza e integridad conseguirán para sí mismos.

Por supuesto, no siempre lo harán bien. ¿Acaso lo haces tú? Cuando falle, habla con él y explícale por qué ha sucedido; intenta que comprenda que su actitud no ha sido la correcta y ayúdale a que no vuelva a cometer ese error.