¿Cómo entretener a niños de 7 años?

Índice

• Cambios de los niños con 7 años
• Juegos para niños de 7 años

 

Cambios de los niños con 7 años

En la edad de 7 años el niño comienza a adquirir habilidades para convertirse en una persona autosuficiente. Hay cambios tanto físicos como psicológicos pues en esta etapa hay un aumento de talla, ganan fuerza muscular y mucha coordinación, sin embargo, más que los cambios físicos, los psicológicos comienzan a afectar a los padres, pues preguntan todo y quieren saber ¿cómo?, ¿cuándo? y ¿por qué? Comienzan a entender las acciones y los sentimientos de las demás personas, les encanta compartir su conocimiento y pueden mantener su atención más tiempo sobre las cosas.

El juego es la actividad esencial de los niños. Sobre la base de estructuración psíquica del niño, el juego es búsqueda y creación permanente de la realidad, de la sensación de existir por sí mismo y del sentido que tienen estos fenómenos. El niño cuando juega utiliza los objetos-cosas como soportes para representarse los objetos fantásticos o proyecciones afectivas que se relacionan con sus objetos internos. Es a través del juego como los niños acceden al mundo, lo reconocen y desarrollan sus múltiples capacidades. El niño mediante el juego pone en escena sus conflictos, sus fantasías, sus deseos, sus miedos. Además, es un canal de comunicación directo, es decir que a través del juego se pueden crear con el niño vínculos y relaciones diversas. El juego nos va a permitir hablar con el niño y, lo más importante, que él nos hable a nosotros. El juego es una representación simbólica que precede al dibujo y al habla. Recuerda que el juego es el lenguaje común que nos une y nos permite acceder al universo de los niños.
 

Juegos para niños de 7 años

Los juegos grupales y el sentido de la amistad en la etapa de los siete años es importante, los niños establecen fuertes lazos de amistad, que juegan un gran rol en su desarrollo social y emocional. A través de la amistad y de los juegos con otros niños, pueden aprender sobre los demás y sobre ellos mismos, explorar y tener nuevas ideas, escuchar opiniones y puntos de vista diferentes de los de los adultos. Además, pueden compartir experiencias, frustraciones y alegrías parecidas y así adquirir mayor conciencia de su propio valor y adquirir confianza en sí mismos. En este período, el niño necesitará objetos y actividades que lo ayuden a expandirse sobre el plano social y afectivo.

Y en esta etapa de los 7-8 años comienzan los juegos de reglas o los juegos de sociedad. Poco a poco, el niño va percibiendo el mundo de manera cada vez más lógica. Las nociones del niño se parecen más a las del adulto. Esta transformación es presidida por la socialización del pensamiento: el niño manifiesta interés en los juegos colectivos, regidos por reglas cada vez más complejas (como aquellas que están presentes en los juegos de cartas, de estrategias y también en los juegos de sociedad que se relacionan con el azar, la simulación, etc.). A través de ellos, el niño descubre el mundo de manera cada vez más objetiva y busca cómo insertarse en él. Los juegos enciclopédicos o económicos, los juegos de experiencias técnicas y científicas, etc., le ofrecen una imagen cada vez más realista del entorno y del mundo profesional. Esta es la edad de los juegos compartidos, de la constitución de grupos. Pero también es el momento en el cual el niño aprende a estar solo para finalizar correctamente una tarea: construir una maqueta, reflexionar, crear o incluso soñar para construir su propio universo individual.

Todo este conjunto de juegos y de actividades involucran nociones lógicas: observación, reflexión, deducción, juegos matemáticos. Ellas simbolizan el puente que permite el paso entre la infancia y la edad adulta, un firme apoyo para el aprendizaje, al cual recurrirá en el momento apropiado. Estos juegos basados en conceptos lógicos serán durante mucho tiempo más necesarios para acceder a la madurez en el área de la adquisición del razonamiento, como también de la madurez en el comportamiento social.

La narración unida a la literatura es otra de las estrategias utilizadas y recomendadas en el trabajo con los niños. Cuando contamos un cuento entran en escena símbolos, palabras, historias que insisten en la tradición popular y en los lazos ancestrales, por cuanto los cuentos se transmiten de generación en generación y de boca a oído. Los adultos al contar un cuento ayudan de esta manera al niño a crecer respetando su ritmo de maduración. Este universo ficticio, imaginario, poblado de animales personificados, o que ponen en escena al mundo sobrenatural, ayuda a los niños a construirse. Los cuentos son la articulación entre la realidad y el imaginario, alimentan a los niños del imaginario de las generaciones anteriores. En los cuentos se encuentran los sentidos de todas las cosas de la vida (miedos, alegrías, celos, muerte entre otras) y cuando el niño accede a esta herramienta es como si pudiera controlar estas situaciones al ver sus conflictos internos puestos afuera: en un objeto libro y en una narración que tiene que ver con sus propias dificultades pero que “mágicamente” es narrado por otro haciéndole sentir menos solo, menos raro, más acompañado, más normal.

En el juego al aire libre, las adivinanzas, los juegos con palabras o las metáforas se busca establecer un ambiente más propicio para el niño y ayudarlo a desarrollarse con mayor facilidad.

Ejercicios simples para reforzar y estimular la creatividad del niño son, por ejemplo, llevarlo a pasear contándole todo lo que observas a tu alrededor. Intentad distinguir juntos formas en las nubes. Pídele que dibuje un animal que no viva en este planeta y que te explique cómo es su vida. Proponle juegos de vocabulario simples pidiéndole que nombre todo lo que puede volar, todo lo que es rojo o verde y todo lo que rima con ciertas palabras. Probad a quedaros en silencio, y pídele que agudice su oído escuchando todo lo que está a su alrededor y después que te cuente todo lo que escuchó. Ayuda a los niños a inventar sus propias historias. Ayuda a los niños a realizar sus propios libros.

Otra actividad son las piezas para armar, también llamados juegos de construcción y electro-mecánicos, puzles, juegos de experiencias física-química.

Los juegos deportivos ayudarán a su desarrollo físico. Loterías, dominós, juegos de secuencias simples. Recuerda que el niño comienza a organizar su mundo: ordena, dispone las cosas según su punto de vista, alinea, juegos de clasificación y conjuntos, distribuye, establece relaciones lógicas con sus juegos educativos.

Los niños de 7 años sin duda tienen una edad perfecta para que los comiences a integrar a las actividades del hogar y estarán felices de asumir mayores responsabilidades.

La familia en esta edad es muy importante, recuerda que tu hijo está comenzando a conocerse y puede tener miedo de muchas cosas, ayúdalo la primera vez, enséñale que no pasa nada y que en cualquier otro momento él puede lograrlo solo.