Aguantar sentados en clase, ¿desde qué edad son capaces?

Índice

• ¿Son los niños de hoy más inquietos?
• ¿Por qué a los niños les cuesta estar sentados?

 

¿Son los niños de hoy más inquietos?

Recientemente, la terapeuta ocupacional, Angela Hanscom, afirmó que una madre acudió a su ayuda porque los profesores se quejaban de que su hijo no era capaz de quedarse quieto durante las clases y, además, le recomendaron que se le hicieran las pruebas de TDAH (trastorno de déficit de atención e hiperactividad).

Es cierto que durante estos últimos diez años, cada vez hay más niños que han sido etiquetados con problemas de atención por este motivo. No obstante, hay que tener en cuenta que, por necesidades lectivas se requiere a los alumnos que se mantengan más tiempo sentados. Incluso los peques que van a la guardería y a escuelas infantiles tiene que estar sentados aproximadamente media hora en círculo.

El problema radica en que los niños de la sociedad actual se encuentran continuamente en posición erguida durante las clases. Igualmente, no es normal que ahora los niños trepen a los árboles, jueguen a los juegos de recreo de toda la vida o se revuelquen por el suelo. Los tiempos han cambiado: los recreos son más cortos, prefieren los videojuegos y los horarios son más complicados.

Asimismo, la terapeuta también estuvo presente en una clase de niños de quinto grado al final de la jornada lectiva. Mientras que el profesor estaba leyendo un libro a los niños, muchos de ellos estaban inquietos, unos sentados en sus sillas inclinados hacia delante, otros se estaban balanceando hacia delante y hacia atrás, algunos estaban mordiendo el extremos de sus lápices e, incluso, había un niño que estaba golpeando a su frente con una botella de agua.
 

¿Por qué a los niños les cuesta estar sentados?

Tras realizar algunas pruebas a los niños de esa clase y de aulas diferentes, el resultado fue que la mayoría de los niños tenían falta de fuerza y de equilibrio. Es decir, estos niños tienen un sistema vestibular subdesarrollado a causa de la falta de movimiento. Para mejorarlo y conseguir que el equilibrio sea fuerte, los niños necesitan mover su cuerpo en todas las direcciones y dedicarle bastante tiempo, no vale sólo una o dos veces por semana.

Por otro lado, muchos profesionales también aseguran que el movimiento en los niños hace que sus cerebros adquieran energía y, por lo tanto, presten más atención y rindan adecuadamente. Por ejemplo, John Ratey, profesor de psiquiatría de la Escuela de Medicina de Harvard, testificó que “el movimiento activa todas las células cerebrales que los niños están utilizando para aprender” y “hace que quieran ir a la escuela”.

Así que si tu hijo tiene movimientos nerviosos en clase, puede que sea porque no practica deporte ni se mueve mucho durante todo el día. Para solucionar el problema, una de las propuestas es hacer los recreos más largos y más horas de juego al aire libre. ¡Hay que conseguir que los niños tengan un sistema sensorial saludable!