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Síntomas de que tu hijo ya no es “tu bebé”

Síntomas de que tu hijo ya no es “tu bebé”

Para un padre, sus hijos siempre serán sus bebés, por muchos años que éstos cumplan (y muchos que cumplamos nosotros). Por eso, es difícil hacerse a la idea de que nuestros hijos crecen y ya no son niños pequeños. Para que te sea más fácil aceptarlo, aquí tienes estas pistas que te harán "sospechar" que tu hijo ya no es un bebé.

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Índice

 

Verlos crecer es duro...

Ver crecer a nuestros hijos y darse cuenta de que ya no son esos preciosos bebés a los que podíamos coger, achuchar y besar a todas horas o que solo querían jugar y estar con nosotros convertidos en niños grandes o adolescentes es duro, pero también tiene sus cosas buenas

Cada etapa de la vida de nuestros hijos es diferente y lo mejor es reconocer y aceptar que ya no son bebés para tratarlos como corresponde a su edad y madurez, lo que beneficiará su desarrollo.
 

10 señales de que tu hijo ya no es un bebé

1- No quiere que le veas desnudo bajo ninguna circunstancia. Hasta hace poco se desnudaba sin ningún pudor delante de cualquier persona; ahora, no permite que entre en el baño si se está duchando. Ni siquiera que le mires ciertas partes del cuerpo, aunque sea por enfermedad.

2- Se viste solo, elige su propia ropa e ¡incluso critica la tuya! Se acabó el vestirle con las camisas, zapatos o chaquetas que te gustaban. Ahora se viste como un mendigo, con ropas anchas o muy estrechas, con combinaciones imposibles que a ti te parecen horrendas pero que “están a la moda”. Y, por si eso no fuera suficiente, te dice que tu ropa “es de vieja”.

3- Se acabaron los menús infantiles. La cara que te pone cuando vais a un restaurante de comida rápida y le dices que si quiere el menú para niños lo dice todo: “Ni se te ocurra volver a preguntar eso o te deja de hablar”.

4- Ni Reyes Magos, ni Papá Nöel, ni Ratoncito Pérez. Tu hijo ya no cree en ninguno de estos personajes mágicos… Se acabó la ilusión y la inocencia. Y no solo no cree en ellos, sino que probablemente se sienta engañado por ti (al menos, hasta que lo acepte) por haberle mentido estos años.

5- Ya no eres la más guapa del mundo. Todos los niños pequeños, ante la pregunta de quién es la mujer más bella del mundo, responden su madre. Si le preguntas esto y habla de alguna famosa o compañera de clase, estás “acabada”.

6- Sabe más que tú de algunas materias. Si un día, haciendo los deberes con él, te echa en cara un fallo o error, deberás empezar a prepararte las lecciones antes para que no te saque los colores.

7- Los besos y muestras de cariño en público se acabaron (y en casa, también). El primer día que tu hijo se vuelva y huya de ti cuando vayas a darle un beso al despedirle en la puerta del colegio, te sentirás fatal. Ese pequeño rechazo (que para el niño no significa nada, pero para ti, mucho), será el primero de muchos. Y es que tu hijo empezará a sentir vergüenza de ti. Tranquila, pasa con al hacerse adulto; cuando tenga hijos, ya verás cómo vuelve a por ti.

8- No entiendes la mitad de las palabras que usa. La jerga adolescente se mueve muy rápido y cambia de un día para otro. Cuando consigues saber lo que significa una palabra y cómo usarla, ya se ha pasado de moda y tu hijo se ríe en tu cara cuando se la dices. Mejor no lo intentes, acepta que pertenecéis a esferas lingüísticas muy, muy lejanas y apartadas.

9- Se acabaron los peluches, mantas de sueño y dudús. Hasta hace dos días, como quien dice, no podía irse a la cama sin su osito. Ahora, está tirado en un rincón de su habitación, recordando a los juguetes de Toy Story cuando Andy se va a la universidad.

10- El sexo lo es todo. El sexo es el tema central de sus conversaciones con sus amigos. Puede que te pregunte mucho acerca de ello o que le dé vergüenza y no diga ni una palabra. Sea como sea, estate segura de que ocupa mucha parte de sus pensamientos. Y más cuando empiece a tener novi@s.


Fecha de actualización: 28-01-2022

Redacción: Irene García

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