¿Qué hacer cuando se le cae su primer diente de leche?

Índice

• ¿Cuándo se caen los dientes de leche?
• Cuestiones de salud sobre la caída de los dientes de leche
• ¡A celebrarlo!

 

¿Cuándo se caen los dientes de leche?

El primer diente de leche se cae hacia los 6 años, aunque puede caerse entre los 5 y los 7 años. Generalmente se caen primero los incisivos, luego los colmillos y, hacia los 12 años, los molares. Normalmente el orden de caída es similar al de salida de los dientes de leche o dentición decidua.

Los dientes de leche, normalmente, no se caen de repente, sino que avisan durante semanas moviéndose, doliendo, sangrando ligeramente… Los niños están expectantes a que llegue el momento en que se suelte definitivamente de la encía, lo que a veces puede tardar bastante.

Hasta que un día, generalmente al morder algo duro, el diente de leche se cae dando paso a un antiestético agujero en la boca que a todos los niños les hace tremendamente felices ya que para ellos supone “hacerse mayores”. Y así permanecerá hasta que el diente permanente crezca y ocupe su lugar.

Gradualmente se irán cayendo todos los dientes de leche, aunque seguro que este primero es el que más ilusión hace.
 

Cuestiones de salud sobre la caída de los dientes de leche

Una vez se le haya caído, lo primero que debéis hacer es cogerlo y guardarlo en una cajita para que se lo “lleve el Ratoncito Pérez”.

Si le sangra mucho la encía, algo que no suele suceder, ponle una gasita en el agujero hasta que pare de sangrar.

La caída del diente de leche, a no ser que sea por un golpe, no duele. Sin embargo, es posible que tu hijo se asuste, sobre todo si ve sangre, tranquilízale y recuérdale lo bueno que viene ahora.

Si no se le cae o tiene algún problema, consulta con su profesional de odontología.

 

¡A celebrarlo!

En España, es tradición dejar el diente de leche caído debajo de la almohada para que se lo lleve el Ratoncito Pérez y deje en su lugar una moneda o un regalito. Esto puede hacerse con todos los dientes o solo con el primero. Antes se dejaba siempre una moneda (de más o menos valor según quisieran los padres), pero hoy en día es más habitual dejar un pequeño regalito.

En otros países son otros personajes mágicos los que se encargan de llevarse el diente y dejar un presente, como el Hada de los Dientes en Estados Unidos o muchos países europeos, el duende Fatina en Italia… Se llame como se llame, la idea es celebrar este momento, que podría ser doloroso o extraño, haciendo que el niño se siente importante.

Por supuesto, también hay padres que no están de acuerdo con esta tradición y no la celebran, aunque al igual que la alegría que ofrece la creencia en Papá Noel o en los Reyes Magos, es un cuento muy bonito del que merece la pena disfrutar, sobre todo cuando veas la cara de felicidad y sorpresa de tu hijo al levantar su almohada y encontrarse, a la mañana siguiente, un regalito o una moneda.

Para mantener la ficción hasta que sea mayor, es importante que estés siempre preparado cuando se le vaya a caer un diente y tengas a mano el regalo que le quieres dejar, así como cambiarlo durante la noche, sin que el niño se dé cuenta, por el diente.