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Ejercicios para niños para aprender a nadar

Ejercicios para niños para aprender a nadar

Saber nadar y manejarse en el agua es muy importante no solo para evitar accidentes en la piscina o en el mar, sino también para mejorar el desarrollo de tu hijo ya que la natación es un deporte muy completo. Por eso, es conveniente que sepas desde qué edad pueden los niños aprender a nadar y algunos ejercicios que pueden ayudarles en este proceso.

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Índice

 

Beneficios de la natación

La natación es un deporte muy completo que ofrece muchos beneficios:

- Fomenta la agilidad corporal

- Despierta los reflejos y la capacidad de supervivencia

- Desarrolla la capacidad respiratoria

- Ayuda a relajarse y dormir mejor

- Mejora el estado físico y la salud general al ejercitar toda la musculatura

- Enriquece las habilidades sensoriales, psicomotrices y el equilibrio

- Fortalece el vínculo padre o madre-hijo

- Mejora la seguridad y la autoestima

- Incrementa la resistencia

- Es un ejercicio físico muy completo en el que se trabaja todo el cuerpo
 

¿A qué edad empezar con la natación?

En primer lugar debemos distinguir entre nadar y realizar juegos y actividades en el agua. Desde los 4 o 5 meses se puede meter al bebé en la piscina para familiarizarle con el medio acuático, quitarle el miedo al agua y enseñarle a descubrir el placer del agua disfrutando y jugando.

No obstante, no es hasta los 4 o 5 años, cuando el niño ya tiene un mayor control corporal y autonomía, cuando se le puede iniciar en la natación como tal. Por lo tanto, pueden aprender a nadar desde niños.
 

¿Cómo enseñar a un niño a nadar?

Lo primero que hay que saber es que un niño antes de realizar sus primeras brazadas ha de pasar por cada una de las siguientes fases: adaptación, reacción, movimiento, natación. Es decir, primero tendrá que adaptarse al nuevo medio, después aprender a reaccionar, luego logrará moverse ágilmente en el agua y, por último, cuando haya conseguido desenvolverse con soltura, estará preparado para nadar.

La mejor forma es que los primeros contactos con el agua sean en compañía de los padres. De esta manera, sentirá confianza y empezará a relajarse y disfrutarlo. Y luego, es buena idea apuntarle a clases de natación para que un profesor experto le enseñe a moverse con soltura en el agua.

Un método para que el niño sienta seguridad es que practique con muy poca agua. Es decir, en una piscina donde pueda hacer pie y no sentir la sensación de que se hunde. Además, es recomendable que el agua no esté muy fría para que no sienta rechazo.

Y, por supuesto, nunca hay que forzarle ni obligarle a hacer algo que no quiera hacer. Hay que ir gradualmente, adaptándose al ritmo que marca el niño y a su personalidad y enfocándolo todo como un juego para que tanto el niño como los padres disfruten. En el caso de que le apuntes a clase, asegúrate de que estas también están enfocadas como algo lúdico.
 

Ejercicios para enseñar al niño a nadar

1- Practicar en la bañera. Lo primero que podéis hacer es ejercicios de respiración en casa, en la bañera. Enséñale a coger aire por la nariz y cerrar la boca para no tragar agua. Un ejercicio divertido es bucear en el agua de la bañera. Echa algún juguete y pídele que lo busque. Así aprenderá a no respirar dentro del agua. También puedes pedirle que inspire aire por la nariz, que contenga la respiración y se sumerja, para luego expulsar el aire por la boca mientras hace burbujas.

2- Dar patadas. Una vez el niño se ha familiarizado con el agua, es importante que aprenda a dar patadas dentro de ella. Puede hacerlo sujetándole tú boca abajo por el abdomen, agarrándose del borde de la piscina o de una tabla. Es importante que mueva las piernas arriba y abajo sin flexionar las rodillas.

3- Usar los brazos. Además de las piernas, debe aprender a usar los brazos. El movimiento más sencillo es la braza: pídele que levante el brazo, lo pase por encima de su cabeza, y lo introduzca en el agua en un ángulo aproximado de 45º para luego llevarlo otra vez hacia atrás por debajo del agua.

4- Coordinar brazos y piernas. Una vez que el niño ya sabe dar patadas y brazadas, ha llegado el momento de que aprenda a coordinarlas. Al inicio puede ser difícil ya que normalmente las piernas suelen ir por un lado y los brazos por otro, pero con un poco de práctica lo conseguirá. Puedes ayudarle sujetándolo tú por el abdomen mientras nada o usando un churro.

5- Desplazamiento entre puntos. En una distancia corta, que poco a poco iréis haciendo más larga, coloca al niño en horizontal y, con suavidad, propúlsalo hacia los brazos de su otro progenitor o hacia el borde de la piscina. Por instinto, el niño empezará a dar sus primeras brazadas. Puede hacerlo sin ayuda o con manguitos o churro.

6- En busca del premio. Con la ayuda de un churro, el niño se debe sujetar en posición horizontal. Sitúa un juguete fuera de su alcance, pero no muy lejos, e ínstalo a cogerlo nadando. A medida que mejore, puedes incluso lanzarlo a cualquier punto de la piscina para que lo busque.

7- El avión. El niño se sujeta al cuello del adulto por la espalda, quien luego extiende los brazos imitando a un avión y lo arrastra por el agua.

Una vez sepa moverse por el agua, llegará el momento de enseñarle los diferentes estilos: brazada, estilo libre, estilo mariposa, espalda, etc. 

Por último, recuerda que debes tener mucha paciencia y que es un proceso largo, no aprenderá a nadar de un día para otro. Si no te ves capacitado, no dudes en contratar un instructor profesional. Estos expertos tienen muchas herramientas para enseñarle de forma segura y divertida.


Fuentes:

Academia Americana de Pediatría (AAP)

Asociación Española de Pediatría

Fecha de actualización: 17-02-2022

Redacción: Irene García

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