A mi hijo no le gusta bañarse ¿qué hacer?
A la mayoría de bebés les encanta chapotear en el agua y se lo pasan en grande en la hora del baño. Sin embargo, hay bebés a los que no les gusta nada, o niños a los que les ha gustado y, al crecer, dejan de ir tan contentos al baño. ¿Qué hacer en estos casos?
Índice
¿Por qué no le gusta bañarse?
El baño diario es una práctica de higiene muy recomendada tanto para bebés como para niños un poco mayores. Aunque no es obligatorio, bañarse, además de lavarlos, les ayuda a relajarse y prepararse para la hora del sueño. Es una parte de las rutinas que los expertos recomiendan para favorecer el sueño nocturno.
No obstante, hay muchos bebés que aborrecen el agua y lloran cada vez que intentamos meterlos al agua. Asimismo, hay padres que se encuentran con un problema un poco diferente: niños a los que les ha encantado el agua de pequeños pero, al crecer, deciden que el baño es un “rollo” y ya no hay manera de conseguir que se vayan a bañar sin peleas y gritos de por medio.
En estos casos lo que debes hacer no es desistir y dejar que el niño se salga con la suya y no se bañe nada más que una vez a la semana, sino poner en marcha estos consejos para lograr que entienda que debe bañarse y disfrute haciéndolo.
Consejos para que tu hijo se bañe
1- Cuando toque bañarse, díselo un rato antes para que se vaya haciendo a la idea y no sea algo inmediato. “En 5 minutos nos vamos al baño, termina de jugar y vienes”. “Voy preparando el agua, ven ahora tú”. Así, además de avisarle, le das la opción de ir él solo cuando se siente preparado. Al darle una responsabilidad y autonomía, contribuyes a que vaya sin rechistar.
2- Explícale por qué hay que bañarse todos los días y la importancia de una buena higiene. Si te ve ducharte a ti a diario será más sencillo que quiera hacerlo.
3- Si es un bebé, no valen de nada las explicaciones, debes hacer todo el proceso como un juego para que vaya feliz. Desvestirle poco a poco mientras le cantas una canción, tener juguetes en el agua, dejar que te salpique… Que vea que bañarse es algo lúdico y divertido. Eso sí, ten cuidado con no salpicarle a él en la cara, no sea que le coja miedo al agua.
4- Asegúrate de que el agua está a la temperatura ideal para que no le dé frío al meterse ni se queme. También la temperatura ambiente debe ser la idónea, unos 23 º C.
5- No hay nada mejor que jugar en el agua. Tienes que conseguir que tu bebé o niño mayor entienda eso. Hay muchos juguetes para grandes y pequeños de agua, incluso pinturas de colores. Busca aquellos que más le gusten: barcos, canastas, muñecos… Y déjale que esté un buen rato en la bañera jugando.
6- Si tiene hermanos, puedes bañarlos juntos, así será más divertido.
7- Preparad vuestro propio spa. Puedes poner música tranquila y relajante, velas aromáticas (lejos de él, claro), espuma, sales de baño… Para que vea lo divertido que puede ser tener un “spa en casa”.
Lo importante es que no le grites ni le castigues, sino que te lo tomes con filosofía y calma y consigas que aprenda a darse cuenta de lo divertido que es bañarse.
Si un día no quiere bañarse por algún motivo (enfermedad, heridas…) permíteselo, pero no dejes que sea él quien marque cuándo toca baño y cuándo no. El baño es muy divertido, relajante y placentero y así debe verlo tu hijo.
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