Cuando tener un hijo no es fácil
La infertilidad y sus tratamientos: Muchas parejas (y cada año aumenta el número) encuentran dificultades para poder concebir un niño. Las causas de la infertilidad son muchas y muy variadas, pero actualmente, también lo son las técnicas de reproducción que solucionan la mayoría de estos problemas. Entre un 10 y un 20% de las parejas no pueden concebir, pero un 60% lo logra tras un tratamiento de fertilidad
Indice
- Causas de la infertilidad
- Pruebas y análisis de infertilidad
- Tratamientos de la infertilidad
- Verdades y mentiras sobre la fertilidad
Si llevas más de 12 meses intentando quedarte embarazada sin éxito (8 meses si tienes más de 35 años) tú y tu pareja deberías acudir al médico para que os hagan un estudio de fertilidad, puesto que un año es el plazo máximo para concebir un hijo si no hay ningún problema. Descubrir que no eres capaz de tener hijos sin ayuda puede resultar muy frustrante, pero la mayoría de las parejas logra tener una familia gracias a las modernas técnicas de fertilidad.
Tanto la edad de la mujer como la del hombre influyen en la fertilidad. El reloj biológico de ellas alcanza su punto álgido entre los 20 y los 27 años, donde las posibilidades de concebir, si no existen problemas específicos, son casi del 100%. A partir de los 30 la fertilidad empieza a disminuir hasta llegar a los 35 años, donde las posibilidades de embarazo se reducen un 15% cada año. También en los hombres, a medida que cumplen años, empeora la calidad de su esperma y tienen más dificultades para fecundar.
Causas de la infertilidad
Infertilidad masculina
Trastornos del esperma: Los problemas relacionados con la producción y la maduración del esperma son las causas más comunes de la infertilidad masculina. El esperma puede ser inmaduro, tener una forma anormal o ser incapaz de moverse adecuadamente. También puede ser que el esperma normal se produzca en cantidades anormalmente bajas (oligospermia) o aparentemente no se produzca (azoopermia). Muchas condiciones diferentes pueden causar este problema, incluyendo las siguientes:
o Enfermedades infecciosas o condiciones inflamatorias, como el virus de las paperas.
o Enfermedades hormonales o endocrinológicas, como el síndrome de Kallman o un problema pituitario.
o Trastornos inmunológicos en los cuales algunos hombres producen anticuerpos contra su propio esperma.
o Factores ambientales y de estilo de vida.
o Enfermedades genéticas.
Anomalías cromosómicas: Hay hombres que tienen un cromosoma sexual X adicional, conocido como síndrome de Klinefelter, por lo que a menudo no producen esperma o lo producen en muy pocas cantidades, causando esterilidad.
Anomalías anatómicas: Las obstrucciones del tracto genital pueden causar infertilidad al bloquear parcial o totalmente el flujo del líquido seminal. Algunas de estas anomalías pueden ser de origen congénito (presentes al nacer) o el resultado de un defecto genético. Otras podrían ocurrir debido a una infección o inflamación del tracto urogenital, una cirugía que dejó cicatriz en el tracto genital o por la presencia de venas varicosas en el escroto (varicoceles).
Infertilidad femenina
Factor ovulatorio: Problemas en la ovulación, bien porque sea irregular, bien por su ausencia. El mejor tratamiento para este problema es tomar medicamentos inductores de la ovulación o alguna técnica de fertilización asistida de alta complejidad.
Factor tubario: Las alteraciones de las trompas de Falopio, como obstrucciones o lesiones que puedan estar asociadas, provocan que el óvulo no pueda llegar al útero, impidiendo de esta forma la concepción. El tratamiento en estos casos es quirúrgico y el éxito dependerá del grado en que las trompas estén afectadas. Si no se obtiene éxito con la cirugía se puede acudir a la fecundación in vitro (FIV).
Factor uterino: Malformaciones congénitas del útero (tabiques, útero bicorne) o bien miomas (tumores benignos uterinos que deforman la cavidad del útero) o deciduomiometritis. En todos los casos el tratamiento es quirúrgico.
Factor cervical: Puede resultar de un cierre insuficiente del cérvix (incompetencia ístmico-cervical) o bien por la presencia de un moco que impide el ascenso de los espermatozoides, ya sea por factores infecciosos o inmunológicos. En el primer caso la corrección es quirúrgica, realizando un cerclaje, que no es más que "atar el cuello" como una bolsa de joyería. En el segundo caso se utilizan antibióticos, hormonas y, de ser necesario, la inseminación artificial.
Factor peritoneal: Está relacionado con adherencias que involucran los órganos pélvicos ya sea por cirugías previas o endometriosis (focos de endometrio fuera del útero). También requiere de la cirugía para su corrección.
Pruebas y análisis de infertilidad
La evaluación de fertilidad empieza con pruebas para asegurarse de que el esperma de tu pareja es normal, tú estás ovulando y tus trompas están abiertas. Casi la mitad de los problemas de infertilidad son causados por dificultades en la producción de esperma. La evaluación del factor de infertilidad masculina se basa en el análisis de una muestra de esperma que se recoge después de dos o tres días de abstinencia completa para determinar volumen y viscosidad del semen, así como conteo de espermatozoides, movilidad, velocidad de nado y forma de los mismos.
En la mujer, lo primero que se analiza es el ciclo de ovulación, si es regular y predecible, pero también se realiza un análisis de sangre para comprobar los niveles hormonales. Una de las pruebas más informativas se basa en el nivel de hormona estimuladora del folículo (FSH) al tercer día de iniciarse tu menstruación. La FSH estimula los ovarios, de forma que si el organismo necesita un nivel alto al principio del ciclo, puede significar que los ovarios tienen una reserva menor de lo normal o que la calidad de los ovocitos es baja.
Si el esperma del hombre es normal y la ovulación también, hay que buscar otras causas. El ginecólogo realizará otras pruebas como el histerosalpingograma (HSG) para valorar el útero y ver si las trompas de Falopio están abiertas. Se introduce un tinte en el útero con un pequeño tubo colocado a través del cuello. Ese tinte pasa a las trompas, revelando cualquier bloqueo o problema en el útero.
Otras pruebas posibles son la histeroscopia (se introduce una lente a través del cuello del útero para examinar la cavidad uterina) o la laparoscopia (se introduce un instrumento óptico a través de una pequeña escisión en el abdomen que permite examinar útero, ovarios y trompas). También se pueden evaluar los cambios del moco cervical a lo largo del ciclo menstrual para identificar el moco húmedo, flexible y resbaloso asociado con la fase ovulatoria; examen poscoital (EPC) para evaluar la interacción entre los espermatozoides y el moco cervical mediante un análisis de dicho moco, recolectado entre dos y ocho horas después de la relación sexual; o un examen pélvico de la mujer para determinar si hay quistes.
Tratamientos de la infertilidad
Ovulación inducida: Si el problema está en el ciclo menstrual, lo primero que se intenta es la estimulación de los ovarios con píldoras fertilizantes, a solas o combinadas con metmorfina. Si no funciona, se pasa a una combinación de inyecciones de hormonas (gonadotropina) y fertilización asistida. Normalmente estas inyecciones te las puedes poner en casa y el hospital vigila tu producción ovárica con radiografías frecuentes.
Efectos secundarios del tratamiento: Un tratamiento con hormonas es muy duro. Es probable que soportar una inyección diaria, unido a la combinación de las hormonas y la preocupación por si funcionará el tratamiento, te ponga taciturna e irritable. Y, además, tus ovarios se agrandarán, produciéndote una sensación de inflamación y causando molestias abdominales.
Inseminación artificial (IUI): Es una técnica de menor complejidad donde el semen del varón (previamente tratado en el laboratorio para enriquecerlo) es inoculado directamente en el cuerpo del útero con una cánula. Previamente se estimula la ovulación de la mujer para incrementar las posibilidades de éxito. En mujeres entre 35 y 38 años, el éxito es del 20% en el primer intento.
Fecundación in vitro (FIV): Los óvulos aspirados del ovario son enfrentados a espermatozoides en el laboratorio. El embrión resultante es colocado en el útero de la mujer previamente estimulado con hormonas. Las posibilidades de éxito en el primer intento se sitúan hasta los 36 años en la mitad; entre los 38 y los 40, hay un 40% de éxito y de los 41 en adelante, el porcentaje es del 20%.
Inyección intracitoplasmática de espermatozoides en óvulos (ICSI): Técnicamente es similar al FIV pero aplicado a alteraciones masculinas. Los espermatozoides elegidos son inyectados uno a uno en los óvulos aspirados.
La nueva Ley de Reproducción Asistida de nuestro país permite la congelación de óvulos sin fertilizar. Cuando la mujer es joven (entre 20 y 27 años) se somete a un tratamiento hormonal para estimular la producción de los ovarios y que libere más de un óvulo al mes. Luego, mediante una aguja, se extraen y se eligen los óvulos que estén en perfectas condiciones, se congelan en nitrógeno para conservarlos sanos y sin envejecer y, pasados unos años, se reimplantan. También existe la posibilidad de la donación de óvulos sin fertilizar, empleando la misma técnica que la anterior, pero utilizando óvulos de otra mujer más sana y joven.
El último avance en este campo son los transplantes de tejido ovárico para que la mujer ovule de nuevo. El tejido se extrae de un ovario sano y joven, se congela y luego se implanta en la mujer que ya no es capaz de ovular por sí misma. Es una técnica complicada que de momento no se ha llevado a cabo en España.
Sin embargo, si estas técnicas no funcionan, o ves que el proceso se alarga mucho y los nervios, la tensión y la dureza de los tratamientos os están agotando a los dos, siempre queda el recurso de la adopción, con lo que evitarás el estrés que suponen estas técnicas de fertilidad.
Verdades y mentiras sobre la fertilidad
La píldora influye en la fertilidad
FALSO: La prueba es que numerosos embarazos son consecuencia de olvidos o descuidos en la toma de la píldora.
Algunas posiciones durante el coito multiplican la probabilidad de quedarse encinta
FALSO: Ninguna posición es mejor que otra en este aspecto. Y a pesar de la creencia popular hacer el pino después de la relación sexual no aumenta la posibilidad de concebir.
Los geles lubricantes son tóxicos para los espermatozoides
VERDADERO en algunos casos. Pregunta a tu farmacéutico y lee atentamente las indicaciones del prospecto.
El calor es nefasto para los espermatozoides
VERDADERO: Los pantalones y los slips ajustados perjudican la calidad de los espermatozoides. Para su bienestar nada mejor que los pantalones anchos y los calzoncillos sueltos. Presta atención también a los ordenadores portátiles, que desprenden mucho calor. Si acostumbras a utilizarlos sobre tus rodillas, ten en cuenta que aumentará la temperatura a nivel de los testículos.
Algunos fármacos pueden perturbar la ovulación
VERDADERO. Es el caso de los psicotrópicos (ansiolíticos, antidepresivos…)
La higiene íntima femenina puede perjudicar la concepción
VERDADERO, en parte. Cuando se utilizan productos desinfectantes, la mucosa se irrita, la flora vaginal disminuye y la supervivencia de los espermatozoides disminuye, por encontrarse en un entorno poco acogedor.
Los métodos clínicos de fertilidad son la solución definitiva
FALSO: Las distintas técnicas de reproducción artificial, pueden ayudar a concebir. Pero cada caso es diferente y no ayudará a mejorar la calidad de los óvulos.
El orgasmo aumenta la probabilidad de quedarse embarazada
VERDADERO: Durante el orgasmo las contracciones uterinas “aspiran” el esperma, que llega más fácilmente a las trompas.
La abstinencia hace que los espermatozoides sean más aptos para la fecundación
FALSO: Todo lo contrario. Después de 15 días de abstinencia los espermatozoides se vuelven perezosos y se mueven menos.
El tabaco impide la correcta fecundación
VERDADERO: La nicotina disminuye la calidad del óvulo. También afectará a las vellosidades de las trompas de Falopio, encargadas de dirigir el óvulo hasta el útero. Éstas se vuelven resbaladizas impidiendo su correcto transporte y aumentando la probabilidad de tener un embarazo extrauterino. Las fumadoras tardan de 2 a 3 veces más en concebir que las no fumadoras. Además la nicotina es igualmente perjudicial para el flujo sanguíneo que irriga el útero.
El alcohol es perjudicial para el feto pero no influye en la concepción
FALSO: Está demostrado que un consumo excesivo de alcohol disminuye la probabilidad de concebir. Se desconoce su efecto sobre la fertilidad tomado en pequeñas dosis.
Tu peso es determinante a la hora de concebir.
FALSO y VERDADERO: Siempre y cuando estés sana, unos kilos de más no influirán. Otra cosa es la anorexia y la obesidad que sí pueden perturbar los ciclos de la ovulación. Ten especial cuidado con las dietas draconianas ya que las grasas son muy importantes durante la fecundación. Si el cuerpo no tiene suficientes reservas, la fabricación de hormonas sexuales, responsables de la ovulación, disminuye.
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Algunas parejas se preguntan "¿cómo tener un hijo varón?". El sexo del bebé viene definido por el padre, habiendo un 50% de probabilidades que sea hombre o mujer. Sin embargo, existe una teoría que relaciona el momento de la concepción con el estado de la ovulación. La evidencia científica de esta relación es poca, pero dado que su práctica es totalmente inocua es una opción que siempre se puede probar.
Fuentes:
Goetzl, Laura (2006), Concepción y embarazo a partir de los 35, Pearson Educación.
Instituto Nacional de Estadística.
Fecha de actualización: 03-01-2022
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