¿Qué es la infertilidad secundaria?
Este término se aplica a aquellas parejas que, tras haber tenido un hijo, tienen dificultades para quedarse de nuevo embarazadas cuando buscan el segundo. ¿Por qué sucede esto?
Indice
¿Qué es la infertilidad secundaria?
A muchas parejas les preocupa tener problemas para tener su primer hijo. Pero una vez que este llega sin dificultades, no se esperan poder tener problemas a la hora de concebir al segundo.
Sin embargo, la infertilidad femenina secundaria existe y normalmente se debe a las mismas causas que una infertilidad primaria, solo que aparecen después de haber tenido ese primer hijo, a las que pueden sumarse problemas producidos durante el primer embarazo o parto:
- Desajustes hormonales
- Problemas tubáricos
- Problemas fisiológicos vaginales o uterinos
- Descenso de la calidad y cantidad espermática
- Aparición de varicocele
- Edad materna (quizá el segundo hijo se busca pasada la barrera de los 35, momento en el que la fertilidad desciende cada año)
- Enfermedades de transmisión sexual surgidas tras el primer embarazo
- Aparición de fibromas uterinos
- Desarrollo de enfermedades que antes no existían, como diabetes, problemas de tiroides, enfermedades digestivas…
- Alteraciones en el aparato reproductor como consecuencia del primer embarazo y parto
- Uso de ciertos medicamentos
- Cambios en los hábitos de vida y la alimentación
- Aumento o disminución de peso
- Problemas en la pareja, como eyaculación retrógrada, trastornos hormonales, procesos infecciosos en los genitales, consumo de determinados medicamentos, hábitos tóxicos como el tabaquismo o el alcohol, enfermedades como la diabetes o el cáncer, exposición a sustancias tóxicas para los testículos (plomo, cadmio o manganeso), etc.
¿Qué hacer en estos casos?
La mayoría de parejas que sufre infertilidad secundaria son más reacias a acudir al médico para hacerse pruebas y ver si todo va bien ya que están convencidos de que si pudieron tener un hijo, no tendrán dificultades para tener otro.
Sin embargo, como veíamos, en el tiempo que pasas desde que nace un niño hasta que se busca el siguiente pueden haber aparecido muchos trastornos que afecten a la fertilidad, por lo que no se debería de esperar más de 2 años para acudir al médico, menos si la pareja es mayor de 35 años.
Una vez que el especialista realice las pruebas pertinentes, se verá si es necesario o no someterse a algún tratamiento de reproducción asistida (fecundación in vitro, inseminación artificial, donación de ovocitos o esperma) y cuál es el mejor.
En ocasiones, el problema será simplemente encontrar tiempo para mantener relaciones en los días fértiles con los líos del trabajo, la casa, el niño… Si así fuera, conviene recordar que un embarazo solo se consigue manteniendo relaciones sexuales en esos días, con lo que es fundamental sacar tiempo, pero sin agobios, prisas ni presiones, ya que la mente nos puede jugar una mala pasada a la hora de buscar un nuevo bebé.
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