¿Hasta qué edad la mujer puede tener hijos?

Indice

• La ovulación y la fertilidad
• Embarazos después de la menopausia

 

La ovulación y la fertilidad

La edad fértil de la mujer va desde la menarquia o primera menstruación hasta la menopausia o el fin de la misma. Es decir, para que una mujer pueda quedarse embarazada de manera natural es necesario que sus órganos reproductores estén activos y haya ovulación ya que, para lograr un embarazo, debe haber un óvulo vivo en las trompas de Falopio al que pueda fecundar un espermatozoide.

Por lo tanto, una mujer puede quedarse embarazada desde el primer momento en que tiene la regla hasta que deja de tenerla, aunque es cierto que hay un periodo optimo de fertilidad en el que no solo le será más fácil quedarse embarazada, sino que también tendrá menos posibilidades de sufrir ciertos problemas asociados a la gestación como abortos, malformaciones, parto prematuro, diabetes gestacional, etc. Este periodo más fértil va desde los 20 hasta los 30 años. A partir de los 35 la fertilidad disminuye cada año considerablemente y, desde los 40, es muy complicado quedarse embarazad sin recurrir a ayuda externa.

La reserva de óvulos se reduce notablemente, hasta el punto que las probabilidades de embarazo de forma natural con 40 años son bajísimas, menos del 5%. Además, existe más riesgo de ciertas complicaciones como malformaciones cromosómicas como síndrome de Down, aborto espontáneo, parto prematuro, cesárea, etc.

A partir de los 45 años, se estima que la reserva ovárica de la mujer está prácticamente agotada, aunque la menopausia todavía puede tardar algunos años en aparecer.

Si se piensa que se va a ser madre pasados los 40 años, se aconseja extraer y vitrificar los óvulos antes de los 35 años, cuando la reserva aún es buena y los óvulos sonde calidad, para poder usarlos cuando sea necesario.

No obstante, que sea más complicado no implica que no pueda pasar. Incluso en mujeres que ya empiezan a tener reglas aisladas porque están entrando en la menopausia, es posible quedarse embarazadas siempre que haya ovulación. De hecho, no es raro encontrar hijos tardíos que han llegado cuando la madre tenía más de 45 años y pensaba que ya no podía quedarse embarazada porque estaba empezando a no tener la regla de manera regular; por lo que la pareja se relajaba, se olvidaba de tomar medidas para evitar el embarazo y, 9 meses después, nacía un hijo que ya no esperaban.

Mientras haya ovulación, se tenga la edad que se tenga, la mujer se podrá quedar embarazada, aunque sus posibilidades sean mucho menores cuantos más años tenga.

En cuanto a la edad a la que cesan por completo las ovulaciones, es decir, se entra en la menopausia, depende mucho de cada mujer. En mujeres que tienen menopausia precoz esta puede llegar a los 40 años. En el resto de mujeres, lo normal es que llegue en torno a los 50.

 

Embarazos después de la menopausia

Los avances médicos y en ginecología de las últimas décadas han permitido a algunas mujeres vencer a la naturaleza y quedarse embarazadas una vez han entrado en la menopausia y ya no ovulan. Obviamente, para lograrlo necesitan recurrir a la fecundación in vitro o la donación de ovocitos para que les implante un embrión ya formado en el útero.

Otra técnica de interés para mujeres en edad avanzada es el Diagnóstico Genético Preimplantacional, un test que sirve para detectar posibles anomalías genéticas y cromosómicas en los embriones, para poder seleccionar los que sean sanos y así evitar las posibles malformaciones de los óvulos envejecidos.

Sin embargo, esta práctica es poco habitual ya que ni es bueno para la salud de la madre ni para el feto, además de tener diversas implicaciones éticas por el hecho de permitir que una mujer mayor, de 60 años por ejemplo, se convierta en madre cuando debería ser abuela. De hecho, la mayoría de clínicas de fertilidad tienen un límite de edad, generalmente a los 50 años, tras el cual no permiten ningún tipo de tratamiento de reproducción asistido.

Aunque no está regulado por ley en la mayoría de países, la propia ética se lo impide ya que no solo es más peligroso para la madre y para el bebé un embarazo a una edad tan tardía, con un índice mucho mayor de abortos, malformaciones cromosómicas de todo tipo, partos prematuros o desarrollo de enfermedades como la preeclampsia, sino que también puede afectar al crecimiento y desarrollo psicológico del bebé al tener una madre mucho mayor de lo que la naturaleza permite.