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Movimientos fetales en la semana 28

Movimientos fetales en la semana 28

Se dice, en términos generales, que los movimientos del feto en el interior de una mujer comienzan a percibirse a partir de la semana 20 de gestación. Algunas, si ya han parido con anterioridad, los pueden sentir (y reconocer) varias semanas antes; otras, dependiendo de múltiples circunstancias, pueden tardar más tiempo.

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El bebé ya ocupa un gran espacio en la tripa

Independientemente de cuándo sea el día exacto en el que una mujer siente por primera vez una vida en su interior, lo cierto es que el feto en crecimiento se mueve desde hace mucho tiempo atrás, al menos, según afirman los expertos, desde la 6º semana, y con 20 ya puede realizar todos los movimientos fetales.

Con 28 semanas de embarazo la intensidad de su actividad es máxima. El bebé con esta edad gestacional ya es grande, mide aproximadamente 36 centímetros y ocupa bastante espacio en el útero, pero aún queda hueco a su alrededor, por lo que puede moverse todavía libremente, girar sobre sí mismo, estirarse, etc. pero chocando constantemente contra la pared uterina. Y esto se aprecia desde el exterior. Si te tumbas y observas la barriga podrás ver cómo ésta se mueve y se abulta, incluso puedes sospechar la forma de un piececito. Un momento excelente para observar al bebé moverse es durante un baño relajante, en el que el pequeño suele estar más activo. ¡Aprovecha e implica al papá dejando que ponga sus manos en tu barriga!

 

Patadas dolorosas del bebé

Aunque en ocasiones parezca maravilloso sentir al bebé, sobre todo cuando se está viviendo el primer embarazo, los movimientos fetales en la semana 28 pueden llegar a resultar incómodos e incluso muy molestos. Ocurre cuando el bebé se estira, cuando golpea con sus extremidades las paredes del útero y especialmente cuando alcanza un órgano próximo o las costillas inferiores de su mamá. Estos golpes o patadas, que pueden llegar a ser realmente fuertes y dolorosos, pueden dejar a la madre sin aliento por un instante o despertarla en mitad de la noche. Si además una está en una postura que al bebé no le satisface, éste no dudará en moverse hasta que su madre cambie de posición. Durante la noche, también, el feto suele estar más activo, por lo que no es extraño que, en esta fase de la gestación, los golpes nocturnos sean más intensos y frecuentes.

No obstante estos movimientos bruscos y potentes, muy característicos entre las semanas 26 y 30, recuerdan que el bebé está activo y creciendo, por lo que a pesar de ser molestos, a la mayoría de las mujeres encinta les hacen sentir bien.

 

Hipos, sobresaltos y bostezos

Igualmente, en esta semana de gestación, es posible notar cómo el bebé responde a estímulos externos, especialmente a la voz, a la música o a ruidos inesperados. De hecho, según se ha comprobado en varias investigaciones, los bebés reaccionan con un sobresalto a los sonidos fuertes a partir de la semana 9 de embarazo, lo que evidencia que pueden oír en el útero.

En estas semanas es frecuente además sentir al bebé hipar. Lo hará a menudo acompañándolo de pequeños estiramientos de sus miembros; de hecho al ser un movimiento peculiar, espasmódico y prolongado, su hipo será más fácil de detectar que cualquier otro movimiento.

Se sabe también que los bebés bostezan en el vientre materno. No se sabe a ciencia cierta por qué lo hacen, pero estos movimientos suelen ir unidos a encogimientos de hombros o estiramientos de piernas.

 

El bebé se mueve demasiado

En esta época del embarazo es normal llegar a pensar que el bebé se mueve demasiado dentro de una. Pero, si obviamos las incómodas patadas, esto no es malo, todo lo contrario. Cuanto más se mueva mejor. En contra de algunas creencias, un feto muy activo no es síntoma de hiperactividad posterior.


¿Qué pasa si el bebé no se mueve?

No está de más recordar que los bebés en el útero duermen como los recién nacidos, así que pasan largos periodos durmiendo, por lo que habrá momentos en los que no se muevan. Además sus ciclos de sueño y vigilia varían, razón por la cual no puede establecerse un patrón único de actividad - inactividad. Será la propia madre la que con el tiempo conocerá cuándo su bebé está activo y cuándo tranquilo.

Generalmente cuando la mamá descansa, el feto está más activo y cuando su madre está ocupada su pequeño estará calmado. Esto tiene dos explicaciones fundamentalmente: Cuando una está activa y distraída es menos consciente de los movimientos del bebé dentro, porque no le está prestando tanta atención como cuando está relajada o intentando descansar. Otra razón es que el meneo que hace la madre al andar, o al hacer ejercicio, acuna al niño y éste se tranquiliza y se duerme en estos ratos.

Si ya estás familiarizada con las pautas de movimientos fetales y te preocupa no sentirlos en un momento dado, puedes hacer lo siguiente: Después de las comidas, o tras beber un zumo de naranja o algo azucarado, cuenta las patadas que sientes. Si puedes recostarte sobre tu lado izquierdo o permanecer dándote un baño, mejor. Deberás contar al menos 10 patadas en las dos horas siguientes. Si no es así, acude de inmediato al ginecólogo.


Fuente:

Huggins-Cooper, Lynn (2005), Maravillosamente embarazada, Madrid, Ed, Nowtilus.

Fecha de actualización: 10-02-2021

Redacción: Irene García

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