Ojos secos en el embarazo
A lo largo de la gestación los cambios que experimenta el cuerpo de la futura mamá son constantes. Y los ojos y la visión, ya afectados en esta etapa por el engrosamiento de la córnea y el descenso de la presión del líquido del globo ocular, tampoco se libran de la acción de las hormonas.
Indice
- ¿Qué es el Síndrome del Ojo Seco?
- ¿Qué complicaciones se pueden producir?
- ¿Qué hacer en estos casos?
- ¿Qué otros cambios visuales comporta el embarazo?
¿Qué es el Síndrome del Ojo Seco?
Algunas embarazadas presentan el llamado síndrome del ojo seco, que además de lo que su propio nombre indica, puede acompañarse de una sensación de punzadas, quemazón, irritación, ardor, enrojecimiento, picor, fatiga ocular, dificultad para usar lentillas o abrir el ojo al despertar, sensación de cuerpo extraño o arenilla, etc.
Lógicamente estos síntomas están relacionados con una ausencia o deficiencia de lágrimas y la sequedad que esto provoca. Los cambios hormonales típicos del embarazo, también en esta ocasión, parecen estar detrás de esta afección.
Las lágrimas cumplen una función importantísima: mantienen nuestros ojos hidratados para protegerlos de agentes externos, pero si no existe esta humedad los ojos se secan, se irritan, y escuecen. Cuando esto persiste en el tiempo puede llegar a ser realmente molesto e incómodo para quien lo padece, e incluso peligroso, ya que se corre el riesgo de padecer úlceras o infecciones.
En la gestación el síndrome de ojos secos, conocido en Medicina como queratoconjuntivitis seca, es frecuente. El ojo, en este periodo, sufre alteraciones físicas y las hormonas provocan un descenso en la producción de lágrimas, que en algunos casos pueden acarrear serias complicaciones.
¿Qué complicaciones se pueden producir?
Una deficiente producción de lágrimas puede ocasionar inflamación de córnea y conjuntivitis. La conjuntivitis es la inflamación o la infección en la membrana transparente (conjuntiva) que recubre el párpado y la parte blanca del globo ocular. Los síntomas de la conjuntivitis pueden incluir: enrojecimiento de la parte blanca del ojo, inflamación, aumento de lágrimas, sensación de cuerpo extraño, picazón, irritación ardor, secreciones de os, costras en los párpados o las pestañas, etc. Para tratarla, se suele usa antibiótico tópico.
En los casos más severos, aunque poco frecuentes, puede dañarse e incluso infectarse la córnea.
¿Qué hacer en estos casos?
No hay ningún tratamiento que prevenga la queratoconjuntivitis seca, pero pueden aplicarse medidas paliativas para mitigar sus síntomas.
El tratamiento más frecuente y eficaz de oftalmología pasa por asegurar el aporte de lubricación e hidratación necesario a los ojos con el uso de lágrimas artificiales, una solución que aplicada en gotas imita la composición de las lágrimas.
En el mercado existe una amplia gama de productos para humedecer el ojo: pomadas oftálmicas, colirios, gotas, etc. El médico recomendará lo más adecuado para cada caso.
No obstante, la insuficiencia de lubricación ocular también es debida a otras causas ajenas al embarazo. En ocasiones, por ejemplo, es un síntoma asociado a algunas patologías. Por ello es importante, antes de aplicar cualquier tratamiento, averiguar la naturaleza de la afección para descartar enfermedades serias o lesiones oculares.
Además de las hormonas otros hábitos comunes pueden resecar nuestros ojos y poner en peligro nuestra salud visual. Durante la gestación debes poner especial atención para evitar estos otros factores que producen sequedad ocular. Por ejemplo:
Mala alimentación: Un déficit nutricional puede favorecer la sequedad ocular. El ojo es uno de los órganos más susceptibles de sufrir daños por carencia vitamínica, concretamente de vitamina A, que puede causar queratomalacia. Un exceso de consumo de alcohol también contribuye a agravar esta dolencia, así como la falta de hidratación.
Factores ambientales: Las altas calefacciones, el aire acondicionado o la contaminación atmosférica resecan el ambiente o evitan que el aire se renueve, lo que puede ser muy perjudicial para el ojo, que necesitará mayor hidratación. Huye de espacios cargados de humo o polución y cuando no puedas evitar calefacciones, aires acondicionados o ventiladores, asegúrate de humedecer el aire usando aparatos específicos, colocando vasos de agua en la estancia o toallas húmedas sobre el radiador. Ten cuidado también con el uso de lentes de contacto.
Sobreexposición a monitores de ordenador: Las largas jornadas frente a un ordenador o a pantallas de otros dispositivos electrónicos (móviles, televisores, tabletas, etc.) ayudan a desarrollar sequedad ocular y problemas de visión debido, entre otras cosas, a la reducción del parpadeo (que es lo que permite la lubricación del ojo) cuando estamos concentrados delante de una pantalla. Limita el tiempo que permaneces mirando un monitor, parpadea a propósito a menudo y haz descansos frecuentes.
No dudes en consultar inmediatamente al médico si la sequedad, la irritación o el enrojecimiento en los ojos empeoran repentinamente, o sientes una pérdida de la visión.
¿Qué otros cambios visuales comporta el embarazo?
Las dioptrías de los ojos pueden verse afectadas en estos meses debido a la acción de la progesterona en el intercambio de líquidos que tienen lugar en la córnea. La retención de líquidos o el aumento de estrógenos ocasionan cambios en el tamaño y curvatura de la córnea y el cristalino que pueden hacer que aparezca una leve miopía o esta aumente entre media y una dioptría.
Lo bueno es que, normalmente, estas alteraciones no son permanentes. Después del parto, sólo el 20% de las mujeres mantiene el aumento de dioptrías que sufrieron durante la gestación. Además, es más frecuente en mujeres que ya tenían miopía elevada.
Otros cambios en la visión están relacionados con enfermedades propias del embarazo, como la preeclampsia o hipertensión gravídica, que causa sensibilidad a la luz, visión borrosa, visión de puntos centelleantes, etc. O la corionetinopatía serosa, la percepción de una mancha central o de líneas torcidas al leer.
Asimismo, pueden surgir trastornos vasculares oclusivos: causados por las obstrucciones de venas y arterias en la retina impiden el flujo de sangre por dichos casos, provocando pérdida de visión que se recupera después del parto.
Por último, la carencia de vitamina A puede causar xeroftalmía, que también provoca sequedad ocular.
Fuente:
Scielo: http://scielo.sld.cu/pdf/oft/v29n2/oft11216.pdf
Elsevier: https://www.elsevier.es/es-revista-semergen-medicina-familia-40-articulo-sindrome-del-ojo-seco-factores-S1138359313001263
Fecha de actualización: 04-09-2020
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