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Conducción y embarazo

Conducción y embarazo

Cuando la tripa empieza a ser prominente muchas actividades habituales se volverán más arduas o cuanto menos algo incómodas, lo que podrá llevar a plantearte si llevarlas a cabo será seguro o no en tu estado.

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Una de ellas será ponerse al mando de un coche. Conducir con una tripa interponiéndose entre tú y el volante puede resultar cuanto menos molesto, pero en principio el embarazo no debe limitar una actividad como esta, siempre y cuando se tomen las medidas de seguridad oportunas como el uso correcto del cinturón y del airbag.

En caso de frenazo brusco puedes estar tranquila porque el feto está protegido por el líquido amniótico y los músculos del útero.

Es cierto que cuando se está embarazada el uso del cinturón de seguridad se hace más incómodo y además nos hace dudar si es seguro para el feto en caso de accidente.


Precauciones y consejos para conducir embarazada

Para una conducción segura se deben tener en cuenta algunos aspectos como los cambios corporales que sufre la mujer durante la gestación y que afectan a la forma de conducir. Estas modificaciones, especialmente a partir del segundo trimestre comportan un aumento del volumen abdominal, que perjudica la comodidad y hace más difícil la conducción al disminuir la distancia entre el volante y el vientre, lo que requerirá, entre otros, ajustes en el asiento para un mejor uso de los pedales.

Por ello la Fundación Mutual de Conductors y el Dr. Carlos Martín, médico de familia de la Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria (CAMFIC), han elaborado un estudio de las mujeres conductoras en gestación donde se observa que el principal problema es que muchas mujeres aún desconocen cómo comportarse de forma segura al volante y en especial qué uso se debe dar al cinturón de seguridad.

Según las estadísticas, entre un 2 y un 3% de las mujeres embarazadas se ven implicadas en algún accidente de tráfico durante el periodo de gestación y se calcula que en España los siniestros de circulación podrían ocasionar la interrupción de entre 200 y 700 embarazos cada año.

En opinión del Dr. Martín, “cada embarazo es distinto y cada mujer lo siente de una forma distinta”, y aunque no se contraindica conducir, deben extremarse las precauciones durante este periodo. Por lo general se recomienda que a partir de la semana treinta, la futura mamá viaje como acompañante, y cuando sean pasajeras, se sitúen en los asientos posteriores, mucho más amplios y cómodos.

En las semanas previas, se deberían evitar los desplazamientos largos al volante, como máximo 100 kilómetros seguidos y no realizar más de 3 horas al día. Las náuseas, mareos y vómitos, frecuentes en las gestantes, se intensifican en los viajes largos.

Se aconseja viajar a una velocidad moderada, salvando en lo posible las irregularidades del firme de la carretera, evitando frenazos bruscos y desplazamientos violentos y, a poder ser, en un coche de 5 puertas con una buena suspensión. Después del parto, es bueno dejar pasar entre una y tres semanas para volver a conducir.

Además de la posible falta de concentración debido a los cambios hormonales, se puede sufrir una disminución de la capacidad de visión, especialmente en aquellas mujeres que padecen falta de visibilidad, como miopía muy alta.
 

El uso del cinturón de seguridad durante el embarazo

El cinturón es obligatorio porque salva vidas maternas y fetales, y evita complicaciones graves derivadas de una colisión. En caso de frenazo puedes estar tranquila porque el feto está protegido por el líquido amniótico y los músculos del útero.

Diversos estudios indican que las embarazadas que viajan en coche sin cinturón de seguridad tienen un 2,8% más de riesgo de perder el feto que las que llevan puesto el cinturón.

Josep María Ambrós, director de la Fundación Mutual de Conductors destaca dos momentos en los que hay que tener especial cuidado con los embarazos: “Durante los tres primeros meses la cantidad de líquido amniótico es escaso y un golpe frontal puede producir hemorragias en el útero por desprendimiento de la placenta -en este caso al feto no le llega suficiente oxígeno-.

También en el último trimestre hay que tener más cuidado. Debido a las dimensiones del abdomen el uso del cinturón puede resultar molesto, además, en caso de accidente o frenazo brusco se puede adelantar el parto o causar traumatismo en el futuro niño” (su cabeza se puede golpear con los huesos de la pelvis de la madre).

Por ello las embarazadas deben colocarse correctamente el cinturón, tanto en las plazas delanteras como en las traseras. Como norma básica los cinturones no deben oprimir el vientre.
 

¿Cómo ponerse el cinturón cuando se está embarazada?

Según la Fundación, es muy importante llevarlo, pero siempre de la forma correcta: entre los senos y lo más bajo posible sobre las caderas. No se debe dejar que la sección abdominal del cinturón se suba hacia el vientre de la mujer porque podría dañar al bebé.

La tendencia es que el cinturón se desplace hacia el abdomen perjudicando a la futura madre y a su bebé. Para evitar este problema, puedes utilizar un cinturón especial para embarazadas que esté homologado por la normativa europea.
 

Activación del airbag

Otro punto importante relativo a la seguridad en el vehículo durante el embarazo es el airbag y sus presuntos efectos perjudiciales sobre el feto. Pese a lo que pueda decirse, se desaconseja desconectar el airbag -ya sea el del conductor o el del copiloto- en el caso de mujeres en estado. Los datos de los que se dispone indican que el uso de estos dispositivos protege a la mujer y a su bebé en caso de accidente.
 

¿Cómo actuar ante una colisión?

El Dr. Carlos Martín afirma que “una embarazada que conduce y tiene un accidente de tráfico no corre ni más ni menos riesgo que una mujer no gestante”, pero sí que se pueden producir complicaciones directamente asociadas a su estado. El riesgo más grave para el feto, en estos casos, es el fallecimiento materno que traería como consecuencia, casi segura, la muerte del mismo. Martín advierte que “en el primer trimestre, el principal peligro de sufrir un siniestro es que este provoque un aborto espontáneo. En el segundo y el tercer trimestre los problemas más importantes, por orden de frecuencia, son el desprendimiento de la placenta, la hemorragia de la placenta, la rotura o laceración del útero y la lesión directa fetal”. Además, la posibilidad de que se desencadene el parto en las cuarenta y ocho horas siguientes al accidente “se multiplica por dos”.
 

Problemas de salud durante el embarazo y conducción

Durante el embarazo es muy frecuente el dolor lumbar. La lumbalgia interfiere con la postura de la conducción, por lo que se recomienda utilizar la faja pélvica y realizar la tabla de ejercicios, que mejora mucho la sintomatología. Si se produce una colisión, aunque aparentemente sea de poca importancia, es imprescindible informar al especialista lo antes posible. Así se descarta cualquier tipo de complicación en la madre y en el desarrollo normal del feto. La gestante con antecedente de abortos o con síntomas de una posible amenaza de aborto no debe viajar en coche y menos aún conducir.

Por último, hay que tener en cuenta otra serie de factores que pueden alterar la capacidad de concentración durante la conducción y poner en peligro a los ocupantes del vehículo. Uno de los más frecuentes es el sueño característico que sufren algunas mujeres gestantes. El embarazo puede producir cambios en el nivel de azúcar en la sangre, modificaciones de la tensión arterial, alteraciones en la visión y edemas en los miembros o varices. Además, el empleo de fármacos como sedantes también puede alterar el nivel de atención necesario para asegurar una circulación sin peligro.


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Fuentes: Fundación Mutual de Conductors 

Dr. Carlos Martín, médico de familia de la Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria (CAMFIC) 

Fecha de actualización: 03-06-2020

Redacción: Lola García-Amado

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