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Ardor de estómago en el embarazo

Ardor de estómago en el embarazo

La acidez o ardor de estómago es una de las molestias más habituales durante la gestación, causada por los cambios hormonales y la presión del bebé sobre algunos órganos del aparato digestivo. Se puede evitar siguiendo una serie de consejos dietéticos y posturales.

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Indice

 

¿Por qué se produce la acidez durante el embarazo?


Durante el embarazo se produce una auténtica revolución hormonal que hace que la progesterona aumente, lo que provoca la relajación del esfínter gastroesofágico haciendo que las digestiones sean más lentas. Asimismo, en estos meses disminuye el ácido clorhídrico encargado de digerir los alimentos, lo que también ralentiza las digestiones y las hace más pesadas, por lo que aumentan las posibilidades de que el ácido del estómago suba hacia el esófago, provocando esa molestia que se conoce como ardor.

Por último, el aumento de tamaño del útero en las últimas semanas hace que el estómago tenga menos espacio y ascienda, favoreciendo que el jugo gástrico del mismo llegue al esófago.

Puede ser una molestia puntual o darse tras cada comida. Sea como sea, es muy incómodo por lo que conviene seguir una serie de recomendaciones de medicina para evitarlo.

 

Medidas para evitar el ardor de estómago


Si es muy molesto puedes consultar a tu médico para que te mande alguna medicación. Además, te aconsejamos que sigas estas medidas:

- Haz 5 comidas al día ligeras en lugar de comidas abundantes y copiosas.

- Es bueno comer cada dos o tres horas, no pases mucho tiempo en ayunas.

- Evita comidas picantes y especias.

- De primer plato se recomienda comer arroz, patata o pasta cocida con un poco de aceite
de oliva.

- Evita comer vegetales crudos y de hojas ya que la celulosa tarda más tiempo en digerirse. También es más recomendable tomar verduras como la calabaza, la patata o la zanahoria, aunque se aconsejan todas las que puedan ser cocidas. Se debe evitar el ajo, la cebolla o los pimientos.

- No se aconseja comer carnes con grasas.

- Evita las frituras y cocina todo a la plancha, al horno o hervido.

- Los alimentos integrales no son aconsejables. Tampoco los cítricos, la piña o el tomate; ni las bebidas con gas.

- La fruta en ayunas puede provocar acidez.

- Bébete un vaso de leche desnatada después de comer. La leche es rica en calcio que neutraliza los ácidos del estómago, pero la leche entera puede tener mucha grasa.

- Bebe agua entre comidas a sorbos pequeños.

- No te acuestes justo después de comer, espera un rato sentada o semisentada mientras se hace la digestión.

- Si tienes sueño y no quieres esperar dos horas para irte a la cama o dormir la siesta, acuéstate con la cabecera de la cama elevada, o pon cojines para que el tronco esté un poco más elevado que el cuerpo y los ácidos no puedan ascender por el esófago.

- Tómate una taza de manzanilla después de la comida para calmar las molestias.

- Masticar chicle reduce la acidez, pues la boca segrega más saliva, un protector natural del esófago. Es preferible optar por los chicles sin azúcar.
 

¿Puedo tomar medicación contra la acidez?


En algunos casos las medidas naturales no son suficientes y hace falta tomar medicación. En la gestación, lo mejor son aquellos fármacos formulados a base de magnesio o calcio, como el almax o el omeprazol, pero consulta siempre antes con tu médico, nunca te automediques.

Numerosos estudios muestran que ninguno de estos medicamentos es teratogénico ni afecta al feto o al desarrollo de la gestación. No obstante, es importante que se consulte al obstetra ya que hay algunos casos en los que no es seguro tomar almax, como si se sufre hemorroides, si se tiene sensibilidad al almagato, si se tiene diarrea o en caso de edema o retención de líquidos.

La ranitidina pertenece a los antagonistas de los receptores H2 de la histamina. Este fármaco pertenece a la categoría B, lo que significa que “no existen evidencias de riesgo en la especie humana”, pero no hay estudios concluyentes en mujeres embarazadas. El uso de los medicamentos de categoría B se suele aceptar durante el embarazo (amoxicilina, ibuprofeno, lidocaína…), aunque siempre indicado por un médico, nunca hay que automedicarse.

La ranitidina, por ejemplo, atraviesa la barrera placentaria, pero estudios de teratogénesis experimentales no permiten sospechar malformaciones en humanos, por lo que se puede usar, sobre todo desde el segundo trimestre, pero solo si es esencial y el médico te indica que es mejor que el almax o el omeprazol por algún motivo.

En cuanto a la sal de uvas, no se recomienda tomarla en el embarazo ya que contiene bicarbonato de sodio, ácido cítrico y ácido tartárico (proveniente de la uva) que pueden ser perjudiciales.


Fuente:

American Pregnancy Association, "El embarazo y la acidez estomacal" https://americanpregnancy.org/es/pregnancy-health/heartburn-during-pregnancy/

Fecha de actualización: 29-09-2020

Redacción: Irene García

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