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Qué hacer si el bebé se atraganta

Qué hacer si el bebé se atraganta

Es habitual que los bebés se atraganten al comer o beber. En la mayoría de los casos no será necesario hacer nada ya que su cuerpo reaccionará tosiendo y eliminando la causa del atragantamiento. Pero si es un caso más grave y el bebé no puede solo, tendrás que saber cómo ayudarle.

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Atragantamiento con un líquido

Aunque la primera vez que le veas ponerse rojo y atragantarse con la leche de la lactancia te asustes, lo cierto es que los líquidos rara vez van a taponar las vías respiratorias o suponer un problema. Puede ser molesto para el pequeño si se le va por otro lado, pero nada más.

Y cuando empiece a beber agua en taza o vaso, te acostumbrarás a que le pase cada dos por tres ya que es habitual que no sepan beber bien y se atraganten muchas veces.

Lo normal cuando un poco líquido se va hacia las vías respiratorias es que se desencadene el reflejo de tos para sacar la leche o agua hacia fuera. Pero si ves que el niño se pone nervioso, intenta respirar y no puede, ponlo boca abajo para que la gravedad actúe y ayude a que el líquido salga de las vías.

Generalmente no pasará nada y se recuperará solo en unos segundos. Si no fuera así y cada vez está peor o respira menos, acude a Urgencias.


Atragantamiento con un alimento sólido

Si está comiendo y se atraganta, pero tose, llora o balbucea, significa que las vías respiratorias no están totalmente obstruidas. Lo mejor es que le animes a toser para que él solo expulse el trozo de comida atragantado. Es lo más sencillo y efectivo.

No se deben dar golpes en la espalda como seguro que has visto muchas veces en las películas ya que eso solo puede empeorar el problema al mover el objeto y convertir la obstrucción parcial en total. Tampoco le des de beber agua si no se ha recuperado, esta solo debe ofrecerse cuando el atragantamiento se ha resuelto.

No se recomienda tampoco meter los dedos en la garganta del niño para sacar el trozo de comida a no ser que sea fácilmente visible y se pueda sacar sin meterle mucho los dedos ya que, de lo contrario, podrías hacerle daño o incluso introducir más el objeto.

Si el niño no es capaz de expulsar solo el objeto tosiendo, debes colocarte detrás de él y ponerlo de pie e inclinado, con la cabeza más baja que el cuerpo. Con la mano dale 5 golpes entre los omoplatos, observando si después de cada uno sale el cuerpo extraño. Si así fuera, para. Si no, debes realizarle la maniobra de Heimlich hasta en 5 ocasiones.

Para ello, debes colocarte detrás del niño y rodearle la cintura con los brazos. Cierra una mano y coloca el nudillo del pulgar por encima del obligo, a la altura de la boca del estómago. Cógete el puño con la otra mano y realiza una fuerte presión hacia dentro y hacia arriba. Esto aumenta la presión en el tórax, ayudando a liberar las vías respiratorias al salir el aire que haya en los pulmones.

Puedes repetir esta maniobra hasta 5 veces, aunque después de cada una debes asegurarte de si el objeto ha salido o no.

Si consigues que salga, tranquiliza al niño, abrázalo y espera a que recupere el aire para ofrecerle agua. Es probable que esté alterado y nervioso, pero se le pasará en unos minutos. Solo reconfórtalo y abrázalo hasta que pase el susto.

Si la maniobra no funciona o el niño pierde el conocimiento, además de llamar a Urgencias debes iniciar en casa la Reanimación Cardio Pulmonar para evitar que se quede sin aire mucho tiempo, lo que puede ser malísimo para el cerebro. La RCP en niños consiste en dar treinta compresiones torácicas seguidas de dos insuflaciones, hasta la recuperación o la llegada de ayuda.

Si se atraganta con comida y tiene menos de 12 meses, debes colocarle boca abajo sobre tu antebrazo, con la cabeza en un ángulo de unos 45º y más baja que el cuerpo y la barbilla sujeta con la mano. Procura que la boca permanezca abierta. Con la otra mano, dale hasta cinco golpes entre los omoplatos. Si no se produce la expulsión del trozo de comida, dale la vuelta y colócalo sobre el antebrazo mirando hacia arriba y aguantándole el cuello con la mano. Con la otra mano aplica compresiones torácicas en el tercio inferior del esternón. Hasta cinco compresiones en dirección superior, hacia el tórax, comprobando si expulsa el cuerpo extraño. Lo que se pretende con cada empujón es que el aire ascienda por la tráquea y despeje las vías respiratorias.

Si perdiera el conocimiento, la RCP en bebés se hace igual, treinta compresiones torácicas seguidas de dos insuflaciones, pero tapando la boca y la nariz a la vez.

Además, en el caso de lactantes o menores de un año no se debe realizar la maniobra de Heimlich ya que se le pueden causar lesiones en vísceras abdominales.

 

 


Fecha de actualización: 06-07-2021

Redacción: Irene García

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