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Síntomas y tratamiento de la hepatoesplenomegalia

Síntomas y tratamiento de la hepatoesplenomegalia

La hepatoesplenomegalia es la inflamación del hígado y del bazo. Las causas de esta enfermedad son muchas y, dependiendo de la misma, habrá que recurrir a unos tratamientos o a otros.

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¿Qué es la hepatosplenomegalia?

La hepatosplenomegalia no siempre da síntomas, por lo que muchas veces es un problema que se detecta en la consulta del pediatra al palpar el tórax o al abdomen y notar que el hígado sobresale de la zona en la que suele estar, lo que implica que está más grande de lo que debería.

El tamaño normal del hígado se basa en valores establecidos mediante percusión, es decir, dando ligeros golpes. El tamaño se delimita midiendo la distancia entre el borde superior, que se establece mediante percusión, y el inferior, determinado por palpación. En general se estima que valores superiores a 3,5 cm en neonatos y a 2 cm en niños son indicativos de hepatomegalia.

En el 30% de los neonatos, el 10 % de los niños y el 5% de los adolescentes sanos, el bazo se palpa 1-2 cm por debajo del reborde costal izquierdo. Así que se dice que existe esplenomegalia cuando el bazo se palpa 2 cm o más por debajo del reborde costal izquierdo y su consistencia es dura, con textura anormal.

La presencia de un hígado o un bazo palpables no siempre indica hepatosplenomegalia, ya que el hígado y el bazo pueden estar desplazados hacia abajo por el diafragma o los órganos torácicos, en caso de acumulación de aire en el tórax (neumotórax, distrés respiratorio), o debido a anomalías ortopédicas tales como caja torácica estrecha (hábito asténico) o pectus excavatum.
 

Causas de la hepatosplenomegalia

Las causas principales de la hepatosplenomegalia son:

• Inflamación: Las infecciones causadas por virus, bacterias, hongos y parásitos inducen hepatomegalia secundaria, igual que los tóxicos, las radiaciones y las enfermedades autoinmunes.

• Depósito excesivo: En el hígado puede almacenarse un exceso de glucógeno (glucogenosis, diabetes mellitus), grasa (esteatosis), metales (cobre en la enfermedad de Wilson) y proteínas anormales (déficit de alfa-1-antitripsina).

• Infiltración celular: Puede existir infiltración celular por un tumor hepático, metástasis o quistes parasitarios.

Congestión del flujo sanguíneo: Se produce si hay una obstrucción suprahepática (por insuficiencia cardíaca congestiva, pericarditis) o intrahepática (cirrosis, enfermedad venosa oclusiva en trasplantes de médula).

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Obstrucción biliar: Atresia biliar, quiste de colédoco, colestasis, colelitiasis o problemas similares de salud.

Según la causa el niño podrá presentar otros síntomas como fiebre, dolor abdominal, etc.


¿Cómo se trata la hepatosplenomegalia?

La técnica de imagen más útil en medicina para el diagnóstico de la hepatosplenomegalia es la ecografía abdominal con flujo Doppler. La ecografía determina el tamaño y la estructura hepática y esplénica, permite visualizar masas sólidas o quísticas de hasta 1 cm de diámetro, definir la anatomía biliar y detectar cálculos y barro biliar.

La tomografía axial computarizada o la resonancia nuclear magnética pueden ser superiores a la ecografía para detectar o definir pequeñas lesiones focales como tumores, quistes o abscesos.

La colangiografía permite visualizar el árbol biliar intra y extrahepático, lo que es útil para definir la causa, la extensión y el grado de obstrucción biliar.

En ocasiones puede ser necesario realizar una biopsia. 

El tratamiento está encaminado a tratar la causa subyacente. Por ejemplo, si hay una infección, habrá que recetar los fármacos adecuados para acabar con la bacteria o microorganismo causante, menos en el caso de los virus. Si hay una obstrucción biliar, se debe eliminar.

En los lactantes con atresia biliar extrahepática se debe realizar una operación antes de los 2 meses de edad para mejorar la supervivencia del pequeño.

El trasplante hepático estará indicado en aquellas situaciones de insuficiencia hepática, cirrosis o tumores no resecables.

En la esplenomegalia masiva, o cuando esta se produce por una mononucleosis infecciosa o una hepatitis, se debe aconsejar evitar excesiva actividad física y deportes de contacto ya que puede haber una rotura.

En algunas enfermedades hematológicas es necesaria la realización de esplenectomía, es decir, extirpar el bazo, pero debe retrasarse lo más posible por el mayor riesgo de sepsis grave en los niños menores de 5 años.

Previamente a la esplenectomía han de administrarse vacunas frente a Haemophilus influenzae, neumococo y meningococo.


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