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¿Qué hacer si mi bebé vomita?

¿Qué hacer si mi bebé vomita?

Los vómitos suelen estar asociados a problemas digestivos, aunque a veces los bebés vomitan un poco si han comido demasiado sin estar asociado a ninguna enfermedad. Si tu pequeño vomita, lo primero que debes hacer es averiguar si está malo o no.

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Indice

 

¿Por qué vomita el bebé?

Lo primero es distinguir si ha vomitado o si solo ha escupido un poco de comida. Esto, sobre todo en lactantes, no siempre es fácil de saber.

Cuando un bebé escupe, ya sea solo un poco o un buen chorro, el líquido sale sin esfuerzo y el bebé está tranquilo, como si no hubiera echado nada. No llora, ni se le nota molesto ni le duele la tripita.

Mientras que cuando vomita, sale a chorro, con fuerza y con esfuerzo. Además, el bebé está incómodo, llora, se queja, etc. El vómito puede ir acompañado de dolor de estómago, náuseas, malestar…

Hay muchos motivos que pueden provocar el vómito en un niño:

- Gastroenteritis u otra infección estomacal: ya sea viral o bacteriana, las infecciones digestivas causan náuseas, vómitos, diarreas, fiebre… Suelen durar normalmente unas 24 horas.

- Alergia a algún alimento: en los primeros meses será alergia a las proteínas de la leche de vaca, y más adelante puede deberse a otro tipo de alergias (gluten, pescado, huevo, etc.).

- Otras enfermedades: los vómitos son síntoma de muchas otras enfermedades como gripe, otitis, etc.

- Estenosis pilórica: esta dolencia se da solo en las primeras semanas de vida y rara vez dura más allá de los 6 meses. El músculo que va del estómago al intestino es más grueso de lo normal en los bebés que la padecen, por lo que la comida no puede pasar. Esto causa un vómito que sale disparado como un proyectil. Requiere cirugía para tratarse.

- Cinecitosis: o vómitos por movimiento, frecuentes al viajar en coche o barco.

- Ingesta de sustancias tóxicas: el organismo es muy sabio y expulsará cualquier sustancia que llegue al estómago y sea perjudicial.

- Llanto prologando y fuerte: algunos bebés, cuando lloran durante mucho tiempo y se ponen muy nerviosos, llegan a vomitar.

 

¿Cómo actuar cuando el bebé vomita?

Si solo vomita un poco o una vez y no se le ve mal ni tiene fiebre, no debes hacer nada especial.

Si no para de vomitar, tiene fiebre, llanto intenso o cualquier otro síntoma, debes acudir al pediatra para que valore la enfermedad de tu pequeño.

Además del diagnóstico y el tratamiento que indique el médico de pediatría, es fundamental que evites la deshidratación, el principal problema asociado a los vómitos. Si todavía sigue con la lactancia materna, ponle al pecho a menudo; no le obligues, solo ofréceselo. Si ya no toma pecho, dale una solución con electrolitos a sorbos pequeños. Una vez que se le pasen los vómitos, podrás ir ofreciéndole alimentos.

No le des ningún medicamento para cortar los vómitos a no ser que te lo haya prescrito el profesional de medicina. 

Si los vómitos se acompañan de diarreas, es preferible utilizar soluciones de rehidratación oral, de venta en farmacias, para reponer la pérdida de electrolitos y evitar la deshidratación.

No se deben usar soluciones caseras ya que existen frecuentes errores en la preparación qaue pueden tener consecuencias negativas para el niño y su nutrición. Tampoco hay que utilizar refrescos comerciales o bebidas isotónicas.

Si los líquidos son bien tolerados, se puede aumentar la frecuencia y la cantidad. Y cuando hayan pasado 2 o 3 horas bebiendo líquidos, se le puede ofrecer algún alimento suave que le apetezca, evitando alimentos con mucha grasa o azúcar.

Si vomita a causa de las flemas, trata de descongestionarle con un aspirador nasal y lavados de suero oral en la nariz.

Si se marea en los viajes, dale antes de empezar algún medicamento contra los mareos, haz paradas frecuentes, procura que el coche esté bien ventilado y fresco, etc.
 

¿Cuándo se debe ir a urgencias?

- Si tiene menos de 3-4 meses y ha vomitado 2 o más tomas o tiene fiebre.

- Si el niño no deja de vomitar, vomita mucho, no tolera líquidos o sigue vomitando.

- Si son vómitos con sangre, posos oscuros o de color verdoso.

- Si el niño está decaído, adormilado, tiene mucha sed, los ojos hundidos, la lengua seca, llora sin lágrimas u orina poco (síntomas de deshidratación).

- Si el niño tiene un comportamiento extraño o está muy decaído o irritable.

- Si le duele mucho la tripa, el dolor no pasa, cada vez es más intenso o el abdomen está duro o hinchado.

- Si las cacas tienen sangre roja o son negras.

- Si tiene dolor de cabeza intenso, con fiebre alta y/o manchas rojas en la piel.

- Si ha ingerido algún tóxico o medicamento.


Fuentes:

Sociedad Española de Urgencias Pediátricas

Fecha de actualización: 27-05-2021

Redacción: Irene García

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