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Curva de pene por encordamiento e hipospadias en niños

Curva de pene por encordamiento e hipospadias en niños

El encordamiento es una afección del pene que hace que este se doble o se curve, un efecto que se hace más notable durante la erección. Es más frecuente en niños con hipospadias, es decir, cuando el conducto urinario no se encuentra localizado en la punta del pene, sino en la parte inferior.

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Índice

Recibe el nombre de encordamiento la inclinación del pene que hace que este no se presente recto, sino que se doble o se curve, siendo especialmente notable cuando se produce una erección. 

El hipospadias, a su vez, también aparece desde el nacimiento. Ocurre cuando el conducto urinario no se encuentra en su localización habitual, es decir, en la punta del pene, sino que se sitúa en la parte inferior. A veces, este desplazamiento no es muy significativo, pero en otras ocasiones se encuentra bastante desplazado hacia los testículos.

 

Problemas relacionados con el encordamiento y el hipospadias

Ambas afecciones pueden provocar problemas para orinar de pie, así como dificultades en las relaciones sexuales en la pubertad o la edad adulta, por lo que lo más recomendable es siempre la corrección quirúrgica tan pronto como sea posible.

Estas irregularidades en el pene, además de los mencionados problemas, pueden acarrear complejos a los varones a nivel psicológico, sobre todo cuando se alcanza la adolescencia o cuando se inician en las prácticas sexuales. Para evitarlos, es mucho mejor corregir estos problemas en la infancia.

Concretamente, esta intervención no es más que una cirugía para enderezar el miembro viril cambiando estructuralmente mediante cirugía el problema que da lugar a la curva de pene. Cuando se corrige apropiadamente, el pene recupera su apariencia natural y no trae ningún tipo de dificultades a largo plazo.

El encordamiento sin hipospadias también puede manifestarse, aunque es menos frecuente. Los síntomas es la misma apariencia del pene curvado o doblado y suele diagnosticarse a una edad temprana, generalmente poco después del nacimiento. Las causas son desconocidas y el mejor tratamiento posible es la cirugía, mejor, de nuevo, durante la infancia.


Síntomas y diagnóstico del encordamiento del pene

Como ya se ha comentado, generalmente, el encordamiento se diagnostica poco tiempo después del nacimiento, cuando los médicos observan hipospadias. En los casos menos frecuente en que aparece encordamiento sin hipospadias, son los padres habitualmente los primeros en observar esta curvatura. En ocasiones se presenta un prepucio adicional en la parte superior del pene, que hace que tenga una apariencia encapuchada.

El diagnóstico es simple y se realiza mediante examen clínico o por los síntomas que comentan los padres. La intervención suele programarse cuando el niño tiene entre 6 y 18 meses. Sin embargo, en algunos casos, la curvatura del pene no se diagnostica hasta después de alcanzar la pubertad, ya que es precisamente durante la erección cuando se hace más evidente. En estas ocasiones también es la cirugía la intervención más exitosa, aunque es más compleja que en la infancia. Además, siempre es preferible que la intervención se realice a una edad temprana para que esta afección no dé lugar a inseguridades ni se desarrolle una imagen corporal negativa que de lugar a complejos que produzcas daños psicológicos.


Cirugía del encordamiento del pene

La urología pediátrica es la que se encarga de la cirugía para corregir el pene en los niños. Es realizada por un médico especializado, el urólogo pediátrico, y tiene una duración de entre 1 y 3 horas. En el mismo día, el paciente se va a casa.
 

Recuperación de la cirugía

Cuando el bebé o el niño regresa a casa después de la cirugía, se deben seguir los cuidados indicados por el especialista. Entre ellos se incluyen una dieta líquida el primer día, mantener limpio el vendaje y las áreas circundantes, no mojar el pene durante la semana siguiente a la intervención o administrar medicamentos para el dolor según la prescripción que haya realizado el facultativo.

El médico puede dar pautas adicionales, además de indicar a los padres cuáles son los signos de alarma por los que deben consultar o acudir al centro médico, como infección, náusea o vómitos, sangrado del pene, pérdida de apetito, dificultad para orinar…

Las complicaciones después de esta intervención aparecen en raras ocasiones, pero pueden darse, e incluyen infecciones, la necesidad de llevar a cabo otras cirugías, cicatrices o reacción alérgica a la anestesia. Es importante que el doctor informe a los padres de todos los riesgos que entraña este proceso antes de decidir sobre su hijo.


Índice de éxito

Para los bebés que se someten a este tipo de intervenciones las perspectivas de recuperación son excelentes y, en la mayoría de los casos, el niño tiene un pene recto con una apariencia natural, que funciona normalmente.

Cuando el encordamiento se diagnostica más tarde, la cirugía puede ser más complicada, pero sigue siendo muy efectiva.

En el caso de que exista hipospadias, que es lo más frecuente, no solo se corregirá la curva del pene, sino que también se extenderá la uretra hasta situarla en la punta del pene.


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