¿Cuánto dura la disquecia del lactante?

Índice

• Diferencias entre estreñimiento y disquecia
• ¿Cómo ayudar a mi hijo si padece disquecia?

 

Diferencias entre estreñimiento y disquecia

Muchos padres confunden este problema con el estreñimiento, pero lo cierto es que son dos afecciones diferentes. El estreñimiento se define como la dificultad para expulsar las heces, que se vuelven duras y secas. Sin embargo, en la disquecia las heces no son duras ya que las cacas de los lactantes son blandas, casi líquidas. En este caso, lo que pasa es que el bebé hace fuerza, se pone rojo, se arquea y llora porque intenta hacer caca, pero no lo consigue porque cierra el esfínter anal. Su sistema todavía inmaduro hace que se produzca este asincronismo entre lo que el bebé quiere hacer y lo que su cuerpo realmente hace.

Como consecuencia, el bebé pasa un mal rato hasta que consigue abrir el esfínter y, en ese momento, las heces salen sin problema y el pequeño se queda a gusto y en calma.
 

¿Cómo ayudar a mi hijo si padece disquecia?

Este problema suele resolverse solo con el tiempo, cuando el bebé madura. Normalmente, en unas pocas semanas. Sin embargo, hasta que eso pasa el pequeño puede pasar muy malos ratos, poniéndose muy nervioso, irritable y lloroso hasta que consigue hacer caca. Para ayudarle, puedes probar lo siguiente:

- Flexiona sus piernas sobre su tripita para ayudar a que las heces presionen en el esfínter y salgan. No hace falta que hagas mucha fuerza, es solo presionar un poquito, con suavidad.

- Dale masajes en la tripita con dos dedos, haciendo círculos en el sentido de las agujas del reloj.

- Consulta a tu pediatra para asegurarte, aunque no esperes ningún tratamiento ya que no hace falta nada.

- No le des infusiones ni remedios para el estreñimiento, recuerda que no está estreñidos. Sus heces no son secas ni duras, el problema es que no sabe “obligar” a su ano a que se abra para expulsar las caquitas.

-  Otro truco que se suele usar en estos casos es estimularle el ano con la punta de un termómetro o con una ramita de perejil. Sin embargo, tampoco es recomendable ya que, aunque puede funcionar al momento, a largo plazo es malo porque se puede acostumbrar al ano del bebé a responder ante los estímulos externos en lugar de a los internos (la presión de la caca en los intestinos), lo que causaría que solo fuera capaz de hacer caca tras esa estimulación.

Por lo tanto, aunque lo pasemos mal viendo a nuestro pequeño sufrir, lo mejor es tener paciencia y no hacer nada más que suaves masajes o flexiones de piernas hasta que se pase solo.