¿Cómo saber si mi bebé fue sacudido?

Indice

• ¿Qué es el síndrome del bebé sacudido?
• Señales que alertan que un bebé ha sido sacudido
• Consecuencias del síndrome del bebé sacudido
• ¿Existe tratamiento para este síndrome?

 

¿Qué es el síndrome del bebé sacudido?

El síndrome del bebé sacudido, zarandeado o golpeado se da en casos raros de maltrato infantil, cuando el bebé es sacudido a menudo por sus padres o cuidadores, no en niños a los que de vez en cuando se lanza hacia arriba jugando o incluso se zarandea bruscamente una vez cuando los nervios tras horas de llanto hacen mella en los padres, por lo que no debes preocuparte por haber zarandeado alguna vez a tu bebé, ya que, como decíamos, solo aparece este problema cuando es algo brusco y repetitivo. No se da por dar saltos suaves con él, balancearlo, levantarlo en el aire o incluso si se da un golpe en la cabeza.

El síndrome del bebé sacudido puede causar lesiones cerebrales graves al bebé ya que el cerebro del bebé aún es débil e inmaduro, por lo que los golpes fuertes y constantes pueden afectar a su desarrollo y funcionamiento. Y, aunque normalmente este problema aparece en bebés maltratados, también puede darse en bebés muy llorones a los que sus papás mueven mucho para intentar calmarlos, aunque es mucho menos habitual ya que los golpes deben ser muy fuertes y bruscos para afectar al bebé, solo por mecerle un poco no pasa nada.

Asimismo, es más probable que aparezca una lesión cerebral si el niño es sacudido y después se golpea con algo, aunque sea un objeto suave como un colchón, puesto que el cráneo es frágil y flexible y no es lo suficientemente fuerte para absorber la fuerza ejercida sobre él, por lo que la transmite al cerebro, causando contusión cerebral, hinchazón, presión y sangrado (hemorragia intracraneal). Cuando un bebé sufre sacudidas violentas, su frágil cerebro se mueve hacia adelante y hacia atrás dentro del cráneo, lesionando el cerebro. Además, hay que tener en cuenta que los ligamentos y músculos del cuello también son más débiles y las cabezas de los bebés son más grandes en proporción que el resto del cuerpo, lo que acentúa este problema.

 

Señales que alertan que un bebé ha sido sacudido

Las señales que nos indican que un bebé ha sido sacudido con frecuencia son:

- Disminución de lucidez mental.

- Irritabilidad extrema.

- Temblores.

- Ojos aletargados.

- Problemas respiratorios.

- Cambios en el comportamiento.

- Convulsiones o crisis epilépticas.

- Letargo y adormecimiento.

- Ausencia de sonrisa.

- Pérdida del conocimiento.

- Pérdida de visión.

- Piel azulada o pálida.

- Parada respiratoria.

- Falta de apetito.

- Pérdida auditiva.

- Vómitos.

- Parálisis.

- Coma.

A veces va acompañado de signos físicos como hematomas o hinchazón, pero no siempre, por eso no es fácil de diagnosticar si no se sospecha que puede estar pasando.

 

Consecuencias del síndrome del bebé sacudido

El síndrome del bebé sacudido destruye las células cerebrales del niño e impide que el cerebro reciba suficiente oxígeno, por lo que las consecuencias pueden ser muy graves: dificultades en el aprendizaje, lesión cerebral, parálisis, discapacidad intelectual, trastornos convulsivos, ceguera, sordera e incluso la muerte.

 

¿Existe tratamiento para este síndrome?

El tratamiento y las secuelas dependen del daño causado, del tiempo que el bebé haya sido sacudido, de su edad y de lo pronto que se detecte. Si se sospecha que el bebé ha podido ser sacudido hay que acudir de inmediato a Urgencias para que le hagan una serie de pruebas entre las que se encuentran radiografías óseas para determinar si tiene fracturas previas y si son accidentales o intencionadas; examen ocular para valorar su hay lesiones o sangrado en el ojo; análisis de sangre ya que algunos trastornos genéticos y metabólicos pueden causar síntomas parecidos; una resonancia magnética cerebral para ver si hay hematomas, sangrado o signos de disminución del oxígeno en el cerebro.

Si se confirma el diagnóstico y el niño presenta en ese momento sangrado cerebral, se le practicará una cirugía para evitar secuelas.

Después, se hará un seguimiento al niño para detectar cuanto antes cualquier consecuencia y poder tratarla adecuadamente.

Lo mejor, no obstante, es prevenir y evitar este problema, más habitual en padres jóvenes, estresados, hogares en los que hay violencia doméstica, abuso de alcohol o drogas, depresión, etc. Si tu hijo te saca de quicio, nunca jamás lo zarandees, busca otros medios de calmarlo o déjalo en la cuna llorando hasta que te tranquilices, es mejor eso que cogerlo en bazos y hacerle daño. Si tienes problemas para controlar tus emociones, pide ayuda. Si vives con una pareja violenta, denuncia y huye de ella.