Cómo calmar la rosácea

Índice

• ¿Cómo se trata?
• ¿Quién lo sufre más?
• ¿Cuáles son los síntomas y signos de la rosácea?
• Pero ¿qué es exactamente lo que provoca la rosácea?
• ¿Hay distintos grados de rosácea?
• ¿Cómo cuidar la piel para evitar los brotes de rosácea?

¿Cómo se trata?

Lo primero que debemos saber es que la rosácea es una alteración vascular cutánea y crónica que afecta a la cara especialmente. La rosácea se caracteriza por episodios recurrentes de rubor, edema y enrojecimiento, pero también por la aparición de pápulas, pústulas y fibrosis de los tejidos.

La mayor parte de rosácea se trata con antibióticos. Es importante saber que su mecanismo de acción es desconocido, aunque se considera más importante su acción antiinflamatoria que su acción antibacteriana. Estos se pueden utilizar por vía tópica, al menos la eritromicina y la clindamicina, aunque hay que recordar siempre que los antibióticos son moléculas grandes que requieren de un químico irritante en el vehículo para mantener el antibiótico en solución y facilitar así su penetración a través del estrato córneo.

¿Quién lo sufre más?

La rosácea son esos capilares sanguíneos que aparecen visiblemente en la piel. Se trata de una afección común que va acompañada normalmente de eritrosis y rojeces difusas en las mejillas. La presencia de estos dilatados en el rostro es básicamente la evidencia de la fragilidad de los capilares de la piel y, por eso, suele ser bastante más común en aquellos pacientes con la piel clarita y más bien fina. Los bebés suelen tener la piel así y es por ello que muchos de ellos padecen rosácea. No obstante, hay que tener en cuenta que hay otros factores que van a favorecer la rosácea como un cambio brusco de frío a calor, el humo del tabaco, las especias, el alcohol y el estrés, factores que se deben tener más en cuenta de cara a los adultos.

¿Cuáles son los síntomas y signos de la rosácea?

La rosácea es una afección común de la piel que causa enrojecimiento y vasos sanguíneos visibles en la cara. Esta puede producir protuberancias rojas llenas de pus, y los signos y síntomas pueden aparecer durante semanas o meses y luego volver a desaparecer por un tiempo. Pero ¿cuáles son los más comunes?

- Enrojecimiento facial. La rosácea por norma general suele causar un enrojecimiento persistente en la parte central de la cara. Los pequeños vasos sanguíneos de la nariz y las mejillas a menudo se hinchan y se hacen algo visibles.

- Protuberancias rojas e hinchadas. Son muchas las personas con rosácea que desarrollan granitos en la cara parecidos al acné. Son protuberancias además que contienen pus. La piel puede sentirse caliente y algo sensible.

- Problemas oculares. Los ojos suelen estar secos, irritados, hinchados y los párpados algo rojos e hinchados. Lo conocemos con el nombre de rosácea ocular.

- Nariz algo ensanchada. Con el paso del tiempo, la rosácea puede engrosar la piel de la nariz.

Pero ¿qué es exactamente lo que provoca la rosácea?

Se desconocen las causas de la rosácea, pero es cierto que las alteraciones en la estructura vascular y el tejido conectivo sí están implicados en su desarrollo. Hay que saber que la piel está integrada por dos capas, la epidermis y la dermis, formada por tejido conectivo y en su mayor parte integrado por colágeno y fibras de elastina. Podría decirse que la rosácea se origina debido sobre todo a los cambios en el tejido conectivo y a la dilatación de los diferentes vasos sanguíneos que se produce en esta capa de la piel que va a recubrir la zona media del rostro. Sin embargo, cuando los capilares sanguíneos son frágiles suelen tender más a dilatarse y a ser algo permeables. ¿Las consecuencias? Que en la superficie de la piel aparecen las rojeces o el rubor.

¿Hay distintos grados de rosácea?

Según los signos que produzca en la piel se pueden distinguir tres grados diferentes de rosácea:

- Grado 1. Rojez difusa permanente. Aquí no se van a diferenciar los vasos sanguíneos, pero sí se va a apreciar un enrojecimiento general de la piel, aunque normalmente será en las mejillas.

- Grado 2. Aquí se evidencia el reticulado vascular y se aprecian los capilares a simple vista. En función del tamaño y la extensión se ve un enrojecimiento general o los vasos en concreto.

- Grado 3. Rojez general o rojez asociada a lesiones inflamatorias tipo pápulas rojas y pústulas blancas.
 

¿Cómo cuidar la piel para evitar los brotes de rosácea?

Existen algunos hábitos adecuados de cuidado diario de la piel que podrían ser claves para prevenir en la medida de lo posible los brotes de esta enfermedad como son:

- Limpiar la piel del bebé cada día. La higiene y el cuidado diario de la piel es importante y por eso la limpieza es básica e imprescindible. Intenta limpiar la carita de tu bebé siempre con limpiadores sin jabón que irritan y resecan menos. Recuerda que estos, además, alivian síntomas como la irritación, el picor y el eritema.

- Hidratar el rostro del bebé. Intenta utilizar tras la limpieza algún tipo de loción completamente natural hidratante y calmante a su vez e intenta aplicarla mientras le das a tu bebé un suave masaje.

- Protegerle de las radiaciones solares. Pon a tu bebé siempre crema con protección solar ya sea en verano como en invierno. La idea es mitigar el efecto de las radiaciones UVA y limitar también el tiempo que se le va a exponer a este al sol. Además, deben evitarse siempre las horas centrales del día.

- Evitar los cambios bruscos de temperatura. Los cambios bruscos de temperatura también van a poder favorecer la aparición de la rosácea así que intenta en la medida de lo posible los vientos fuertes y los climas o ambientes demasiado fríos ya que esto podría desencadenarlo.