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Ayudar a un niño a hablar

Ayudar a un niño a hablar

Aprender a hablar es una parte del proceso comunicativo de un niño que comienza al nacer y puede decirse que dura el resto de su vida.

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Indice

 

Los bebés siempre están intentando comunicarse

Los bebés ya se comunican, a su manera, desde el día en el que nacen. Lo hacen llorando, gesticulando o señalando, pero lo que marca un importante hito en su desarrollo es, sin duda, el aprendizaje del habla y la adquisición del lenguaje.

Aunque cada niño se desarrolla a un ritmo, y pueden distar muchos meses entre uno y otro, alrededor de su primer cumpleaños ya suelen ser capaces de pronunciar un par de palabras parcialmente comprensibles (papá, mamá, agua, no...).

A lo largo de los tres años siguientes el aprendizaje será continuo y rápido y supondrá enormes cambios para su desarrollo comunicativo.

A los dos años de vida, los niños suelen entender más palabras de las que son capaces de pronunciar. Por ello no es extraño que puedan obedecer, comprender órdenes o instrucciones y responder con gestos a preguntas sencillas, pero no arranquen a decir más que alguna palabra suelta.

Poco a poco pasará de frases de dos palabras a oraciones de seis o más. Un lenguaje solo comprensible al principio por sus padres. Pero al final de su segundo año, el niño, conseguirá hacerse entender por la mayoría de los adultos.

Los niños son como esponjas que todo lo absorben y la adquisición de vocabulario procederá de la observación, el oído, la imitación y la repetición, si bien, la mayoría de las palabras las descubrirá de forma fortuita, sin que a veces ni sus padres sean conscientes de habérselas enseñado.

 

Ayudar a hablar al bebé

Lo principal para comunicarse con un niño y contribuir a que adquiera vocabulario para empezar a hablar es sintonizar con él y tratar de entender lo que quiere expresar. Para ello deberás prestar atención cuando se comunique, concentrándote en el tono de voz y el lenguaje corporal que acompañan a sus palabras o balbuceos. Y además…

- Muestra emoción y exagera tus respuestas, para que el niño perciba la cadencia y la entonación de las frases para identificar su significado.

- No dejes nunca de hablarle. Cuanto más le hables, más aprenderá. Narra todo lo que hacéis. Describe y nombra lo que veis. Aunque la charla te parezca intrascendental, toda conversación (o monólogo) será una oportunidad excelente para aprender nuevas palabras y significados.

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- Adecúa, incluso exagerando, el tono de voz y las expresiones faciales al significado de las palabras o a tu estado de ánimo. El lenguaje no sólo se aprende escuchando palabras sino asimilando las emociones que se trasmiten a través de la comunicación.

- Ponte a su altura siempre que puedas, establece contacto visual y háblale.

- Si le preguntas dale tiempo a responder. Aunque aún no sea capaz de contestar, respeta las pausas y los turnos de una conversación. Aprenderá a utilizar el lenguaje para decirte lo que quiere.

- Repite, repite y repite. Nombra cosas y no dejes de repetírselas. Repite lo que él te dice, corrigiéndole si fuera el caso. (- Vamos “tasa”. – Sí, ya nos vamos a casa).

- Ármate de paciencia porque él también repetirá todo una y otra vez.

- Cántale a menudo. Acompaña la música con movimientos y gestos. Las rimas y las canciones estimulan la adquisición del lenguaje.

- Los libros ilustrados son perfectos para que el bebé reconozca imágenes, texturas, sonidos, colores… Estimulan su sentido de la observación y el aprendizaje de palabras nuevas. Facilítale libros adecuados a su edad y cuéntale cuentos cada día.
 

¿Cómo ayudar a hablar a niños de 2 y 3 años?

Los juegos vocales, por ejemplo, ayudan a que los bebés gorjeen. Como estas actividades implican sonidos que no sólo sirven para estimular los inentendibles balbuceos, sino también para el desarrollo lingüístico.

Mediante el juego, por tanto, también se va a enseñar a los niños de 2 y 3 años a desarrollar mejor algunas determinadas habilidades tanto físicas como mentales. Estos ejercicios están pensados para estimular el aprendizaje de los niños.

Aquí os dejamos dos ejemplos:

El juego de traducir los sonidos

Este ejercicio es bastante sencillo ya que solamente consiste en imitar el mismo sonido escuchado y nombrar el objeto, el animal o el elemento en cuestión.

El juego de no saber

En este juego el progenitor o la progenitora deberán siempre desconocer lo que el niño desea. Si los papás y las mamás siempre se adelantan a las respuestas de sus hijos los niños nunca tendrán la necesidad de hablar.

 

¿Cuándo consultar al especialista?

Si a los 12 meses

- No emite ningún sonido o pronuncia alguna consonante (b, p…)

- No gesticula para comunicarse

Si a los 18 meses

- No dice ninguna palabra

- No comprende órdenes simples como “toma, dame, no”

- No señala para pedir algo

- No es capaz de señalar alguna parte de su cuerpo cuando se lo nombran

Si  a los 24 meses

- No es capaz de formar frases con dos palabras (jugar pelota, abrir caja, agua fría…). A veces estas palabras no tienen sentido para un adulto o están mal pronunciadas y resultan incomprensibles, esto es normal a esta edad. Lo que debemos apreciar, al menos, son indicios de un lenguaje telegráfico.

Si a los 3 años

- No dice oraciones simples

- No hace preguntas

- No pronuncia las consonantes iniciales de las palabras

Si a los 4 años

- No se hace entender por la mayoría de la gente

 

Es importante tener en cuenta...

Que no todos los niños se desarrollan al mismo ritmo. La mayoría sigue el mismo patrón de desarrollo y pasa por las mismas fases en una secuencia similar, aunque en tiempos diferentes. Lo que unos pueden aprender a los 12 años, otros necesitan de muchos meses más para hacerlo. No caigas en comparaciones odiosas con niños de la misma edad.

Ten también presente que a esta edad (entre los 12 meses y los 3 años) hablar incorrectamente, utilizar mal algunas palabras o simplificar erróneamente las reglas gramaticales es normal.

Además, no olvides que aunque el aprendizaje es continuo, la adquisición de palabras no es constante, y podrán pasar meses sin que evolucione o diga palabras nuevas.

A partir de los 18 meses, la capacidad de comprensión del niño es asombrosa respecto a meses anteriores, pero aún no tiene control sobre el lenguaje. Es muy común que se desespere y se enfade frustrado al no hacerse entender con palabras. Sé comprensiva y celebra sus esfuerzos.


Fuente:

AEP

Fecha de actualización: 05-03-2021

Redacción: Irene García

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