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Cómo cuidar a un bebé con reflujo

Cómo cuidar a un bebé con reflujo

¿Tu bebé tiene reflujo? ¿Vomita cada vez que come parte de la comida? ¡Tranquil@! Es una afección habitual y muy molesta que, afortunadamente, se resuelve sola en unos pocos meses. Mientras, unos cuantos consejos te harán más llevadera esta etapa.

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Índice

 

¿Por qué los bebés tienen reflujo?

Muchos bebés llegan a este mundo con parte de su organismo inmaduro: la vista, el sistema inmune, el aparato digestivo… Esto hace que durante los primeros meses de vida sea habitual encontrar bebés que padecen ciertos problemas que se resuelven solos al cabo de unos meses, cuando su organismo madura. Y es que da la sensación de que los bebés necesitarían pasar más tiempo dentro del útero materno, como hacen otros mamíferos pero, desgraciadamente, si esto fuera así no podrían salir por el canal de parto, por eso, a veces, parece que están “a medio hacer” pero, sabiendo cómo cuidarlos y ayudarlos en estos meses, pronto resolverán solos estos pequeños problemillas.

Uno de estos problemas habituales es el reflujo o regurgitación, que padecen hasta un 65% de bebés menores de 6 meses. Esto implica que, después de cada toma o de la mayoría, el bebé vomita un poco de leche ya digerida porque su esfínter esofágico (la válvula que conecta el esófago con el estómago) no funciona correctamente. Esto hace que los jugos gástricos y/o los alimentos suban desde el estómago a su boca.

Asimismo, este problema es más habitual en bebés que tienen antecedentes familiares de reflujo y/o de hernia de hiato, prematuros, niños propensos a acumular gases, varones y bebés nerviosos.

Muchas veces este problema se da de manera ocasional y aislada, pero, a veces, es muy frecuente y va acompañada de otras molestias como tos, arcadas, disfagia, llanto, irritabilidad, pérdida de apetito, problemas para comer (negarse a comer), dificultades para dormir, sibilancias o dolor de estómago.

No existe un tratamiento para el reflujo ya que, habitualmente, se resuelve solo en unos meses, cuando el aparato digestivo del bebé madura. Si no fuera así, se podría recurrir a medicación o cirugía, pero esto ocurre en pocas ocasiones.

El problema es que el reflujo es muy molesto para el bebé y ocasiona muchas veces problemas de peso e irritabilidad al bebé, lo que puede afectar a su desarrollo, por lo que es importante que, si tu hijo padece este problema, sepas cómo cuidarle y qué hacer para evitar, lo más posible, esta afección.
 

¿Cómo cuidar a los bebés con reflujo?

​En primer lugar, debes tener cuidado de que eructe en medio de la toma, no esperes al final para evitar que acumule gases ya que, si los expulsa todos juntos al final, puede que eche también comida. Algunos pediatras recomiendan que los bebés eructen cada 30 o 60 ml de leche, algo que solo puedes controlar si le das biberón. Si le das pecho, hazlo a menudo.

Dale de comer además con tranquilidad y despacio. Si llora o se pone nervioso, para y tranquilízalo antes de seguir.

Asimismo, es importante que te acostumbres a que el bebé mame en posición vertical y mantenerlo así unos cuantos minutos al acabar de comer para evitar que la comida suba con facilidad a la boca. Igualmente, debes mantener una posición semivertical al dormir para que la comida se mantenga en su sitio. Para ello, lo mejor es que le coloques una cuña especial debajo del colchón para que tenga el tronco ligeramente elevado mientras duerme.

Otro consejo que puede serte útil es darle de comer a menudo y menos cantidad para que no se llene su estómago con facilidad.

Evita también los ambientes con olores desagradables, perfumes o ambientadores fuertes o el humo del tabaco, ya que aumenta el riesgo de que sufra reflujos.

Existen también una serie de remedios naturales que pueden ayudarte a aliviar los síntomas. No obstante, no debes darle nada a tu bebé que no te haya recomendado o aprobado previamente tu pediatra.

Por ejemplo, el té de hierbas hecho con malva, llantén, caléndula, malvavisco y manzanilla ayuda a las digestiones. También puede ser beneficioso el regaliz en infusión o darle una cucharadita de arcilla verde en medio vaso de agua antes de la comida.

Por último, recuerda que es una afección pasajera que suele pasarse a los 3 meses o, como tarde, el año de edad pero, aunque dure hasta este momento, desde los 3 meses se nota mejoría en el pequeño. Paciencia y tranquilidad.


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