A mi bebé le lloran los ojos

Índice

• ¿Qué es la obstrucción del conducto nasolagrimal?
• Síntomas de la obstrucción del conducto nasolagrimal
• Tratamiento de la obstrucción del conducto nasolagrimal

 

¿Qué es la obstrucción del conducto nasolagrimal?

Los ojos llorosos en bebés se suelen deber a la consecuencia de la obstrucción de los conductos nasolagrimales en el embarazo. El principal inconveniente es la obstrucción del conducto porque impide que las lágrimas producidas en el ojo drenen hacia la nariz y se queden estancadas. Como consecuencia, el depósito que está obstruido se infecta y ocasiona enfermedades que hay que tratar al momento. En algunas situaciones puede llegar a producir fiebre u otros síntomas.

Este problema suele estar vigente normalmente en los primeros cinco meses de vida, luego el lagrimal que estaba obstruido se permeabiliza de forma natural. Sin embargo, existen métodos para que se abra el conducto lagrimal más rápido y evitar ese cúmulo de líquido en el ojo.

Estos conductos se sitúan en el extremo interior de la piel que rodea cada uno de los ojos  y están formados por una pequeña apertura seguida de un conducto que sirve para dirigir la lágrima hacia fuera. Esto permite que la lágrima se renueve de forma constante, lo que ayuda a su lubricación e higiene.

Sin embargo, en algunos bebés, es muy habitual que este conducto nasolagrimal no se termine de desarrollar hasta los primeros meses de vida, lo que provoca que la lágrima se acumule y cause ojos llorosos, exceso de legañas, acumulación de gérmenes, etc.

Síntomas de la obstrucción del conducto nasolagrimal

Es muy fácil darse cuenta de que el pequeño tiene esta afección porque:

- sus ojos, o sólo uno de ellos, estarán siempre llorosos

- presencia continua de legañas

- repetidas conjuntivitis

- irritación del ojo

- secreciones amarillentas y verdosas al presionar el lagrimal

Tratamiento de la obstrucción del conducto nasolagrimal

En casi todos los casos esta afección se origina porque la vía de drenaje no se ha terminado de desarrollar, por eso no requiere tratamiento salvo mantener una higiene ocular para evitar infecciones:

- Limpiar las lágrimas y legañas diariamente de forma continua con gasas estériles y suero fisiológico.

- Masajear la zona del lagrimal varias veces al día, apretándolo a su vez con el dedo para provocar poco a poco su apertura. Estos masajes se hacen ejerciendo círculos con una ligera presión en la zona del conducto nasolagrimal. Estos masajes se deben realizar 3 o 4 veces al día.

Por otro lado, si existe infección la mejor opción es la visita al médico de oftalmología o pediatría para que recete un antibiótico en colirio o pomada.

Con estas medidas preventivas, este problema en la mayoría de las ocasiones se resuelve solo en unos meses. Pero, si no es tu caso, lo más probable es que a tu bebé le realicen una operación ambulatoria (con anestesia general por su edad, para evitar que se mueva) para abrir el lagrimal, pero cuando finalice podrá dormir en casa.

La operación consiste en la introducción de una pequeña sonda por el conducto nasolagrimal para dilatarlo. Después, se retira esta sonda.