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Consejos para que tu bebé coma bien

Consejos para que tu bebé coma bien

La alimentación de los bebés preocupa en exceso a la mayoría de los papás, que se preguntan si su hijo estará obteniendo los nutrientes necesarios para crecer y desarrollarse como debería. Y no es para menos, ya que la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte de que el periodo entre el nacimiento y los dos años es una etapa crítica para la obtención de nutrientes de las personas y su correcta evolución. Pero siempre se nos olvida que cada niño es un mundo y unos tienen menos apetito que otros. También existen casos de bebés que se niegan a comer por diversas razones, generando más desesperación y alerta en los adultos. Si creéis que estáis ante un caso excepcional, lo mejor será que acudáis al pediatra. Una vez estéis informados de que su talla y su peso están dentro de lo normal, lo mejor es que os lo toméis con calma y aprendáis a intentar identificar la causa.

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Indice

 

La alimentación en el bebé

La falta de apetito puede suceder por diversos motivos, e incluso a veces sólo será un intento de llamar la atención o que está atravesando una época más baja de necesidades energéticas. Todo dependerá de la edad del bebé y si ya ha superado el periodo de lactancia o está atravesando la adaptación a la alimentación complementaria.

Hasta los primeros seis meses la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un uso exclusivo de la leche materna –o derivados – por el bien del recién nacido, que tiene que tomar todos los nutrientes que le proporciona su madre. Luego, a partir del año hasta los tres, el bebé necesitará aproximadamente 1.000 calorías. Aunque tampoco debemos alarmarnos si no cumple estrictamente el modelo, ya que, por ejemplo, a partir de los 12 meses y hasta los 5 años, el ritmo de crecimiento disminuye y sus necesidades también. Por tanto, lo mejor es que optemos por dejar de exigirle que cumpla las expectativas y sigamos los siguientes consejos.

 

¿Cómo debe comer un bebé?

¿Ver la televisión mientras comen? Puede haber excepciones, pero por lo general siempre es mejor que les ayudemos a centrarse en saborear la comida, evitando otros estímulos. Ni siquiera los adultos deberíamos comer como elemento secundario de nuestra acción principal, pues nos produce intranquilidad y poco cuidado con los alimentos que estamos consumiendo. Educa a tu bebé y crea un buen ambiente: puedes poner música, en un atmósfera limpia y serena. Así conseguiremos que se asocie la hora de la comía con algo agradable, y querrá disfrutar de ese momento.

 

¿Cuándo debe comer un bebé?

Lo ideal es que nunca lleguen cansados a la hora de comer o de cenar. El agotamiento es un inhibidor completo del apetito. La mayoría de los niños come peor cuando están agotados y con sueño, aunque siempre existen excepciones. Lo mejor es que coma cuando esté activos, por lo que puedes esperar un poco y que duerma. Si quieres darle a probar cosas nuevas, lo mejor es que escojas un momento del día en el que esté más activo y feliz. Aun así, intenta que la mayoría de las ocasiones tenga una rutina de comidas y se ajuste a un horario. Así crearás que a esa hora tenga hambre y la relacione con el momento ideal para recargar energías. Prohibido comer entre horas, pues estarás tirando por tierra que luego necesite comer a la hora que tenías planeada. ¡No pasa nada si pasa un poco de hambre!

 

Comer con los bebés para ser su ejemplo

Comer en familia no sólo ayudará a que los bebés se sientan cuidados y queridos, sino que conseguirá que se sientan parte de este proceso. Recordemos que los niños aprenden a base de imitar, y si nos ven comer de forma saludable ellos también querrán. Si tu hijo te ve comiendo comida basura o nunca te ve comer, no podrás esperar que él tenga una conducta diferente a la tuya. Si quieres ver en tu hijo un cambio, primero tienes que serlo tú.

 

¿Cuánto debe comer un bebé?

Muchas veces tendemos a prepararle más cantidad de la que realmente necesita para su edad y peso. Es normal, queremos que crezca y esté bien alimentado, pero esto puede hacer que en la siguiente comida no tenga mucha hambre. No hagas que tu bebé aborrezca la comida, es mucho mejor que coma poco a que asocie negativamente a los alimentos por tanta insistencia. Además, si le obligas a comer más, su cerebro será más propenso a tener poca sensación de saciedad, lo que puede conducir a una futura obesidad.

A veces es incluso mejor darle poca cantidad y que sea el bebé quien pida más. Si quiere repetir, podemos felicitarle y esto reforzará su ego y asociará el momento de la comida con más autonomía y positividad. No entres en la eterna batalla de obligarle a comer más, pues muchas veces los niños asocian esto a una situación de obtención de poder y lo hacen sólo para mostrar su rebeldía.

 

Con la comida, ¡sí se juega!

Piensa que son niños y están en pleno proceso de descubrir el mundo. Crea platos divertidos: puedes crear formas, caras y platos llenos de colores. En Internet, libros y revistas hay mil sugerencias que nos pueden servir de inspiración. También puedes hacer que participen en el proceso si son más mayores y que te ayuden a ‘crear’ un plato divertido. Desarrolla tu imaginación y ofréceles comidas con las que puedan ‘pringarse’ o hacer algún tipo de juego por su parte. Lo importante es que les enseñes que la comida es necesaria, pero también es todo un placer. Puedes jugar con él o ella, pero siempre y cuando se centre en saborear la comida y no le distraiga.

 

Es importante detener la ‘neofobia’

Si hay algún alimento que se nieguen a probar, lo mejor es que no lo camufles en exceso. Puedes disfrazar el sabor de algo con alguna salsa que le guste, pero no la escondas o sentirá que le estás engañando. Muchos niños tienen ‘neofobia’ –que tiene un origen muy curioso, pues es una reminiscencia de nuestros antepasados que temían lo desconocido por miedo a que fuera venenoso–, por lo que no le debes obligar, sino despertar su curiosidad. Desarrolla el hábito de escoger un nuevo alimento para probar cada semana, teniendo en cuenta que quizá tengas que repetir el plato unas diez veces, según recomiendan algunos pediatras, hasta que lo acepte y lo integre en su dieta. A los niños les gusta lo conocido, pero no nos confundamos: lo nuevo también les atrae de alguna forma –llamado neofilia – por lo que si no insistimos y nos ven disfrutando de un alimento que se niegan a probar, terminarán pidiéndolo.

 

Enseñar al bebé de dónde viene lo que come

Puedes llevarlo a una granja o un huerto y explicarle de dónde vienen sus alimentos preferidos. Lo más seguro es que no entienda mucho, pero lo encontrará como una aventura que podría despertar aún más su interés por la comida e incluso querer probar algo que antes se negaba. Además, puedes dejarle que vea cómo cocinas: está comprobado que ayudar en la preparación de la comida como un juego les abre el apetito.

Cuando sea más autónomo puedes pedirle que te ayude a hacer la lista de la compra y lo integrarás aún más en el proceso. Es muy pequeño para ayudarte a desarrollar el menú pero así se divertirá mucho más y querrá comer.

Entiende que tu bebé está en pleno proceso de aprender, y si les enseñas a disfrutar desarrollará hábitos saludables para siempre.


Fuente:

AEP: https://www.aeped.es/sites/default/files/documentos/recomendaciones_aep_sobre_alimentacio_n_complementaria_nov2018_v3_final.pdf

Parellada, Ada (2007), ¡Es fácil que coman de todo!, Barcelona, Sigma.

Fecha de actualización: 20-04-2021

Redacción: María Segura

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