HISTORIAS DE GATOS Y RATONES
Cuento › Animales
Estaba el gato aburrido en su sillón atusando su hermoso pelo, cuando vio por el rabillo del ojo a su vecino el ratón que correteaba por la cocina. Haciendo honor a...
Cuento › Animales
Estaba el gato aburrido en su sillón atusando su hermoso pelo, cuando vio por el rabillo del ojo a su vecino el ratón que correteaba por la cocina. Haciendo honor a...
Cuento › Animales
Nicolasa, es una vaca alegre, no le gusta la lluvia, porque el día que llueve su amo no le deja salir del establo a jugar en el prado. Su amigo el cerdo Casimiro le hace compañía...
Cuento › Animales
Un pequeño gusanito caminaba un día en dirección al sol. Muy cerca del camino se encontraba un saltamontes. Hacia dónde te diriges? le preguntó. Sin dejar de caminar, la oruga...
Cuento › Clásicos
El rey, el mar y el delfín Érase una vez un hombre que vivía muy lejos del mar y soñaba con la inmensidad. Había días felices, con paseos por el jardín y muchas risas. Entonces...
Cuento › Clásicos
Ella me prometió que bailaría conmigo si le llevaba rosas rojas -murmuró el Estudiante-; pero en todo el jardín no queda ni una sola rosa roja. El Ruiseñor le estaba escuchando...
Cuento › Clásicos
Erase una vez una ranita. Todos la llamaban la Ranita "CROAC-CROAC". Se pasaba las horas y las horas croando sin parar. Tomaba el sol en lo alto de una roca en medio de un riachuelo,...
Cuento › Clásicos
La figura del gato subiendo y bajando las escaleras se hizo repetitiva hasta el hartazgo. Durante tres o cuatro oportunidades observé, en la confusión propia de una noche como esa,...
Cuento › Clásicos
Medio año después los dos amigos habían cambiado de manera de pensar. La llamarada de un gigantesco sol habla dado paso a la suave oscuridad del espacio, pero las variaciones externas...
Cuento › Animales
Había una vez un oso, un osito con la piel de lana color azul celeste, que vivía con un niño rubio, muy blanco, de pupilas muy verdes y sonrisa clara, tan clara, que parecía un...
Cuento › Naturaleza
La ola rompía sobre la arena, aburrida de estar siempre en la misma orilla, por lo tanto, decidió irse a recorrer los mares del planeta. Tenía muchísimas ganas ver cosas nuevas,...
Cuento › Animales
Hubo una vez una oruguita a la que nadie quería porque, según la gente, era muy fea. El sapo se reía cuando la veía arrastrarse viscosamente por donde él y sus amigos estaban,...
Cuento › Animales
La prudencia tiene ojos y lengua, eso nadie puede dudarlo. Lástima que casi siempre ande cabizbaja y bale en chino. Esta pudiera ser la introducción a la historia de la oveja negra,...
Cuento › Clásicos
Había una vez... en el fondo del más azul de los océanos, un maravilloso palacio en el cual habitaba el Rey del Mar, un viejo y sabio tritón que tenía una abundante barba blanca....
Cuento › Clásicos
Cuando ya eso se había vuelto insoportable -una vez al atardecer, en noviembre-, y yo me deslizaba sobre la estrecha alfombra de mi pieza como en una pista, estremecido por el aspecto...
Cuento › Hadas y duendes
Entre mis paisanos criticones y apreciadores de hechos, es muy válido el de que mis padres, a fuerza de bravos y pegones, lograron asentar un poco el geniazo tan terrible de nuestra...
Cuento › Aventuras
No hace mucho tiempo que existía un humilde sastrecillo que se ganaba la vida trabajando con sus hilos y su costura, sentado sobre su mesa, junto a la ventana; risueño y de buen humor,...
Cuento › Animales
Una vez tío Conejo cogió una cosecha que consistía en una fanega de maíz y otra de frijoles y como era tan maldito, se propuso sacar de eso todo lo que pudiera. Pues bueno, un miércoles...
Cuento › Animales
Allá una vez hizo la tuerce que tío Conejo se enamoró de tía Venada al mismo tiempo que tío Tigre. Y tía Venada, yo no sé si de miedo o porque de veras le gustaba, al que correspondía...
Cuento › Naturaleza
Érase una vez un viento cansado. Tan cansado que no era capaz de levantar los pies para dar un paso. A duras penas podía arrastrarlos. Y tenía un montón de razones para estar...
Cuento › Animales
Una viejita tenía una huerta que era una maravilla. Allí encontraba uno todo: rabanitos, culantro, tomates, zapallitos y chayoticos tiernos, lechugas. Pero la viejita comenzó a encontrar...