¿De dónde surge el sentimiento de culpa de las madres?
El sentimiento de culpa es muy habitual entre las mamás. Todas, en un momento u otro de la vida de sus hijos, sienten que no están haciendo lo suficiente por sus hijos, en especial aquellas madres que trabajan fuera de casa y no tienen mucho tiempo para estar con sus pequeños. Es necesario que este sentimiento no controle nuestras vidas ya que puede llegar a resultar muy agobiante y frustrante.
Indice
- Las dudas en la educación pueden generar sentimientos de culpabilidad
- ¿Cómo desterrar este sentimiento de culpa?
Las dudas en la educación pueden generar sentimientos de culpabilidad
Las dudas sobre la educación de nuestros hijos, el poco tiempo que pasamos a veces con ellos, si les estamos dando lo mejor posible, si serán felices o no… son muchos los motivos que provocan el sentimiento de culpa en las madres.
La culpa es un “monstruo” que acecha tras todas las esquinas y que, en dosis moderadas, puede incluso ayudarnos en ciertas ocasiones, haciéndonos reaccionar ante determinadas situaciones de la vida. Sin embargo, nunca debe controlarnos ni hacernos sentir malas madres ya que, cualquier madre que quiera a sus hijos y se preocupe por ellos, es la mejor madre del mundo.
¿Cómo desterrar este sentimiento de culpa?
- Si te agobia no pasar suficiente tiempo con tu hijo a causa del trabajo, escribe una lista de las razones por las que debes trabajar: para ganar dinero para tu hijo, porque no serías feliz todo el día en casa sin realizar tu trabajo, porque te gusta tu trabajo, etc.
- Aléjate de personas negativas que alimentan tu sentimiento de culpa y te hacen sentir mal con tus decisiones.
- Piensa que ningún padre es perfecto y que es imposible no cuestionarse las decisiones que tomamos acerca de la educación y cuidado de nuestros hijos.
- Reflexiona sobre aquello que te hace sentir mal y valora si hay cosas que sí puedas cambiar o mejorar: si es posible trabajar menos horas u optimizar mejor el tiempo de trabajo para estar más tiempo con tu hijo; si no estás contenta con su guardería, puedes buscar otra; etc.
- El tiempo que pases con tu hijo, sea mucho o poco, aprovéchalo.
- No intentes ser una superwoman, establece prioridades en tu vida y olvídate de llegar a todo.
- Si a veces te sientes mal por usar la televisión como “niñera”, darle comida procesada para cenar, gritarle, no estimularle lo suficiente o no poder comprarle todo lo que te gustaría, piensa que es normal y que las familias idílicas en las que hay tiempo para hacer una cena perfecta, sentarse todos juntos a comer y que nunca se gritan no existen. Es normal no llegar a todo. Lo importante es cuidar de la mejor manera posible a tus hijos, dándoles todo tu amor.
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