Síntomas y tratamiento de la acatisia

Indice

• ¿Qué es la acatisia?
• Síntomas principales
• Tratamiento de la acatisia

 

¿Qué es la acatisia?

La acatisia es un estado emocional ansioso que puede presentar síntomas cognitivos y físicos, relacionados principalmente con la necesidad imperiosa de estar en constante movimiento. De hecho, el término acatisia deriva de una palabra griega que significa “incapacidad para sentarse”.

Este síndrome o trastorno fue acuñado por primera vez en 1901 por el neuropsiquiatra checo Ladislav Haškovec y, aunque normalmente va asociado al consumo de fármacos antipsicóticos o a la abstinencia de drogas, puede haber otras causas que lo provoquen:

1- Fármacos antipsicóticos. El tratamiento prolongado de este tipo de medicamentos suele causar la aparición de este síndrome, especialmente aquellos antipsicóticos de primera generación que bloquean los receptores dopaminérgicos D2.

2- Fármacos antidepresivos. Algunos antidepresivos también pueden provocar acatisia, especialmente aquellos que alteran los niveles de serotonina. Entre los antidepresivos que causan acatisia destacan los ISRS o inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, y los tricíclicos.

3- Abstinencia de drogas o medicamentos. Los fármacos antes descritos, así como algunas drogas, provocan dependencia en la persona que las consume y, al eliminarlas, pueden causar acatisia como uno de los síntomas más habituales del síndrome de abstinencia.

4- Otros medicamentos. Antieméticos, antihistamínicos o analgésicos, en dosis elevadas, pueden causar acatisia, aunque es una reacción adversa poco frecuente.

5- Enfermedad de Parkinson. Esta enfermedad neurológica deteriora progresivamente el sistema nervioso central, provocando una serie de síntomas motores, cognitivos y emocionales entre los que puede encontrarse la acatisia.

6- Condromalacia rotuliana. Esta enfermedad de las rodillas, más frecuente en deportistas, causa dolor y malestar al doblar las rodillas, lo que provoca la acatisia.

7- Síndrome de serotonina. Este síndrome está relacionado con el exceso de la actividad serotoninérgica, causada por reacciones adversas a medicamentos, y puede provocar efectos somáticos y autónomos incluyendo acatisia.

8- Deficiencia de hierro. La deficiencia de hierro también puede causar acatisia y otros síndromes relacionados, como el síndrome de piernas inquietas.

Síntomas principales

La acatisia es un trastorno del movimiento que causa un sentimiento de inquietud constante y la necesidad imperiosa moverse, lo que lleva a que la persona afectada se balancee hacia los lados cuando está de pie, mueva los pies si está sentado o cruce y descruce las piernas sin parar. Por eso, las personas con acatisia son incapaces de permanecer sentadas o estar quietas ya que se sienten intranquilas.

De esta manera, los síntomas principales de esta enfermedad incluyen:

- Malestar creciente

- Fatiga

- Rigidez muscular

- Hipertensión

- Dolor neuropático

- Movimientos rítmicos por la noche

- Insomnio

- Náuseas

- Disforia

- Falta de concentración o atención

- Llanto inesperado e inestabilidad emocional

- Inquietud motora y movimientos repetitivos involuntarios

- Hiperactividad

- Distonía y contracciones musculares

- Molestias y dolor en las rodillas

- Trastornos de la conducta y trastornos del pensamiento (depresión, agresividad, tendencias suicidas…)

Tratamiento de la acatisia

El tratamiento depende de la causa ya que la acatisia, en último término, podría calificarse como un síntoma de otra enfermedad, por lo que tratando la causa, desparecerá esta.

Así, puede ser necesario reducir la dosis de ciertos fármacos, eliminarlos o cambiarlos por otros. En cuanto al síndrome de abstinencia, desparece solo en cuanto el organismo elimina todos los restos de esa sustancia.

El alivio de los síntomas propios de la acatisia incluye ejercicios físicos para relajar los músculos y reducir el estrés. También es recomendable hacer cambios en el estilo de vida para reducir el estrés o la ansiedad.

Del mismo modo, se recomienda seguir una serie de remedios naturales para tranquilizar a la persona afectada, como darse baños de agua tibia, masajear las piernas, aplicar compresas alternas de calor y frío, probar técnicas de relajación como el yoga o la meditación, establecer una rutina del sueño, hacer ejercicio de manera regular, evitar la cafeína y reducir el consumo de tabaco y alcohol.