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Oídos taponados

Oídos taponados

La bajada de temperatura que trae consigo el invierno favorece la proliferación de resfriados, que perseguirán inevitablemente a los niños y pueden derivar en otro tipo de dolencias o infecciones, en especial aquellas que afectan a los oídos, como es el caso de la otitis

 

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Indice

¿Por qué se taponan los oídos?

Existen tres motivos principales por los que un niño puede tener los oídos taponados:

- Cambios de presión en viajes: tanto en los viajes en avión como por carretera, el oído se puede taponar si se realizan cambios importantes de altura sobre el nivel del mar, causando sensación de taponamiento y presión. Para solucionar este problema, se aconseja bostezar, masticar chicle, succionar el chupete o hacer una toma de lactancia materna.

- Meter la cabeza bajo el agua: cuando metemos la cabeza bajo el agua la presión sobre los tímpanos hace que se hundan hacia dentro. Si salimos de golpe, el oído medio debe rellenar de aire el espacio a través de la trompa de Eustaquio. Pero si el cambio de presión es muy rápido, la trompa se colapsa y no permite que entre aire, causando un barotrauma. En este caso, el oído medio queda con una presión negativa que tira del tímpano hacia dentro manteniéndolo a tensión.

- Resfriados: los resfriados hacen que se acumule mucosidad en el oído medio, lo que puede dar lugar a tapones y otitis, la infección del oído.
 

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Los niños: en el punto de mira de la otitis

Los niños constituyen uno de los principales grupos de riesgo de esta infección ya que la escasa longitud y horizontalidad de su trompa de Eustaquio facilita el acceso de mucosidad y bacterias de la nariz y la garganta al oído medio. Además, como sus sistemas inmunitarios no están totalmente desarrollados, son más proclives a contraer todo tipo de infecciones.

El Dr. Miguel Caballero, experto en otorrinolaringología del Hospital Clínic de Barcelona, recomienda “eliminar los factores desencadenantes de los resfriados y enseñar a los niños a sonarse primero un lado de la nariz y después el otro para evitar que el moco ascienda hasta el oído por la presión.”

El primer problema con el que se encuentra un médico a la hora de tratar estos casos es el diagnóstico. Llevarse las manos a las orejas, cambios en el apetito o en el sueño, emanación de fluidos por los oídos, náuseas o fiebre son síntomas que pueden alertar a los padres sobre una posible otitis. Pero al no saber los niños expresar con claridad qué es lo que sienten, el otorrino debe basarse en un análisis físico y visual para detectar la infección, y ello resulta muy difícil en muchas ocasiones, debido a la deficiente higiene del pabellón auditivo.

Muchos niños se quejan de tener los oídos taponados constantemente. Estos tapones de cera, que si bien se forman como protección natural del tímpano, si son excesivos pueden convertirse en algo muy molesto para la audición.

 

Reeducar en nuevos hábitos de higiene

De acuerdo con el Tercer Estudio Audimer sobre Problemas de Oído realizado por Esteve, más de la mitad de la población española no sabe cómo llevar a cabo una correcta higiene y limpieza de los oídos.

Este desconocimiento de las alternativas existentes para la limpieza del cerumen de nuestros oídos es, precisamente, una de las causas más frecuentes de infecciones tan comunes como la otitis, que se encuentran entre las principales dolencias de los españoles.

A pesar de los daños que puede ocasionar, el uso del bastoncillo continúa estando muy extendido. El Dr. Miguel Caballero está muy familiarizado con esta situación. "Las madres siguen utilizando el bastoncillo en la limpieza del oído de sus hijos, lo cual produce muchas complicaciones a corto y largo plazo. Ya no sólo se trata de que no sirva para limpiar las acumulaciones de cerumen, sino que lo compactan formando tapones, siendo la primera causa de otitis del conducto auditivo externo e incluso pudiendo producir perforaciones del tímpano”.

Mantener con regularidad una higiene adecuada es fundamental para prevenir todo tipo de infecciones ya que el oído es un órgano especialmente delicado. Ante los peligros que conlleva el uso del bastoncillo clásico y la inocuidad de los bastoncillos de seguridad, que sólo realizan una limpieza externa, existen alternativas delicadas y seguras que eliminan el riesgo de lesiones en el oído.

Las más recomendadas son las soluciones de agua marina, aptas para los oídos de los más pequeños, incluso pueden aplicarse a partir de los 6 meses de edad. Se trata de un suero isotónico, estéril, sin conservantes susceptibles de provocar alergias, y sin gases propelentes ni alcohol u otras sustancias que puedan producir irritaciones. “su uso regular en el cuidado del oído externo contribuye a evitar el acúmulo de cera y piel muerta que puedan favorecer las otitis externas y la dificultad para que el médico lo explore en caso necesario”, apunta Caballero.

 

El riesgo de utilizar bastoncillos

Con el objetivo de velar por la salud auditiva de los niños, conviene tener presentes los motivos por los que los bastoncillos deberían excluirse de los hábitos de higiene auditiva

1. En lugar de extraerlo, introducen más el cerumen, formando tapones de difícil extracción.

2. Pueden producir fácilmente rozaduras y heridas por tener el conducto auditivo externo más estrecho.

3. Pueden perforar el tímpano, especialmente en los niños, por tenerlo más superficial y ser más inquietos.

4. Pueden causar infecciones de gravedad.

5. Al utilizarlos, nos despreocupamos y olvidamos otros métodos que pueden contribuir positivamente a nuestra higiene auditiva, como es el caso del agua marina.

Si tu hijo muestra dolor en el oído, lo mejor es consultar al profesional de pediatría, quien decidirá el tratamiento según la causa (antiinflamatorio, antibiótico).


Fuentes:

Dr. Miguel Caballero.

Décalogo de Cuidados del Oído para niños https://seorl.net/decalogo-cuidados-oido-ninos/

Fecha de actualización: 11-03-2022

Redacción: Lola García-Amado

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