Cómo prevenir resfriados en niños

Índice

• Medidas de higiene para prevenir resfriados en niños
• Alimentación para prevenir los resfriados en niños

 

Medidas de higiene para prevenir resfriados en niños

Suele decirse que los bebés y niños pequeños, de entre 6 meses y 4 años, se pasan todo el otoño, el invierno y parte de la primavera con mocos, y es que es cierto que los niños de esta edad son más propensos a contraer resfriados porque su sistema inmunológico es todavía débil y el contagio entre ellos es mucho más sencillo (comparten objetos, chupan todo, no se lavan las manos solos, etc.).

Hay muchos virus respiratorios diferentes que pueden causar el resfriado común, pero los rinovirus son los más comunes. Otros virus que pueden causar resfriados incluyen el virus respiratorio sincitial, los virus de parainfluenza humana, los adenovirus, los coronavirus humanos y los metapneumovirus humanos.

Los síntomas principales del resfriado son mucosidad, congestión nasal, tos, dolor de garganta, estornudos, dolor de cabeza. No suele causar fiebre. Es una enfermedad diferente de la gripe. 

Por eso, si quieres evitar que tu hijo se pase la gran parte del año resfriado y quieres reducir el número de catarros, debes seguir con él las mismas indicaciones que sigues para ti mismo.

Lo primero y más importante (seguro que has visto carteles explicándolo en todos los centros de salud), es lavarse bien las manos con frecuencia. No solo las de tu bebé, también las tuyas. A través de las manos entran a nuestro organismo muchos virus ya que primero tocamos un objeto infectado por otra persona enferma, y después nos llevamos las manos a la boca o la nariz. Por eso, debes lavarle las manos a tu hijo siempre que venga de la guardería, de la calle o antes de comer. Y hacer lo mismo contigo. El lavado debe durar al menos 20 segundos y hay que secárselas con una tolla limpia o papel de secar. Cuando sea un poquito mayor, enséñale a hacerlo él solo para que lo pueda hacer también en el colegio.

Debes enseñarle asimismo a tapar su boca con un pañuelo o con el brazo (no con la mano) cuando estornuda para no expulsar al ambiente sus virus. Y, si se ha tapado con la mano, que se la lave inmediatamente.

Pero la higiene no solo es importante en las manos, debes lavar a menudo sus juguetes favoritos ya que algunos, como los peluches, son un nido de ácaros, y otros, como los juguetes de baño, de moho. Sobre todo, debes lavarlos bien con agua caliente si ha estado usándolos otros niños que pueda estar enfermo. Recuerda que todo se lo llevan a la boca.

También es recomendable que ventiles todos los días todas las habitaciones unos 15 minutos para renovar el oxígeno y evitar la acumulación de polvo, virus y bacterias. Además, debes procurar mantener dentro de casa una temperatura constante que no sea muy elevada, en torno a 21º C, y una humedad del 40-60%. Si no es así, puedes colocar antes de dormir un humidificador en la habitación para conseguir la tasa de humedad deseada, pero no hace falta que lo dejes encendido toda la noche y debes lavarlo bien para que no acumule microorganismos.

Otra medida que se recomienda para los espacios cerrados es prohibir totalmente que se fume en ellos si hay niños delante. Nunca debes fumar dentro de casa ni tener al niño en espacios cerrados con mucho humo. Y, si fumas, lávate bien las manos después de hacerlo y antes de estar con el niño.
 

Alimentación para prevenir los resfriados en niños

La alimentación del pequeño también es fundamental para evitar los resfriados ya que ayuda a fortalecer su sistema inmunitario. Si es lactante, la leche materna es lo mejor ya que contiene nutrientes que refuerzan su sistema inmunológico. De hecho, en bebés alimentados exclusivamente con leche materna los resfriados son menos habituales. Si ya ha iniciado la alimentación complementaria, debes asegurar que tome alimentos ricos en vitamina C como las naranjas, los pomelos, los limones, las fresas, las coles de Bruselas, el brócoli, las verduras de hoja verde oscura, los kiwis o los tomates. También debes procurar que beba mucha agua.

Existen muchas plantas y hierbas naturales que ayudan a estimular las defensas naturales para evitar infecciones, como la equinácea, el propóleo o el tomillo, pero recuerda que niños menores de 2 años no deben tomar hierbas.

Salir a jugar al parque, incluso en invierno, también ayuda a que el niño esté más sano ya que se evita la concentración de virus. Eso sí, debes abrigarle bien, especialmente los pies, las manos y la cabeza ya que son zonas por las que se escapa el calor del organismo. Y, cuando entréis en casa, debes quitarle las capas de ropa que no hagan falta ya que es malo tenerlos sobre-abrigados, tanto de día como de noche. Evita los cambios bruscos de temperatura y, por la noche, no lo arropes en exceso. Los niños suelen salirse de las sábanas y la manta, por eso es conveniente que duerma con un pijama y un buzo o saco encima y nada más. Elige uno con el TOG adecuado según la temperatura de tu casa por la noche y mantén sus pies siempre calientes.

Y, por último, el estrés y los problemas emocionales también minan nuestras defensas, por eso es importante evitar las sensaciones negativas en el niño no solo por su salud emocional, sino también por la física. Alimenta la felicidad y la alegría en tu hijo cada día.